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La ciudad de Madrid exhibe unidad con el Gobierno y la oposición juntos en el plan de reconstrucción

Hoy era el día de la escenificación, de las fotos, de los invitados. Los cinco partidos del Ayuntamiento de Madrid han exhibido su unidad en un Pleno extraordinario que ha dado el aprobado definitivo a los Pactos de la Villa, los acuerdos para sacar a Madrid de la honda crisis provocada por el coronavirus. Desde el viejo salón de sesiones del Ayuntamiento, donde se sitúa el nacimiento de la ciudad como entidad administrativa, los portavoces han acercado posiciones y se han conjurado contra la bronca permanente en la política. Con una advertencia de la oposición: los pactos no son “un cheque en blanco” y estarán vigilantes para que se cumplan.

El acto tenía toda la pompa que rodea a los días históricos, como este con el que el Ayuntamiento, y particularmente el Gobierno municipal, han querido proyectarse como ejemplo frente a los, hasta ahora, intentos frustrados de negociar en la Comunidad de Madrid y en el Congreso. “Madrid es hoy un espejo para España y los españoles de que hay una forma diferente de hacer política”, ha dicho el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, que tratará de capitalizar el acuerdo. Con él, el regidor se perfila como una nueva figura negociadora en el PP, alejada del perfil más duro que mantuvo hasta que llegó la epidemia.

Unos 50 concejales se han apelotonado en el pequeño salón, donde era difícil respetar las distancias de seguridad. Nadie quería perderse la instantánea. En las gradas de invitados, otras decenas de personalidades, entre ellas los excalcaldes de Madrid, Manuela Carmena, Alberto Ruiz-Gallardón y José María Álvarez del Manzano, que han asistido a discursos emocionados. Hasta lágrimas ha habido en un acto cargado de simbolismo. “No va en el oficio de ser político ser insultado o insultar. No se puede aceptar esta caricatura de todos nosotros, no somos contadores de votos”, ha asegurado la vicealcaldesa, Begoña Villacís, que ha aprovechado para reivindicar el papel “del centro” para negociar.

Casi dos meses separan aquel Pleno del Ayuntamiento de Madrid en el que Más Madrid mostró su “confianza” a PP y Ciudadanos en la gestión política de la crisis, germen de los pactos, a la fotografía de hoy. “Es una buena noticia que esto no se parezca al Congreso de los Diputados”, dijo Rita Maestre un 17 de abril. La afirmación, pese a que han pasado casi 60 días, preserva su validez en un momento en el que la Comisión de Reconstrucción del Congreso trata de salvar un acuerdo con muchas dificultades y la Comunidad de Madrid apenas ha iniciado, con mal pronóstico, la negociación. “Sería deseable, pero posible no”, ha avanzado la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, cerrando de antemano la posibilidad de alcanzar un consenso.

En el acto en la Plaza de la Villa han tomado la palabra todos los portavoces municipales, concejales en representación de cada una de las mesas de negociación y, para cerrar el acto, el alcalde de Madrid en un Pleno extraordinario sin debate ni grandes reproches. “La regla debe ser acercar posiciones. Eso se ha demostrado en la capital de España. Así ha empezado Javier Ortega Smith, cuyo partido, Vox, amenazaba hace dos meses con no dar ni siquiera una oportunidad a la negociación, y ahora se felicita por ser un ”espejo“ para las negociaciones de otras administraciones.

Los discursos han sido un mar de elogios: para el alcalde, para la oposición, también para los ciudadanos que han “estado a la altura” con alguna crítica. “Celebro que, por exigencias del guion, haya trasmutado usted en un dirigente dialogante. Le agradezco su contención”, ha señalado la portavoz de Más Madrid, Marta Higueras, que ha avisado al regidor que estos acuerdos “no son un cheque en blanco, sino un compromiso adquirido con la ciudadanía”.

La oposición ha advertido al Gobierno que seguirá empujando para que se apliquen las medidas que se han quedado fuera de los acuerdos, como más restricciones al coche, y ha subrayado que vigilará porque el acuerdo se cumpla. “Ni debe demorarse aplicación ni debe incumplirse. Nos sentimos representados pero hay muchas cosas que se quedan fuera”, ha indicado el portavoz socialista, Pepu Hernández, tras el Pleno. Durante la sesión, Hernández ha reivindicado el pacto como un contrato con la ciudadanía, una “respuesta al compromiso adquirido” con los madrileños.

Martínez-Almeida ha mencionado uno a uno los nombres de los 57 concejales del Ayuntamiento en un gesto de agradecimiento personal y ha recordado, en respuesta a las puntuales críticas de la oposición, que “no hay buen gobierno si no hay buena oposición”. “Madrid es el rompeolas de todas las Españas”, ha dicho a renglón seguido, citando a Antonio Machado.

Ahora, cuando se cierra el telón y terminan las felicitaciones, queda por delante lo más difícil: aplicar en un contexto de crisis sin precedentes en los últimos 80 años las 352 medidas escritas en el papel. Todavía se desconocen cuáles son los tiempos para empezar a ejecutar los acuerdos y si va a haber un seguimiento formal que garantice el cumplimiento. “Este acuerdo se va a cumplir”, ha asegurado Martínez-Almeida.

La otra gran incógnita es el presupuesto, dado que apenas un puñado de medidas van acompañadas de una memoria económica y Madrid está pendiente, como los ayuntamientos de toda España, del permiso del Gobierno central para emplear el superávit. De momento, Hacienda ha permitido el gasto de 70 millones de euros al Ayuntamiento. “El Gobierno tendrá que pensar si es prioritario dar de comer a los madrileños o hacer un túnel en la A5”, ha dicho el PSOE, que se suma a esa petición pero pide que el cumplimiento “no dependa solo de esos ingresos”.