Un 10% de la población española padece enfermedad renal crónica
González Parra es uno de los directores por parte de la Sociedad Española de Nefrología del curso on line “Abordaje compartido de la enfermedad renal entre Atención Primaria y Nefrología”, organizado por la Sociedad Española de Nefrología (SEN) y la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFYC), con la colaboración de Amgen y Novartis.
A este índice de impacto de la enfermedad hay que añadir el hecho que “muchos de estos pacientes no saben que tienen una patología de estas características, lo que se conoce como enfermedad renal oculta, de modo que su detección es muy importante y la atención primaria es el ámbito óptimo para llevarla a cabo”, señaló José María Lobos, Director del curso por la SEMFYC, que además resaltó que “entre la población atendida en atención primaria, la prevalencia de esta patología es superior al 20%, afectando de esta manera a uno de cada cinco pacientes”.
Bajo la dirección de José María Lobos, Médico de familia del Centro de Salud Villablanca de Madrid y Coordinador del Grupo de Trabajo de Enfermedades Cardiovasculares de semFYC; Isabel Egocheaga, Médico de familia del Centro de Salud Isla de Oza de Madrid y Miembro del Grupo de Trabajo en HTA de semFYC; Emilio González, Nefrólogo de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid y Miembro del Grupo de Trabajo Metabolismo Mineral y Óseo de la SEN y Roberto Alcázar, Nefrólogo del Hospital Infanta Leonor de Madrid y Secretario Sociedad Madrileña de la SEN, el curso tiene como objetivo formar y sensibilizar a los médicos de familia, nefrólogos y otros médicos en la prevención, detección y manejo de la enfermedad renal y favorecer la coordinación y colaboración entre AP y nefrología.
Asimismo, González Parra hizo especial hincapié en la progresión de la enfermedad renal, puesto que “puede conducir a insuficiencia renal terminal, cuyo tratamiento es inexorablemente el transplante renal y la diálisis”. “Actualmente”, siguió, “hay más de 45.000 pacientes en España trasplantados renales o que reciben diálisis tres veces por semana, lo que puede dar una idea de los costes tan elevados que se asocian a la enfermedad renal”.
Los directores del curso coincidieron en señalar la paradoja que supone que la mayoría de pacientes de estas características no fallece por la propia dolencia renal, sino a causa de enfermedades cardiovasculares, como pueden ser el infarto, ictus o la insuficiencia cardiaca. De igual forma, las principales causas identificables que conducen a la enfermedad renal terminal son principalmente la diabetes y causas vasculares. “Por tanto, este círculo se cierra y establece el nexo común entre enfermedad renal y cardiovascular. La incidencia anual de enfermedad renal terminal irá aumentando debido al incremento de la diabetes y al envejecimiento de la población en las próximas décadas”, advirtió el Dr. González Parra.
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