Un equipo, dos versiones

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Como sucede en 'El extraño caso del Doctor Jekyll y Mr. Hyde' o como sostenía la trama de la serie Starsky y Hutch, el Nautrhouse La Rioja tiene, y lo demuestra semana a semana, dos versiones. Una casi perfecta, que se correspondería con los partidos de Ciudad Real, Granollers, Valladolid y la segunda parte del jugado este sábado ante el Ademar León. La otra, la cara 'Starsky', es la que se sufrió ante Algeciras en el Palacio y, sobre todo, apareció contra Aragón, Arrate y Cantabria. Los motivos son complicados de entender y de explicar.

El equipo está acusando las lesiones, Jota es incapaz de completar un entrenamiento del nivel esperado (cuando no le fallan los dos porteros, no tiene pivotes y cuando no las selecciones le dejan con seis hombres de campo)... Pero recurrir a los tópicos que acompañan al Naturhouse desde el arranque de la temporada no sirve para justificar esos cambios de actitud y de juego.

La más notable, sin duda, es la de este sábado. En la primera parte jugó el Naturhouse 'malo' y en la segunda el 'bueno', que fue capaz, cual caballero andante, de 'desfacer entuertos'. El problema es que en los protagonistas fueron exactamente los mismos. ¿Qué les dijo Jota en el descanso? ¿Cuál fue el punto de inflexión que cambió la mentalidad del equipo? ¿Esconde el Naturhouse en el vestuario una partida ingente de la 'papilla mágia' del doctor Antonio Escribano o de la poción de Asterix?

La respuesta es complicada, pero las estadísticas del partido (además de lo visto sobre el parqué), dicen que los de Jota jugaron mal la primera parte y lo bordaron la segunda en la que con un parcial de 13-6 en 13 minutos dieron la vuelta al marcador e hicieron soñar a la grada con el triunfo. El equipo ganó en concentración, en efectividad y dejó a un lado todas las dudas y temores iniciales. Todo, tras pasar por el vestuario.

Eso fue el sábado, pero durante la liga el equipo ha sido incapaz de mantener la línea de juego más de siete días. Una de cal, una de arena. Una de Starsky, una de Hutch. Una de Jekyll, una de Hyde. Por ejemplo ante el Teucro el equipo riojano rozó la perfección manteniendo su portería a cero durante 13 minutos para acabar ganando 29-23. Siete días después, en Eibar y ante el Arrate el Naturhouse cavó su propia fosa tras diez minutos sin anotar ante los vascos. Vino a Logroño el Valladolid y con él una de las mejores versiones del equipo de Jota antes de deambular por el Principe Felipe de Zaragoza ante el CAI Aragón.

Pero sin duda la versión más inquietante de la doble cara del equipo se produjo en Santander. El equipo perdió 32-29 en un partido en el que después de ir por detrás en el marcador (21-18, m. 34) logró remontar en menos de nueve minutos (21-24, m. 43) para cerrar el choque con 17 paupérrimos minutos en los que dio todas las facilidades del mundo a Teka.

La solución sería jugar siempre ante los grandes. Eso aseguraría un buen partido de los riojanos. El problema es que cuando no se juega ante uno de ellos, el Naturhouse, con su peor versión, les convierte en grandes.

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