Sin discrepancias sobre Cuba
Las relaciones con Cuba vuelven a pasar a un primer plano de la actualidad española con el comienzo de la presidencia española de la Unión Europea. Durante sus últimas declaraciones, el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, había afirmado que la organización internacional tendría que ser exigente con el régimen cubano, algo que parecía contradecir la postura del ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, quien se muestra más comprensivo con Cuba.
Sin embargo, el propio titular de Exteriores, al ser preguntado por estas posibles discrepancias con Zapatero, ha afirmado que no existe “ninguna” discrepancia entre ellos como tampoco la hay entre lo que España defendía antes de ocupar la presidencia de turno de la UE y lo que defiende ahora.
Según Moratinos, el gobierno español considera que “ha llegado el momento de cambiar la Posición Común” europea puesto que se aprobó en un momento que “no se corresponde con el actual” y tiene un carácter “unilateral”. Vigente desde 1996, condiciona la relación con la isla a avances en materia de derechos humanos y democracia.
Ahora, para Moratinos, lo deseable sería un acuerdo bilateral en el que “Cuba se obligue jurídicamente a mejorar su estándar en el respeto de derechos humanos”. Con ello, subrayó, la UE tendría “mayor capacidad diplomática y jurídica en la relación bilateral con Cuba”. Este acuerdo debe alcanzarse, precisó, “siempre dentro del respeto que debemos a las autoridades” cubanas.
Moratinos ha asegurado que el gobierno trabajará en el seno de la UE para que se abandone la posición común, aunque ésta no es “la gran prioridad” de su presidencia de turno. “Si al final conseguimos un consenso superaremos la Posición Común y llegaremos a un acuerdo bilateral”, afirmó, insistiendo en que dado que nos dirigimos a un “mundo multilateral”, “la lógica diplomática” exige “dejar de imponer y dictar”, sobre todo porque, según él, “no da resultados”.
En lo que respecta a relación bilateral entre España y la isla, dijo que el gobierno español va a seguir manteniendo la política emprendida desde su llegada al poder “de forma relajada, serena, profesional porque creemos que es lo mejor”.
Por otro lado, el ministro ha respondido a las críticas recibidas desde las filas del Partido Popular, quienes le han acusado de ser el embajador del régimen castrista en Europa. Moratinos ha afirmado que ésta es “una de las mejores” críticas que le ha dirigido el principal partido de la oposición, para a continuación pasar a defender la necesidad de que España esté presente en Cuba, ya que durante el gobierno de José María Aznar estaba “ausente”.
El pasado viernes, el presidente Zapatero defendió que se mantenga un diálogo “exigente” con Cuba, y reconoció que para la UE la política hacia la isla “no es una prioridad”, mientras que para España sí es “un tema siempre importante”.
“Tenemos que ser exigentes con Cuba, pero siempre [hay que] tener una puerta para el diálogo pensando uno, en los cubanos, y segundo en el futuro de Cuba”
, afirmó Zapatero, quien señaló que esta postura, “más allá de matices”, es “bastante compartida por el conjunto de la Unión Europea”, para la que la política hacia la isla “se puede entender que no sea una prioridad”.
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