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Desborde, programa participado, primarias e institución: tres años de alcaldía de Manuela Carmena y Ahora Madrid

Asistentes al mitin a la candidada a la alcaldía de Madrid por Ahora Madrid, Manuela Carmena, durante el acto de cierre de campaña para las elecciones municipales de 2015

Andrés Gil

“El 13 de junio es mi aniversario favorito”. La portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, recuerda así el día de 2015 en el que Ahora Madrid conquistó el palacio de Cibeles. Ahora Madrid era una confluencia entre Ganemos y Podemos que acababa de elegir a Manuela Carmena candidata a la alcaldía de Madrid. En apenas unas semanas se celebraron unas primarias abiertas, se configuró un programa en el que participaron miles de personas y se empapeló la ciudad y las redes sociales con la cara de Carmena.

Entre los que llegaban a la institución por primera vez había más de uno y de una que acampó en Sol la primera noche del 15M. Muchos de ellos eran portavoces de una mayor exigencia de participación democrática y de transparencia, de otros modos de hacer política.

Tres años después, han pasado de la plaza a la institución; de la plaza al despacho; del activismo al gobierno.

¿Y a partir de ahora? “Uno de los retos más importantes del proceso de Ahora Madrid”, apunta la concejala de Igualdad del Ayuntamiento de Madrid, Celia Mayer, y negociadora de Ganemos en el acuerdo con Podemos para formar la candidatura, “es resolver, cómo una vez pasado ese momento electoral, se mantienen las bases para un gobierno conectado con la ciudad y con los actores y actrices que habitan en él y que impulsan cambios y transformaciones día a día. Cómo en la práctica de gobierno, se puede mantener ese proceso de confluencia múltiple que nos impulsó al gobierno y en la que reside la capacidad de transformación global de la ciudad de Madrid”.

Y añade: “Otro de los aspectos esenciales es ver cómo se integra el feminismo en las candidaturas municipalistas. Más allá de la representatividad en sentido puro (las listas son paritarias y las lideresas son mujeres), necesitamos pensar en qué se traduce eso de ”poner la vida en el centro de la política“ tanto en la acción institucional como en la organización de las propias candidaturas. Poner la vida en el centro de la política significa redefinir lo que es problema de todos y todas. Significa partir de la base de que somos interdependientes, que todos cuidamos y somos cuidados, que en la vida las eventualidades existes, significa que no somos ajenos a lo que le pase al de al lado y que eso también es asunto nuestro, significa que para tener vida hay que tener salud, significa nuestras vidas se desenvuelven en un medio ambiente y que hay que cuidarlo. Poner la vida en el centro significa que todas esas cuestiones cogen entidad política y se sitúan como marco sobre el que establecer las políticas públicas municipales. Y eso es virar el timón de la política, cambiar las prioridades, establecer otros parámetros y métodos de medición, poner la mirada y el valor social en otro sitio, reconocer a otros sujetos y su soberanía y ese sin duda, en el contexto de movilización feminista en el que nos encontramos, es un reto para las candidaturas municipalistas”.

Fernanda Rodríguez, negociadora de Ganemos en el acuerdo de confluencia con Podemos, recuerda que “Ahora Madrid fue fruto general de la idea de que las demandas de la sociedad no se satisfacían, que había un bloqueo institucional y que por tanto había que acceder a las instituciones. Para Ganemos, la posición de negociación era clara con Podemos: teníamos alianzas con los movimientos, cuadros ya experimentados en la pugna electoral (con una IU depurada en Madrid), visibilidad y gente con discurso, análisis sobre la ciudad, capacidad de movilización y comunicativa, y un entorno de movimientos afín. Con respecto a las primarias, se accedió al Dowdall y se negoció, eso sí, un porcentaje superior de voto para acceder a la lista. El proceso de selección fue ejemplar, pues el sistema Dowdall permite una representacion proporcional”.

Gonzalo López, también negociador de Ganemos en el marco de entendimiento con Podemos, recuerda aquel proceso como “ilusionante, desde abajo, enraizado en el 15M, deliverativo, participativo... Era sinónimo de nueva política. Ganemos nace con Municipalia [verano de 2014], mientras Podemos se está armando electoralmente y se alía con las candidaturas muncipalistas. De esa negociación nace Ahora Madrid, que es un partido instrumental porque Podemos no quería un partido que le hiciera sombra. Y lo estamos pagando ahora con decisiones desde arriba”.

¿Cómo se puede recuperar la ilusión? Gonzalo López es tajante: “La ilusión sólo se puede recuperar en las mismas claves: programa colaborativo, sistema Dowdall y ámbitos de decisión colectivos. Si no, vamos para atrás. Si las decisiones son verticales y unipersonales es un desastre. Estamos en un proceso de nueva derecha y ante ese proceso hay que estar muy juntos y muy unidos y no fallar a las fuentes: el idealismo democrático, los principios del 15M, la participación democrática, las decisiones colectivas, lo que alumbró la nueva política. Si somos arreglos en despachos y decisiones unilaterales nos estamos equivocando: ese camino es la derrota y eso yo creo que más tarde y más temprano”.

José Manuel López, diputado autonómico de Podemos y negociador por parte de esta formación aporta otro elemento que sobrevuela en todas las conversaciones: “Pasa por Manuela. Más allá de lo interno, la participación, Ganemos,... Manuela ha conseguido la ficha que inicia las tres en raya. Hasta que ella no decida, nadie lo va a hacer, ni para la comunidad ni para el ayuntamiento. Ella define el tablero externo y, creo que trambién, el interno; como se conformará lo interno”.

El entonces secretario general de Podemos en la ciudad de Madrid, Jesús Montero, afirma: “Del 32,50% del voto que obtuvo Ahora Madrid, en torno al 20% lo aporta Podemos y el liderazgo de Manuela Carmena nutre aproximadamente un 10% (basta mirar el diferencial del voto PSOE autonómico y municipal) y en torno al 3% restante es la reunión de todas las fuerzas del cambio (IU, Equo, espacios municipalistas). De manera que el éxito de Ahora Madrid es la combinación de la fortaleza electoral de Podemos, el liderazgo de Manuela y la confluencia de todas las energías”.

El secretario general de Podemos en la Comunidad de Madrid, Ramón Espinar, por su parte, añade: “Hay que saber leer los contextos políticos. En ese momento estábamos dando a luz una criatura política y ahora estamos enfrentando el tránsito de la adolescencia a la madurez de una herramienta. Que tiene que consolidarse y que tiene que aprender a gestionar la responsabilidad de gobierno de forma sostenida en el tiempo, y pasa por entender que los objetivos eran desafiar el bipartidismo y ahora es consolidar el espacio político del cambio: poner en valor sus políticas y los éxitos de los ayuntamientos del cambio que mejoran la vida de la gente; ensanchar el espacio de lo local en la política española, salir del debate territorial en clave nacional pero aterrizarlo en la reforma territorial hacia lo local. Y lo tenemos que hacer con la experiencia del gobierno; y entender los ayuntamientos como enclaves que hacen política pública y también enclaves estratégicos y el ejemplo cuando somos gobierno. Esos elementos son los retos y pasar a herramientas políticas más maduras que en 2015”.

José Haro, negociador de Ganemos, explica: “Ahora Madrid enarboló un programa ambicioso, quizás incluso, difícil de cumplir en alguna de sus propuestas. Ante ello, cabe la adaptación, desde luego, pero no su tergiversación por traducción o su negación por incumplimiento. Es importante explicar bien lo que se está haciendo, también es fundamental iniciar nuevos y amplios procesos de corte social y ciudadano que posibiliten ajustar propuestas y programa sin perder el referente de transformación que preña su esencia. En todo caso, en términos generales, el balance es positivo, se ha hecho mucho, incluso más allá de lo contemplado. Queda aún por hacer. La acción de gobierno, afanada en activar opciones durante la primera parte de la legislatura, en su tramo final debe centrarse en priorizar la concreción de medidas que ofrezcan resultados tanto a nivel tangible, en lo relativo a las condiciones materiales de vida de la ciudadanía madrileña, como en el plano de lo simbólico, aquello que apela a los conceptos, genera imaginarios y abre el mundo a otras posibilidades. Quedan un año más para seguir demostrando que el cambio es posible”

Toño Hernández, cofundador de Ganemos y hasta hace pocas semanas coordinador del grupo municipal de Ahora Madrid, reflexiona: “Se venía acumulando desde 2011 toda la ilusión del 15M. Ahora estamos en un proceso de desilusión y partimos de negativo, y no de positivo como partíamos de antes. Y no tiene tanto que ver con la acción de gobierno que es más bien sensata y buena. Sí creo que la dificultad que tenemos es que sí que ha habido un destrozo de la ilusión interna en las formas poco democráticas de hacer. No veo que haya voluntad de hacer un proceso democrático, participativo y que se cuestione y se hable de cómo va a ser el proyecto”.

¿Cómo está siendo el paso por la institución? “La construcción de la candidatura”, explica el tercer teniente de alcalde y coportavoz de IU Madrid, Mauricio Valiente, “el desbordamiento de la campaña, la formación del gobierno y la necesidad de tomar las primeras decisiones fueron tan rápido que supuso una auténtica prueba de fuerza para todos nosotros. Desde el primer momento sentimos la responsabilidad de ser el foco de la aspiración de cambio de todo el país, al mismo tiempo que fuimos muy consciente que, por modestos que fueran los cambios estructurales que podíamos llevar a cabo, éramos y somos un desafío al régimen, a intereses muy consolidados que tienen horror al ejemplo de una mayoría social que construye un instrumento político eficaz. Ahora nos toca hacer un balance serio de nuestra gestión; se lo debemos a esa aspiración de cambio en el pais que reflejó nuestro gobierno; un balance que refleje con orgullo lo mucho que ha cambiado la ciudad, porque a veces la rutina del día nos hace olvidar lo que era el Ayuntamiento de Botella; pero también las carencias y límites objetivos a los que no dimes suficiente importancia, como la capacidad de sabotaje económico a un gobierno muy peligroso para las élites por lo que significa, aunque sea potencialmente, y el deterioro para la autonomía municipal de decenios de políticas neoliberales”.

Sarah Bienzobas, participante de Podemos de primera hora y ahora en el Ayuntamiento, afirma: “A mí, tres años después me sigue impactando mirar al Ayuntamiento y pensarlo. No está siendo fácil, o al menos no siempre. Es complicado gobernar, como era de esperar, y es complicada la burocracia institucional que a veces es un muro contra el que rebotas una y otra vez. Pero es a la vez muy satisfactorio, la política municipal es absolutamente inmediata, tiene mucho de gestión y repercute sobre la ciudad de forma muy tangible. Es verdad que las competencias son muy limitadas, pero hay muchas cosas de la ciudad que se tenían que cambiar y se están cambiando. Personal y profesionalmente está siendo una de las experiencias más alucinantes e intensas. Yo confío en que se siga gobernando Madrid. Como madrileña deseo cuatro años más de Manuela para la ciudad”.

“El problema de Ahora Madrid son dos”, sostiene Fernanda Rodríguez: “Uno, la autonomización del gobierno, y sobre todo de Alcaldía, que parte de un desarrollo orgánico mínimo de Ahora Madrid y no lo pone fácil para para lograr reeditar o generar la adhesión que generó Ahora Madrid en su día. Sólo el programa lo votaron 5.000 personas. Ganemos obtuvo 30.000 firmas y no sé ahora la cantidad de gente que votó las primarias, algún compa lo dirá. Pero sobre todo hubo una campaña de la gente en los barrios, de grupos que hacían su propia publicidad a menudo sin relación orgánica con Ahora Madrid pero sí con afinidad. Una gran movilización. Que ahora es complicada. Más importante que la cuestión puramente orgánica es el entorno de simpatía y afinidad fruto de redes de simpatías y relaciones que antes eran naturales y que ahora, aunque persistan a un nivel ideológico y personal, entre muchos de nosotros no está claro que lo hagan a nivel de movilización electoral. No quiere decir que no haya apoyos, sino que no serán tan activos”.

“Hay desencanto y frustración”, sostiene Gonzalo López, “por un lado, porque el Estado no nos ha dejado con la ley de Estabilidad y la tasa de reposición, y por otro porque no hemos asumido determinadas cosas: vivienda pública, remunicipalización, descentralización. Necesitamos otra legislatura. Somos gente que no habíamos estado nunca aquí, y tenemos una experiencia que creo que no se puede tirar por la borda. Me parecería un despilfarro. Y a niveles de decencia y de ética política, nuestras 12-14 horas diarias nos las pasamos en los sitios, donamos gran parte de nuestro salario, los procesos son transparentes...”

“El día a día en el gobierno municipal ha generado, como era previsible, algunas contradicciones y desilusiones”, sostiene Jaime Tomás, negociador de Ganemos y clave en la introducción del Dowdall en las primarias: “El foco se ha centrado demasiado en las guerras culturales y se han echado de menos políticas distintivas y fuertes. En algunos temas, como la vivienda, todavía se pueden adoptar medidas importantes. En todo caso, resulta necesario centrar la agenda en los temas que más preocupan a las mayorías, como la vivienda, la economía y el empleo, el desarrollo de ciudad, la movilidad o la gestión de los servicios”.

José Haro defiende que “el Ayuntamiento debe servir para algo más que gestionar y representar, debe ser útil para hacer política y avanzar hacia la concepción de una nueva institucionalidad democrática. Las claves principales del municipalismo democrático pasan por el empoderamiento de la ciudadanía y las comunidades, por poner la vida y los cuidados en el centro de las políticas públicas, por la dispersión del poder y el establecimiento de una lógica del mismo asentada en el feminismo, por la redistribución de los recursos y por la garantía de que los servicios respondan a las necesidades y demandas reales de los habitantes. Paralelamente a la acción de gobierno, Ahora Madrid debe avanzar en la articulación de su propuesta para 2019 y en el ajuste de su dimensión orgánica en tanto herramienta para el cambio. En los próximos meses, la apuesta municipalista madrileña debe ser capaz de afianzar la soberanía en el devenir de su propio proceso. En el medio-largo plazo, en Madrid está en juego algo más que una victoria electoral o un efímero protagonismo. Se juega el futuro, la posibilidad de asentar una nueva cultura política, otra forma de entender y hacer las cosas y, con ello de la mano, la recomposición del espectro político de centro-izquierda en la ciudad y la ubicación de sus coordenadas”.

Toño Hernández se lamenta de la “dinámica de despachos, de las lógicas de personas, ni siquiera de partido, del poder acumulado... Esto provoca que no sea un proceso ilusionante, sino desmovilizador para mucha gente. Podría generar ilusión con los mimbres mismos metodológicos de 2015, pero creo que estamos en otra historia y no sé si se podrá revertir. Estamos en la lógica de líderes mesiánicos bajo los que todo queda supeditado: es la lógica de que hemos construido algo que no sobrevive sin el líder mesiánico y eso imposibilita su desarrollo y hace que se termine tragando con decisiones unipersonales”.

“Esa es la parte que veo complicada”, prosigue Hernández. “Como una vez dijo Manuela una vez, 'los déficits de la democracia se resuelven con más democracia'. Pero yo veo complicado revalidar. Tampoco hay que buscar que el proceso sea idéntico, pero lo que sí que no es aceptable es que metodológicamente rompas con los principios que nos han traído aquí y que eran los deseos del 15M: democracia, participación, debates colectivos, tomas de decisiones compartidas... Si eso no se quiere hacer porque es más cómodo resolverlo en un despacho entre tres, hay mucha gente que no lo va a vivir con ilusión”.

¿Hacia dónde vamos, se pregunta Mauricio Valiente? “Sin rendición de cuentas y balance realista no hay futuro. Y sin nuestras señas de identidad de participación y creatividad revolucionaria no podremos mantener un gobierno que necesita la ciudad y las perspectivas de cambio del país. Es difícil con un tejido social y político deficiente y en construcción mantener a la vez la tensión de un gobierno y la relación con las demandas siempre exigentes de la movilización social. Es difícil pero imprescindible. Y en ello nos jugamos el futuro y el proyecto de Ahora Madrid. Izquierda Unida hará su aporte y trabajaremos en esta línea. Además tenemos por delante de romper el aislamiento político de los gobiernos del cambio; Max elecciones de 2019 son una primera prueba en este sentido también para las Comunidades Autónomas. Para ello ya estamos trabajando en un gran encuentro programático unitario social y político el 30 de junio, que será un hito en la construcción de una alternativa para nuestra Comunidad”.

Nunca hubo organización”, concede Jesús Montero, “y quizá algunos disgustos nos habríamos ahorrado. O no. Igual ya te habrías roto para 2019. Manuela, eso sí, de 10. Y en el 2019 que diga que sí. Una de las cosas que se han hecho mal es que nadie ha secado a Begoña Villacís. Nadie ha hecho un papel en el grupo de poli malo. Es la que lo tiene a tiro si Manuela no se presentara. Lo tiene muy bien, no para de currar, está en todos los sitios... ha aprendido de Manuela. A ver qué ocurre. La coalición Unidos Podemos está clara, lo que no sé si llegaremos más allá de IU. Si el problema es que ella más que decir a quiénes quiere, es decir quiénes no quiere. Ha salido muy quemada por esa parte”.

“Si no podemos hacernos las preguntas ni debatirlas”, reflexiona Toño Hernández, “y sólo nos importa ganar... Es una pregunta muy escasa para un proyecto de cambio”.

Ramón Espinar considera que el desarrollo de Ahora Madrid como herramienta política “es complejo y se ha generado una situación de indeterminación de las legitimidades. En el primer momento había espacios de rendición de cuentas y ahora es más indeterminado, pero ha de tender a solucionarse. Es un reto para el futuro. Ha de haber un proyecto político completo: Manuela, proyecto de ciudad, candidatura y metodología. La clave de la participación nunca la genera una metodología, sino que participar sirve y que se está participando en algo importante. El debate importante es qué hacemos en esta ciudad. Estos años han sido muy satisfactorios, pero insuficientes para deshacer más de 20 años de gobierno del PP. Y hay tareas pendientes. Cuando el PP ha estado más de 20 años, revertir ese ciclo no es lo mismo que la gobierne el PP o el cambio. Es fundamental que se genere una sinergia con instituciones superiores. Uno de los límites fundamentales ha sido el PP, en la Comunidad de Madrid. Hace falta extender el cambio a más instituciones porque no son todopoderosas”.

Jaime Tomás analiza que “las perspectivas para las elecciones de 2019 son muy negativas. La necesidad de volver a forjar una alianza lo más amplia posible debería estar en la mente de todos. En el camino convendría reparar algunos errores, preparar rotaciones e ir pensando en cómo pasar a un siguiente nivel en el que se tenga más capacidad para dejar impronta en el modelo de ciudad. La conformación de la candidatura volverá a ser un elemento clave. Es necesario combinar la capacidad de gestión con la representación de una amplia alianza electoral; evitar el reparto de cuotas entre partidos preservando el carácter ciudadano y participativo de la candidatura; y, también, mantener la capacidad de llegar a los sectores más moderados y al tiempo movilizar a los más comprometidos. Sin duda retos muy importantes que no se deben dejar para última hora”.

“En cuanto al tema del partido”, prosigue Fernanda Rodríguez, “la cosa fue mas compleja. El partido es un partido instrumental, sin vida orgánica y solo para presentarse a las elecciones. Ahora bien, esto forma parte de las contradicciones entre unos y otros: se reconocía un mínimo de vida orgánica. Una mesa de coordinación en que se representarían a las partes y órganos territoriales de desarrollo mínimo, que sin embargo se circunscribirían al terrotorio y que no tendrían decisión sobre las cosas esenciales. Ese entorno que no está tan fuerte para apoyar ni tampoco para exigir fruto de un proceso en que los cargos han representado consensos no muy avanzados más que transformado, supone una normalización también de la política. Aunque la situación esté peor, se vive en un clima de normalidad que muchos cargos asumirán como un hecho”.

Gonzalo López afirma: “Hay que potenciar los espacios colectivos de decisión, pensar en conjunto es más fácil que por separado. Tiene que haber generosidad política: hay pocos temas que nos diferencian entre nosotros: el PEF, la Operación Chamartín y el TPA de Raimundo Fernández Villaverde. Son 4-5 temas, no es tanto. Ante una nueva política de derechas hay que estar todos muy unidos, desde los movimientos sociales. No podemos echar a nadie de esta historia. Hay que tener generosidad política, que desemboca en primarias políticas proporcionales porque si no.

Por su parte, José Haro prosigue: “Las fuerzas que componen Ahora Madrid no deben caer en la tentación de sustituir los procesos colectivos de toma decisiones por contactos multilaterales de carácter privativo en las que se van avanzando escenarios futuros. Ello hurtaría la posibilidad de participar en ello, sea de forma directa o representada, a capas más amplias que en 2015 tuvieron la oportunidad de hacerlo hasta el punto de hacer posible la propia existencia de Ahora Madrid y la campaña que le hizo llegar al gobierno de la ciudad”.

Y concluye Haro: “Es imprescindible reparar lo dañado; dotarnos de una conciencia colectiva que facilite las relaciones, refuerce los vínculos y los procesos de afección entre los distintos contextos en los que nos desenvolvemos; articular espacios de participación política de proximidad, espacios integrales que superen toda sigla y que relacionen lo público institucional con lo eminentemente social y ciudadano, que, desde los problemas concretos, permitan sumar y acumular sabia nueva y bruta a las raíces transformadoras de esta ciudad. Lo que hagamos en este tiempo determinará nuestras posibilidades de hacer en el futuro. No dejemos que la complejidad nos arrebate la posibilidad”.

Desborde, programa participado, primarias e institución. Han pasado tres años de alcaldía de Manuela Carmena y queda uno para las siguientes elecciones: ¿Habrá programa participado y primarias abiertas y proporcionales? ¿Y desborde? ¿Será suficiente con Carmena?

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