Trucos para que los más pequeños interioricen la pirámide de la alimentación
La alimentación es la base de una buena salud, pero no siempre nos alimentamos de la forma correcta. Esto se debe en muchos casos a la falta de una correcta educación nutricional por parte de padres y educadores. Con el fin de proporcionar a estos las herramientas necesarias para educar correctamente a los menores, Begoña Pérez Llano, directora del Máster de Nutrición, Obesidad y Técnicas Culinarias de UNIR, ha publicado el manual de ‘Actividades nutritivas’ (Editorial Círculo Rojo).
La guía, de 92 páginas y carácter práctico, está dirigida a todos los actores implicados en la educación nutricional de los niños, “desde un monitor de comedor o tiempo libre hasta un profesor o un padre”, asegura la docente. El objetivo es contribuir, a través de actividades que se pueden adaptar a todas las edades, a educar nutricionalmente a los más pequeños y que estos conozcan la pirámide de la alimentación, interioricen buenos hábitos o aprendan a elaborar sanos bocadillos y ricos desayunos.
“Hay unas edades, de infantil, donde se empiezan a crear los hábitos que nos van a acompañar toda la vida”, indica la experta de UNIR al tiempo que refiere que es esencial hacer cinco comidas al día para repartir la energía. Sin embargo, “hay gente a la que nunca se lo han dicho, por ello uno de los juegos del libro está diseñado para enseñar a los niños el nombre de las cinco comidas”, explica Pérez Llano.
En este sentido, esta experta detalla las cinco cualidades que debe tener una dieta saludable. Debe ser equilibrada, “con el objetivo de repartir la energía a lo largo del día y mantener una proporción de nutrientes, no solo hay que alimentarse de proteínas, grasas o hidratos de carbono”. Otra de las cualidades es que debe ser una dieta suficiente. “Es el punto más importante, ya que los niños deben comer una ración acorde a su peso y edad. No es lógico ponerle un plato igual de grande que al resto de la familia”, subraya la experta.
Además, esta experta recomienda las dietas variadas porque “no se trata de comer, por ejemplo, solo lechuga porque sea una verdura, ya que hay otros vegetales que tienen cantidades de minerales y vitaminas diferentes que van a mejorar la dieta. Esto también es aplicable a las frutas y el resto de los alimentos”.
Por supuesto, nuestra dieta también tiene que ser segura, “con el fin de evitar enfermedades transmitidas por alimentos tanto en su origen como en la conservación del mismo y divertida”. Para ello, apostilla, “se pueden ir creando recetas nutritivas para hacer con los más pequeños de la casas y lograr así que estos se animen a probar alimentos que normalmente rechazan, como la verdura o el pescado”.
En la guía, Pérez Llano también aborda temas tan interesantes como el sonido de los alimentos, conocido como “gastrofísica”, o si las generaciones pasadas se alimentaban mejor que nosotros pese a que no sabían nada de nutrición.
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