Los vecinos del profesor asesinado en Logroño escucharon gritos de auxilio y la hija niega que conociera la relación de su padre y la acusada

Segunda jornada del juicio del Crimen del Profesor

Europa Press

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La hija del profesor encontrado muerto en su domicilio el pasado 18 de febrero de 2020 en su domicilio de Logroño ha destacado esta mañana la “buena relación” familiar que mantenía con su padre, “muy cercana”, y diaria y aún así “no sabía que tenía ningún tipo de relación” con la acusada. “Siempre nos contaba la dinámica de su día a día, teníamos una relación muy cercana, tanto con mi madre como con mi hermano, pero no nos contó ni que le había dejado dinero ni que tuviera una relación con ella”.

En la segunda sesión del juicio, han comparecido diez testigos, la mayoría vecinos del bloque del profesor y también ha declarado la hija del fallecido. Los vecinos han asegurado que aquel día, sobre las 10,30-11 horas oyeron un golpe muy fuerte y varios gritos.

Además, explica que días después del suceso, la familia pudo subir al domicilio del profesor, situado en la calle Pepe Blanco de Logroño -custodiados por la Policía- “para ver si faltaba algo. Sí que había dos cajones abiertos pero a la vista había dinero, unos 300 euros, pero no se lo habían llevado. Había cosas que no te tenías que esforzar mucho para verlas”.

Este martes ha continuado el juicio por el conocido como 'crimen del profesor' contra dos personas acusadas -hombre y mujer- de diferentes delitos de obstrucción a la justicia, homicidio y encubrimiento. Según el escrito del Fiscal, presuntamente ambos, en connivencia, perpetraron un plan que culminó con la muerte del profesor en su domicilio.

Declara la hija del profesor asesinado

Por su parte, la hija ha explicado que el día de los hechos “mi padre había quedado con mi madre para hacer unas gestiones pero, a lo largo del día, mi madre se alarmó porque no le cogía el teléfono”. Como ha indicado “a pesar de que estaban separados, tenían una relación muy buena, éramos una familia normalizada y celebrábamos todo juntos, estábamos siempre en los momentos buenos y malos juntos. Nos apoyábamos”.

“Cuando salí de trabajar y al decir mi madre que no le cogía el teléfono, le llamé muchas veces y al ver que no nos cogía el teléfono decidimos acercarnos a su domicilio. Llamamos al timbre, abajo, nadie nos cogía, subimos arriba y como llevábamos la copia de la llave de su casa decidimos entrar y lo encontramos muerto”. Como ha destacado sí que les sorprendió que la puerta “no estuviera cerrada con llave. Mi padre siempre cerraba con dos vueltas. Mi padre llevaba una vida normal, tranquila, sí que dio un bajón físico importante en los últimos años pero estaba bien”.

Sobre el día de los hechos, recuerda, “en cuanto mi madre abrió la puerta vi un charco enorme de sangre y a mi padre tendido en el suelo. Pensé que era un accidente doméstico, quién iba a pensar otra cosa”. En esos momentos “llamamos al 112 y nos mandaron a una UVI móvil. Una vez llegaron los médicos y certificaron su muerte, por protocolo, ellos llamaron a la Policía porque habían visto algo que no les cuadraba”.

Sobre la vida personal de su padre y sus movimientos de cuentas bancarias explica que “nosotros no notamos nada, no sabíamos nada de que tuviera relación con la acusada ni que le había dejado dinero”. Niega la hija que en los momentos de los hechos diera masajes “ya estaba un poco deteriorado de salud, la habitación la seguía teniendo pero no la usaba. Siempre hacía masajes a personas de confianza y conocidas”. Además -ha añadido “mi padre era muy sencillo a la hora de vestir y a la hora de vivir”.

Los vecinos oyeron la voz de un hombre pidiendo auxilio

Varios vecinos del profesor jubilado, Pedro José Sáez, -encontrado muerto en su domicilio el 18 de febrero de 2020- han asegurado este martes ante el Juez que “sobre las 10,30 u 11,00 horas de aquella mañana” oyeron “un golpe muy fuerte y una voz de hombre pedir auxilio un par de veces”. Además, han reiterado que la víctima “no era una persona ostentosa, era un hombre muy sencillo y muy buena persona”. “Era un buen vecino para nosotros y lo veía siempre solo aunque alguna vez sí que le oí decir que iban a su domicilio a darse masajes pero no sé nada más”, ha asegurado una vecina del piso inferior.

Esta testigo ha explicado ante el juez que la voz que escuchó aquel día “era la voz de un hombre pero no podría identificar a la persona”. Además -indica- “no llamamos a la Policía porque pensé que era un vecino que se había caído, me enteré después sobre las 15,00 horas de lo que había pasado”. Posteriormente ha declarado como testigo su marido quien subió al piso de arriba una vez escuchó los gritos de auxilio.

“Recuerdo que yo estaba en el salón de mi casa cuando oí un fuerte golpe y pensé que una persona se habría caído. No le di mayor importancia pero a los pocos minutos oí una voz que pedía auxilio y salí de mi domicilio y fui al piso de arriba. Pero también bajé a los pisos de abajo, no vi nada, y me metí otra vez a mi vivienda”, han explicado. “Nunca pensé que podría ser el profesor porque era una buena persona y no pensé que nadie le podría hacer daño”, ha asegurado. Igual que su mujer ha afirmado que la víctima “era un señor que no hacía ostentación de nada. No llevaba nada de lujo para que lo vieran otros”.

Este vecino ha explicado que “sabía que el profesor tenía dos hijos”. Además, recuerda, “a esa casa iba gente a darse masajes pero yo no prestaba atención a la gente que entraba o salía de la casa, tenía una tarjeta en la que publicitaba estos masajes”. Sobre los acusados -indica- “no los conozco, no les he visto nunca”.

“Muchos golpes, ruidos, gritos y voces de hombres”

También otra vecina del bloque confirma que aquella mañana, sobre las 10,30-11 horas, oyó “muchos golpes, ruidos, gritos y voces de hombres. No sé de dónde venían pero sí los oí”. También ha indicado que “no reconoció la voz del profesor jubilado. Oí que alguien decía: Estás cagado, estás colocado”.

En primer lugar, indica, “yo pensé que se había caído un mueble pero luego oí voces, estaba muy asustada y me fui lo más lejos que pude, me metí en el salón para no oír nada más”. Además, indica, “el vecino -que había declarado anteriormente- me debió llamar a la puerta pero no le abrí porque tenía miedo y estaba muy asustada”.Después -a los pocos minutos- “llegó mi marido de la compra y volví a oír pedir auxilio pero ya no oí más golpes ni más voces. No llamamos a la Policía, no se nos ocurrió”.

Sobre la víctima -indica- “me enteré después de los hechos que tenía hijos pero yo siempre lo veía solo. Sí que sabía que daba masajes e incluso nos lo ofreció. Creo que en el buzón había una etiqueta que ponía 'masajista'”. Por su parte, su marido explica que “yo llegué sobre las 11,10 al domicilio para coger las cosas porque tenía un curso. Mi mujer me dijo preocupada que oyó muchos chillos y gritos de gente. Ella me dijo que se puso muy nerviosa y se marchó al salón porque estaba muy asustada. Yo estando en el salón oí a alguien pedir auxilio muy bajito, fui a la terraza interior, me quedé ahí pero no oí nada más”, ha finalizado.

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