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Varios centenares de personas apoyan el acto en Madrid por el derecho a decidir: “Vienen quince días muy duros”

Joan Tardá (ERC) y Jordi Cuixart, presidente de Omnia Cultural, sostienen una papeleta del 1-O en el Teatro del Barrio.

Fátima Caballero

Varios centenares de personas se han concentrado este domingo a las puertas del Teatro del Barrio en Madrid, en la Calle Zurita del madrileño barrio de Lavapiés, para apoyar el acto a favor del derecho a decidir. El evento también reivindicaba la libertad de expresión después de que un juez suspendiera este martes el mismo acto que estaba previsto celebrarse en un espacio municipal cedido por el Ayuntamiento de Madrid.

Media hora antes de que diera comienzo a medio día, más de 500 personas se habían quedado fuera debido al limitado aforo de la sala que acogía ya a 130 personas. A través de unos altavoces, los asistentes han podido seguir a Joan Tardà, diputado de Esquerra Republicana; Isabel Serra de Anticapitalistas y diputada en la Asamblea de Madrid por Podemos; Núria Gibert, en representación de la CUP; Natalia Esteve, vicepresidenta de la Assamblea Nacional Catalana (ANC); a Alberto Arregui, miembro de la Coordinadora Federal de IU; y a Jordi Cuixart, presidente de Òmnium Cultural.

“Vienen quince días muy duros”, ha señalado a Núria Gibert (CUP) que ha pedido el apoyo de los madrileños para las semanas que quedan antes del 1 de Octubre. Gibert ha agradecido la “solidaridad” de todos los que este domingo han querido seguir el acto a favor del referéndum catalán y ha pedido que esta solidaridad no desaparezca de aquí en adelante. Tanto la representante de la CUP como después Joan Tardà o Isabel Serra han defendido la consulta del 1-O porque no votar sería “recular en derechos”. Gibert ha sido muy aplaudida por los asistentes que se congregaban a las puertas por su defensa de un nuevo Estado catalán diferente al actual: “No queremos un cambio de banderas”.

La portavoz de Podemos en la Comunidad de Madrid, Isabel Serra, ha defendido el referéndum y ha criticado lo que considera un “giro autoritario” del Estado y del Gobierno de Mariano Rajoy. “Hoy estamos aquí a pesar de los intentos del PP por impedirlo. Un Partido Popular que no entiende que en democracia la gente se puede expresar libremente, independientemente de que su opinión contradiga al Gobierno. Estamos aquí porque en los últimos días se está produciendo un giro autoritario y consideramos que frente a ello tenemos que solidarizarnos con el pueblo catalán”, ha reclamado Serra.

Por su parte, Joan Tardà, que a la salida ha dicho sentirse “más madrileño que nunca”, ha equiparado la lucha catalana a la lucha antifranquista en la capital, a la que los catalanes, ha resaltado, apoyaron. “Defender a Cataluña es defender Madrid”. “Lo que está en jaque es la misma democracia y algunos quieren matarla”, ha asegurado.

Más allá de los ponentes ha destacado la presencia de otros representantes políticos entre los que se encontraban Miguel Urbán, de Anticapitalistas; el líder de Podem, Albano Dante, y la concejala de Ahora Madrid del distrito de Arganzuela, Rommy Arce. Arce fue la edil que cedió el espacio en el que iba a celebrarse en un principio el acto, la Nave de Terneras en el antiguo Matadero, pero que finalmente fue suspendido por el juez de lo Contencioso Administrativo número 3 de Madrid, José Yusty Bastarreche.

Las centenares de personas que seguían el acto desde la calle han aplaudido a los ponentes a su salida del Teatro del Barrio. El presidente de Òmnia Cultural y Tardà han exhibido entonces la papeleta con la que los catalanes están llamados a votar el próximo 1 de octubre. 

“No nos dejéis solos. Necesitamos vuestra solidaridad, es clave”, ha pedido Jordi Cuixart. “La mejor moción de censura al PP es llenar el 1 de octubre las urnas de papeletas”, ha concluido.

El despliegue policial también ha sido notable. Dos lecheras de la Policía Nacional han escoltado, desde horas antes de que comenzara el acto hasta su finalización, la calle Zurita por uno y otro lado. Falange había amenazado hace unas semanas con protestar contra el acto cuando iba a celebrarse en un espacio municipal. 

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