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Almeida paga el precio para tener el apoyo de Vox a sus cuentas y subvencionará a una entidad antiabortista

El portavoz de Vox, Javier Ortega Smith, da la mano al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, en un Pleno.

Sofía Pérez Mendoza

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El acuerdo de PP y Ciudadanos con Vox para aprobar los presupuestos del Ayuntamiento de Madrid de 2021 está cada vez más cerca. Los tres grupos municipales han encauzado definitivamente un pacto este viernes tras aceptarse una parte importante de las 43 enmiendas que planteaba la extrema derecha en la comisión de Hacienda previa al Pleno en el que se someterán a votación las cuentas municipales.

Dentro del peaje que el Gobierno municipal ha accedido a pagar por este apoyo hay nuevas ayudas a una entidad antiabortista (Fundación Madrina) y a la Iglesia, una subvención para reducir aún más los impuestos y dos propuestas contra violencia intrafamiliar que PP y Ciudadanos han corregido para no incluir expresamente a los hombres, como pretendía Vox. El grupo municipal de Javier Ortega Smith, sin embargo, no ha logrado retirar las subvenciones a los sindicatos ni a otras entidades sociales, salvo a una: la Asociación de Empresas y Profesionales para Gays y Lesbianas de Madrid (AEGAL).

Vox quería corregir el presupuesto para incluir a los varones específicamente en los contratos municipales que luchan contra la violencia. Por un lado con un programa específico de “reconocimiento, valoración y atención” a las víctimas de la violencia intrafamiliar presupuestado en 250.000 euros y, por otro, con unos estudios para reforzar la atención a los menores víctimas de la violencia sexual por valor de 18.000 euros. Ambas enmiendas se han aprobado pero sin hacer mención directa a los hombres. Al final, se ha acordado dirigir ambos programas a “complementar aquellas medidas e instrumentos sobre víctimas o situaciones de riesgo sobre las que no haya cobertura específica hasta la fecha”, según han confirmado fuentes de la formación de Abascal a Europa Press, dentro del marco de los Acuerdos de la Villa.

En ambas negociaciones, PP y Ciudadanos han optado por remitirse como guía a estos pactos de los que participó Vox y donde no se hace referencia en ningún momento a “la violencia de género” sino a la violencia en “el ámbito de la pareja”. El área de Familias, Igualdad y Bienestar Social asegura que las enmiendas aceptadas de Vox no “significan en ningún caso un menoscabo en la atención de la violencia de género”, pero permitirán “reforzar la atención a la violencia intrafamiliar que se hace desde hace más de una década en los Centros de Apoyo a las Familias”. “En este tipo de violencia es frecuente la de hijos a padres y madres, que por tanto sufren también los varones”, apunta un portavoz.

La negación de este tipo de violencia específico contra las mujeres es una de las señas de identidad del partido de extrema derecha: se emplea habitualmente para marcar perfil y se utiliza, como se ha intentado en este caso, como una palanca a la hora de presionar para negociar con PP y Ciudadanos. El Gobierno municipal auditará, también a propuesta de Vox, “los sistemas de detección de violencia y tratamiento de la infancia en los Centros de Atención Infantil, Centros de Atención a la Familia y en los Puntos de Encuentro”.

Los socios del Gobierno municipal han dado su brazo a torcer también en otras cuestiones con el fin de sacar los presupuestos adelante. Este es el primer año que necesitan los votos favorables de Vox desde que llegaron al Palacio de Cibeles. El pasado, un error de cálculo de Más Madrid permitió a PP y Ciudadanos aprobar las cuentas de 2020 sin la necesidad del apoyo de los de Santiago Abascal, que se abstuvieron.

Para garantizarse los cuatro votos de los concejales de Vox, el Gobierno ha incluido en las cuentas una subvención directa de 200.000 euros a la Fundación Madrina, una organización activa en la lucha contra el aborto que asiste a las mujeres embarazadas sin recursos para que puedan llevar a término su gestación. Forma parte de la Federación Española de Asociaciones Provida y es una entidad especialmente cuidada por la líder de Vox en Madrid, Rocío Monasterio. El grupo municipal proponía una ayuda más cuantiosa, de 600.000 euros en total, para financiar también las labores de reparto de alimentos que durante la pandemia ha realizado la organización, pero el Gobierno de Almeida lo ha rechazado.

Entre las nuevas ayudas se incluyen dos dirigidas a congregaciones católicas: 100.000 euros para que las Hermanas de los Pobres arreglen el “muro de asilo” y otros 90.000 al Arzobispado de Madrid para financiar la rehabilitación de la parroquia Virgen de la Paloma. Mientras, desaparecen por el momento las líneas de apoyo para las asociaciones de autónomos (UPTA, ATA y UATAE). Se sacarán a concurrencia pública, como también ha pasado con las ayudas que históricamente recibían entidades que trabajan por los derechos LGTBI ante las fuertes críticas de la oposición. La Asociación de Empresas y Profesionales para Gays y Lesbianas de Madrid (AEGAL) asimismo dejará de percibir 18.000 euros el próximo año si el miércoles se aprueban definitivamente las cuentas en el Pleno del Ayuntamiento.

Aunque han accedido a una buena parte de sus reclamos, PP y Ciudadanos han parado los pies a Vox en su intento de erradicar las ayudas a organizaciones sindicales (UGT, CCOO), a entidades educativas (Créate o José María Llanos) o que trabajan con personas en riesgo de exclusión (asociación La Koma), y a empresas del ámbito de la cultura (Teatro Pavón Kamikaze o colaboradores de los festivales Foto España o Festival Ñ). Se mantienen también las subvenciones al Programa de Naciones Unidas para los asentamientos, subvenciones para los objetivos de Desarrollo 2030, que también estaban en el punto de mira de Vox.

El canal de remo descartado o un monumento a Elcano

La huella del grupo liderado por Javier Ortega Smith también la lleva una subvención para pagar el Impuesto sobre Bienes Inmuebles desvinculada del valor de las viviendas. Se trata de una reducción extra de este impuesto a través de una ayuda directa (en lugar de una bonificación) que profundiza en la rebaja fiscal ya propuesta por PP y Ciudadanos por valor de 118 millones de euros.

Vox también insiste en crear un foso de remo en el río Manzanares, un proyecto que contaba con la adhesión de José Luis Martínez-Almeida cuando era candidato del PP pero que fue abandonado a su llegada a la alcaldía. Ahora, los de Abascal han conseguido que el Gobierno municipal invierta 17.000 euros en volver a estudiar la construcción de un canal para los remeros, pese a que impacta con la renaturalización lograda en este entorno natural. Otras de las enmiendas aceptadas pasan por dedicar 100.000 euros para construir un monumento a Juan Sebastián Elcano, subir el sueldo al personal auxiliar de Policía Municipal o dar un empujón a los libreros de la Cuesta de Moyano con una nueva ayuda.

Vox también proponía un presupuesto específico para crear el carril bici de Castellana, aprobado por unanimidad en el Pleno; una inversión destinada al derribo parcial del puente de Pedro Bosch (en Pacífico) y ayudas municipales para el comedor escolar. Pero el debate de estas tres cuestiones se ha aplazado al Pleno del miércoles.

El partido de extrema derecha asume que apoyará las cuentas con estas concesiones y ve más probable dar su respaldo a PP y Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid que en la Comunidad, donde se dirimen cuestiones que consideran “más ideológicas”.

El grupo municipal ha mantenido en esta ocasión un tono de negociación mucho más discreto que en 2019. Los concejales no han hecho públicas sus exigencias ni han marcado líneas rojas al Gobierno. Síntoma del buen entendimiento entre los tres partidos es que el Pleno para aprobar los presupuestos estuviera fijado desde hace al menos dos semanas. En 2019, la convocatoria se confirmó in extremis tras retrasarse por la falta de acuerdo con Vox.

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