Vuelta a la realidad europea
La derrota por 33-26 en Berlín debe dar aún más valor a lo conquistado ocho días antes en el Palacio cuando los ‘zorros’ hincaron la rodilla en tierras riojanas. La realidad es la que es y el Fuchse fue de menos a más para aplicar una justa derrota al conjunto riojano que se vio superado pese a unos primeros veinte minutos para enmarcar donde el bloque local jugó a un nivel supremo difícil de mantener, como se pudo comprobar. Se podía decir que el BM Logroño aguantó hasta que su oponente empezó a carburar, cuando los franjivinos tuvieron que pensar más de la cuenta, cuando se atascaron en ataque y era casi imposible marcarle a Zimer, un portero que resultó determinante para la suerte de los alemanes.
Al BM Logroño no le intimidó el ambiente. Es más, al Fuchse le pesó la responsabilidad del duelo durante muchos minutos de la primera mitad. Eso y que el cuadro franjivino estaba brillante en ambos lados de la pista. Por eso no extrañó que después de unos minutos de intercambio con rentas mínimas, los riojanos encadenaran acciones positivas para tomar una ligera ventaja tras el empate a 5 a los 8 minutos. Entonces, los de Velasco secaron a los ‘zorros’ para enganchar un parcial de 0-4 y mandar en el luminoso con criterio, 5-9, tras el tanto de Balenciaga a los 12 minutos.
El conjunto local estaba tocado. Michael Roth estaba obligado a parar la contienda. Dio igual, la confianza de los riojanos era alto y mantuvieron el tipo. Hackbarth daba la máxima, 7-12, pasado el primer cuarto de hora del envite y acto seguido Sergey le paraba un siete metros a Lindberg. El marcador no se movería porque Ziemer, bajo palos, ya estaba en pista y fue uno de los culpables del cambio. También que Kusan viera su segunda exclusión tan pronto (en el minuto 17).
Aun así, el BM Logroño aguantaba las embestidas pese al arreón local con tantos de Koch, Holm y Marsenic. Kukic rompía la sequía, por lo que los berlineses, con el 10-13, paraban de nuevo el choque. Además, las exclusiones favorecían a los visitantes que, sin embargo, en ataque las cosas no funcionaban. Muller y Lindberg apretaban, 12-13, así que Velasco optó por enfriar la contienda en un tiempo muerto cuyas últimas palabras fueron premonitorias: “Está de ‘puta’ madre. Quedan cuatro minutos. No vayamos a tirarlo por la borda”. El Berlín estaba lanzado, como evidenció el hecho de que remontaran con tantos de Muller y Holm. Kukic daba un respiro, empate a 14, pero Muller, sobre la bocina, la ponía en la escuadra después de treinta minutos: 15-14.
Mandalinic y Koch daban continuidad a lo visto en el tramo final del primer acto y Berlín se escapaba de manera peligrosa. Había que reaccionar, así que Kusan bajó un poco los humos con el 17-15. Pero los locales estaban con otro ritmo, por lo que aumentaban su ventaja con tantos de Matthes y Muller. Dapiran, desde los 7 metros, y Kusan impulsaban a los franjivinos, con el 20-17. Sin embargo, Mandalinic obligaba a Velasco a poner encima de la mesa arbitral la cartulina verde.
Los locales habían cogido un ritmo de crucero difícil de frenar. Además, llegaban las precipitaciones en ataque frente a un rival que no perdonaba. Daba igual que Jorge Pérez supliera a Sergey en la portería. El BM Logroño no podía ajustar en defensa. El fuera y dentro de los alemanes era demasiado. En el intercambio salían ganando los anfitriones que atisbaban los dos puntos cuando todavía quedaban diez minutos. El 26-22 les daba ventaja, por mucho que el BM Logroño intentara filtrar el pase al pivote, medio por el cual estaba sacando rédito en la segunda parte. Pero era insuficiente porque Berlín continuaba a lo suyo, es decir, a cerrarse, esperar que Ziemer desquiciara a los riojanos y luego a madurar el ataque antes las prisas de su oponente. Así se entiende que el resultado fuera inflándose hasta el 31-24 con cuatro minutos por jugarse y que a la conclusión el 33-26 fuera una realidad.
Foto: BM Logroño
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