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El PP de Madrid elimina las trabas para la construcción de un hospital privado a 500 metros de uno del sistema público

Hospital de Torrejón (Madrid) que adquirió Sanitas en 2012.

Sofía Pérez Mendoza

La localidad madrileña de Torrejón de Ardoz tendrá en 2021 dos hospitales separados por una rotonda. Apenas hay 500 metros entre el centro hospitalario público y el terreno que albergará uno nuevo privado, propiedad de Quirónsalud. La parcela, de 16.000 metros cuadrados, es municipal y se ha alquilado al gigante sanitario por un canon de 625.000 euros anuales durante 60 años.

Los gobiernos, regional y municipal –ambos del PP–, han tenido que eliminar algunas trabas para que el plan fuera viable. Tanto el Ayuntamiento, gobernado con mayoría absoluta por el PP, como la Comunidad de Madrid han engrasado la construcción del complejo con cambios ad hoc que empujaron a la empresa a modificar su proyecto y llevarlo a Torrejón de Ardoz. Estaba previsto para Alcalá de Henares, donde gobierna el PSOE, pero en un terreno privado. Se ha modificado el uso del suelo y se ha revisado la evaluación acústica para permitir la dotación hospitalaria en una zona rodeada de carreteras, vías de tren y próxima a la base aérea.

El alcalde de la localidad, Ignacio Vázquez, presentó el proyecto en febrero y proclamó que el hospital privado reduciría la espera en urgencias y especialidades del público “descargando y aliviando la presión asistencial”. “En Torrejón hay miles de personas con seguro privado que lógicamente van a ir a las urgencias privadas. No quiere decir que sea un bálsamo pero puede aliviar. No va a competir con el hospital público”, precisan fuentes municipales a eldiario.es.

Enfrente tendrá el hospital universitario de Torrejón, que se inserta en la red de la Comunidad de Madrid y atiende a pacientes de la Seguridad Social pero está gestionado enteramente por una empresa: Ribera Salud, el gran competidor de Quirónsalud. Es uno de los cuatro hospitales privatizados con un modelo ideado en la etapa de Esperanza Aguirre. Los otros tres están en manos también de Quirónsalud. A este centro le corresponde una población de 147.000 personas (tarjetas sanitarias) pero cada vez que atiende a alguien fuera de zona, la Comunidad de Madrid le reporta una facturación extra. Si pasa al contrario, es decir, un paciente adscrito a ese centro se marcha a otro, Ribera Salud pierde ingresos.

Detrás de la historia de este hospital hay también una guerra política. El centro iba a ubicarse inicialmente en la localidad vecina de Alcalá de Henares. Allí, Quirónsalud compró un terreno privado, según fuentes municipales, para levantar este mismo hospital que se firmó luego en Torrejón de Ardoz. El proyecto fue presentado públicamente en diciembre de 2017.

Pero hubo un cambio de rumbo cuando el ayuntamiento dirigido por Ignacio Vázquez puso a disposición los terrenos públicos a través de un concurso, según admite la propia empresa sanitaria. “El proyecto se modificó al abrirse el concurso”, dicen fuentes de la compañía a este medio. Apenas cuatro meses después, en abril de 2018, el consistorio ya había firmado con Quirónsalud, que resultó ganadora del proceso, el contrato de “concesión demanial” que le cede los terrenos a cambio de un canon anual de 625.000 euros.

“Que el hospital se instale finalmente en Torrejón de Ardoz demuestra que Alcalá ha perdido competitividad en lo que a la atracción de inversiones se refiere y responde a la desidia por parte del gobierno, que viendo una oportunidad para sus vecinos ha puesto a disposición del grupo sanitario toda clase de facilidades para que la inversión se instale finalmente en su municipio”, criticó el portavoz del PP en Alcalá de Henares, Víctor Chacón.

El contrato, al que ha tenido acceso eldiario.es, obliga a la empresa sanitaria a que el 100% de los trabajadores sean indefinidos. Aunque Quirónsalud –como otras empresas de la ciudad– se ha beneficiado de una rebaja del ICIO (impuesto de construcciones municipales) a cambio de impulsar el empleo entre los torrejoneros, según confirman fuentes municipales a eldiario.es.

El proceso para cerrar el acuerdo ha exigido varios cambios legales, completados a principios de 2018. El uso inicial pensado para la zona que ahora albergará el hospital no permitía construir infraestructura sanitaria. Iba a ser destinado a construir unas instalaciones de Metro para “servicios administrativos”.

“Era un terreno muerto. Se intentó que se destinara a hoteles en el Madrid olímpico porque es una parcela excelente, pero no se le estaba dando uso. Con esta concesión el Ayuntamiento va a ingresar en 10 años el doble del dinero que recibiría si se vendiera”, argumentan fuentes municipales, que subrayan que el contrato es favorable para las arcas municipales y, además, implica “la creación de puestos de trabajo”.

El barrio donde se ubica la parcela es una zona residencial en construcción. El consistorio piensa que el hospital privado va a “revalorizar” el área y justifica que ese terreno público “aún” no se puede destinar a una infraestructura municipal nueva porque “no hay viviendas”.

Para construir el hospital, la Comunidad de Madrid avaló, dentro de un procedimiento habitual, modificar el Plan General de Ordenación Urbana del municipio. El cambio pasó por la Comisión de Urbanismo en febrero de 2018. La Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, de la que depende Urbanismo, entonces estaba dirigida por Pedro Rollán, íntimamente ligado a Torrejón de Ardoz y al alcalde, que fue su sucesor como regidor en el municipio cuando Cristina Cifuentes le fichó en 2015 como consejero de Transportes. Rollán, sin embargo, no estuvo presente en la comisión ni votó respaldar la modificación del plan. Después, el cambio tuvo que pasar también por el Consejo de Gobierno.

Fuentes del Gobierno regional explican que es el Ayuntamiento “quien destina el uso a las parcelas, y no la Comunidad de Madrid” y que el Ejecutivo da el visto bueno si todo es legal en un procedimiento sistemático. “No es infrecuente que en espacios colindantes haya infraestructuras de carácter público o privado. Además, como actividad privada, se puede asentar donde consideren”, apuntan las mismas fuentes en relación a la cercanía entre ambos centros.

Los escollos para el desarrollo del proyecto no terminaron aquí. El terreno está muy cerca de la A-2, con gran afluencia de tráfico; de las vías del tren por las que pasa el servicio de Cercanías, y de la base aérea de Torrejón de Ardoz. La evaluación acústica advierte que la zona sufre un fuerte “impacto acústico” y los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente plasman en su informe que la construcción del centro debe minimizar la exposición, usando por ejemplo “carpinterías” que aseguren el “aislamiento”.

La ley pone una serie de requisitos para construir un hospital en un terreno, entre ellos, que sea un área de silencio, de tipo e), según el real decreto de la Comunidad de Madrid de 2007. Para que lo cumpliera, se volvieron a medir todos los niveles. “Es viable si bien se establecen condiciones para su ejecución”, dice el informe emitido por la Consejería de Medio Ambiente en 2018. El informe asegura que la colocación de dos caballones, una especie de montículos, en los extremos del terreno, han amortiguado el nivel de ruido. Aunque seguían superándose los niveles en las zonas exteriores durante la noche.

La oposición trató de frenar la concesión. PSOE, Sí Se Puede y Ganar Torrejón presentaron una moción conjunta hace un año que denunciaba que el “PP recurre al sector privado para paliar las carencias que ofrecen los servicios públicos”. “En estos 12 años de gobierno del PP en Torrejón, tan solo se han construido tres nuevos colegios privados/concertados y un hospital de gestión privada”, critica el portavoz socialista, Javier Castillo, que considera que con “esta nueva concesión se va un paso más allá”. “Se ha cedido suelo para construir un nuevo hospital completamente privado que viene a ofrecer lo que el precarizado Hospital de Torrejón no puede tras años de recortes de recursos”, añade.

Ribera Salud ha vuelto al hospital de Torrejón tras marcharse en 2012. Entonces, vendió sus acciones a Sanitas (60%) y acaba de recuperarlas además de la de Asisa (26%) y la de Concessia (10%) para hacerse con el control total de la concesión. El Gobierno regional aplaudió la noticia porque refrenda, a su juicio, “que la sanidad madrileña está en buenas manos”.

Si todo va según los plazos anunciados, Torrejón de Ardoz tendrá dos hospitales en 2021. El público sigue funcionando a base de cambios de manos y es objeto de compra-venta. El privado ha salido adelante a toda costa.

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