Papandreu propone un gobierno de unidad nacional para acabar con la crisis
Dos son los restos a los que se enfrenta este jueves el socialista Papandreu en el parlamento griego. Tras los fracasos en las negociaciones europeas para pactar entre los Veintisiete las condiciones de la nueva ayuda al país heleno, el primer ministro socialista ha decidido remodelar todo su gobierno y crear uno nuevo para integrar a los conservadores en el mismo y someterse después a una cuestiónd de confianza de toda la Cámara. Por otro lado, Papandreu tiene que seguir negociando con la UE las condiciones y cantidades de este nuevo rescate heleno y analizar las consecuencias de la jornada de huelga general que este miércoles volvió a paralizar todo el país. La amenaza de nuevos recortes sociales es evidente en la península griega, que se encuentra un año después al borde de un abismo económico y financiero, un atolladero del que, de momento, le resultará más complicado salir que hace año cuando fue el primer país de la UE en ser rescatado.
En una alocución para todo el país, Papandreu aseguró que la situación en Grecia exige, y le obliga,a la formación de un Gobierno integrador para alcanzar el consenso de todos los grupos políticos. No en vano, cabe recordar la excepcionalidad de esta medida puesto que Papandreu goza de mayoría absoluta para sacar adelante nuevas reformas, que pasan por más recortes sociales y de presupuesto en el sector pública. La tijera del Gobierno,es precisamente, la que ha sacado a los helenos a la calle, pese a lo cual Papandreu ha mostrado determinación: “Voy a seguir por el mismo camino. El camino del deber, junto con el grupo parlamentario (socialista) y el Gobierno”. Y es que Grecia necesita de austeridad en todos los pasos económicos a adoptar si no quiere poner en riesgo su permanencia en la zona Euro y la estabilidad de la misma con la nueva amenaza de bancarrota por la deuda que ahoga las cuentas públicas del país.
La del miércoles no ha sido una jornada fácil en lo social ni en lo político para Grecia, puesto que en la jornada de huelga se registraron incidentes, todos ellos en forma de disturbios entre la policía y grupos de radicales, de los que se detuvieron a una decena. Mientras, miles de griegos desfilaron por las calles de Atenas de forma pacífica mostrando su rechazo a las medidas de austeridad. La marcha terminó en la plaza Sintagma frente a la Cámara griega, en la que mientras se producían estas protestas, Papandreu exponía su línea de actuación que pasaba por crear un gobierno de unidad nacional, una decisión que pasa irremediablemente por su dimisión.
Con la decisión de crear el Ejecutivo de consenso que, a juicio de Papandreu, Grecia requiere en tal situación, el euro se desplomó hasta casi los 1,40 euros, también por el enfrentamiento de la oposición conservadora de la crisis griega. Nueva Democracia, principal grupo opositor, fue el objetivo de las críticas de Papandreu, a pesar de su ofrecimiento al gobierno de unidad nacional. Les acusó de no actuar “con responsabilidad política y nacional”, proponiendo “condiciones que no son aceptables ya que mantienen al país en una continua inestabilidad”. Por su parte, estos han condicionado su apoyo a un gobierno de unidad a la renegociación del acuerdo firmado hace un año con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), por el que Grecia consiguió un rescate trienal de 110.000 millones de euros.
0