Pili, la única mujer de Vadillos, la ''reportera de Barrio Sésamo''

Además de ser la única mujer del pueblo, Pili es la alcaldesa de San Román de Cameros y, junto a su marido, lleva muchos años viviendo en Vadillos, una pedanía de San Román. En el pueblo unicamente viven cinco personas: su marido, sus dos hijos, su cuñado y ella.

Pili es ganadera y confiesa que el día se le hace corto: ''si el día tuviese 27 horas, trabajaría las 27''. Los animales necesitan atención y cuidados y ella es la encargada de mantenerlos sanos y cuidarlos. Esto le supone estar pendiente de sus vacas, yeguas y cabras durante todo el día.

Durante la semana, se dedica plena y exclusivamente a ellos aunque desea que llegue el fin de semana, ya que es cuando sube la gente y puede pasar un rato con sus amigas jugando al parchís y riéndose. Se juntan en el local de la Asociación Calle Real de Vadillos, donde todo lo recaudado se invierte en actividades para los niños. ''Si los niños quieren subir, los padres suben''.

A raíz de esto, celebran una vez al año su propio ''día del niño'', en el que organizan una fiesta para ellos: ''les ponemos hinchables, globos y les animamos a jugar a los juegos tradicionales para que dejen de lado las consolas''.

Pili nos explica que la vida en un pueblo con estas características es muy dura. San Román tiene dos bares, aunque unos de ellos es el de la Asociación. La farmacia esta abierta solo una hora, de 11:00 a 12:00 de la mañana, y “los políticos no ayudan, ya que no ponen solución a la despoblación ni ayudan a los ganaderos”. Además, como no hay trabajo, nadie quiere quedarse a vivir en Vadillos.

En verano, los días son más llevaderos, pero en invierno la cosa cambia. Tienen que bajar a Logroño a comprar lo que necesitan pero, si nieva, el viaje se les complica. Han pensado en irse pero ''con nuestra edad, ¿a dónde nos vamos? si no hay trabajo para los jóvenes, tampoco va a haber para nosotros...''

Su familia la llama la ''reportera de Barrio Sésamo'' porque se maneja muy bien con las redes sociales y, en cuanto abre whatsApp, los bombardea con imágenes de las nevadas o con cualquier cosa anecdótica que quiera compartir con ellos ya que, como hemos dicho, es difícil socializar cuándo solo hay cuatro personas más en el pueblo.