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Un centro pionero de atención a empleadas domésticas, en riesgo por el recorte de ayudas de Almeida

Inauguración del centro de atención a empleadas domésticas, de SEDOAC. / Ayuntamiento de Madrid

Sofía Pérez Mendoza

Madrid es la única ciudad de España con un centro de atención integral a las empleadas domésticas y de los cuidados, pero su continuidad está en riesgo. La ayuda que recibe la asociación que lo gestiona, SEDOAC, es una de las que se han caído de los nuevos presupuestos del Ayuntamiento de Madrid, aprobados este lunes.

El proyecto, para el Empoderamiento de las Trabajadoras del Hogar y Cuidados, es único en España. Solo existe una experiencia similar en Bilbao. Pese a ello, el Consistorio ha decidido consignar cero euros para este programa pionero en 2020 que ha atendido en seis meses a 350 mujeres, la mayoría migrantes.

Sí mantendrá, por el momento, la cesión del espacio a la entidad por cuatro años, como dejó firmado el anterior equipo de Gobierno, pero la retirada de la ayuda deja a SEDOAC sin recursos económicos para la contratación de las profesionales que atienden a las usuarias. En el centro hay dos abogadas, una trabajadora social, una psicóloga y una administrativa. “Desde el activismo intentaremos continuar pero las que estamos aquí tenemos que buscar otro trabajo”, asume Carolina Elías, coordinadora del proyecto. Detrás del espacio está el grupo Turín, que aglomera a varias asociaciones de empleadas domésticas (Territorio Doméstico, Senda de Cuidados, SEDOAC...).

El centro está ubicado en el distrito de Usera, donde el 17% de las mujeres trabajan como empleadas domésticas o desarrollan labores de cuidados. El porcentaje está por encima de la media del resto de Madrid, que está en el 12%, según datos del Consistorio en 2018. A esta cifra hay que sumar la bolsa de economía sumergida que hay en este sector, donde muchas trabajadoras no están dadas de alta en la Seguridad Social. El Ministerio de Trabajo, de hecho, ha detectado “problemas” específicos en este sector por un aumento de las empleadas que no cotizan después de la subida del salario mínimo interprofesional.

Sandra, procedente de Ecuador, llegó al espacio por recomendación de su hija, que lo conoció en la universidad. Lleva 20 años en España y ha trabajado como interna en casas, después en labores del hogar como externa y ahora está contratada por una empresa que se dedica a cuidar a personas dependientes. Trabaja, dice, 50 horas a la semana y cobra menos de 900 euros. Tiene 50 años.

“Aquí encontré lo que nunca antes había encontrado: otras mujeres que viven una situación parecida a la mía y que tienen problemas similares”, relata. Para ella, el principal problema es la “soledad” del trabajo. “No tener compañeras, cargar con los problemas de las personas que cuidas... Eso te mina psicológicamente. Es más eso que el cansancio físico, que también. Para ellos a veces eres como su familia. Hay personas muy enfermas, es duro y vas absorbiendo todo eso”, asegura.

El centro abre los fines de semana para que las trabajadoras puedan utilizar el recurso, además de para buscar asesoría jurídica y legal, como un espacio de ocio y encuentro para construir redes de apoyo. Especialmente para las mujeres que trabajan como internas. Hay talleres de taichi, de danza, de cocina, de informática... “El servicio ha tenido una acogida sorprendente. Cuando una lo descubre y se siente bien, avisa a otra. Es un espacio donde formarse e informarse de manera gratuita, una referencia”, asegura Carolina, que dice no entender por qué se ha tomado la decisión de no renovar la ayuda.

Sin subvención y sin concurso

La subvención se creó a cargo del Fondo de Reequilibrio Territorial, un montante dirigido a reducir las desigualdades entre los barrios de la ciudad. La que fue concejala del distrito con Manuela Carmena, Rommy Arce, inauguró junto a las asociaciones el centro en junio de 2018. Para el grupo municipal, ahora en la oposición, “es muy mala noticia que Almeida y Villacís, ante la indiferencia de la nueva concejala del distrito, Loreto Sordo, hayan tomado la decisión de cerrar el espacio”. “Es un proyecto pionero que presenta un servicio imprescindible a un colectivo en ocasiones desamparado y vulnerable ya que está formado fundamentalmente por mujeres inmigrantes”, apunta la portavoz de Más Madrid, Rita Maestre.

SEDOAC denuncia que la nueva concejala de distrito no ha contestado a sus peticiones de reunión ni a sus invitaciones. “No pueden decir que el centro ha sido un fracaso porque ni siquiera han venido a visitarnos”, critica Carolina, que asegura que invitaron a la concejala, Loreto Sordo (PP), al II Congreso de Empleo de Hogar y Cuidados, celebrado precisamente en las instalaciones de Usera con la asistencia de trabajadoras de toda España, y “nunca contestó”.

Fuentes del área delegada de Coordinación, Transparencia y Participación Ciudadana, de la que sale esta subvención y que dirige Ciudadanos, aseguran que la eliminación de la ayuda está dentro de “las medidas del Gobierno en pro de la concurrencia competitiva para acceder a subvenciones”. A la pregunta de si habrá un concurso para este caso específico, el área responde que “esa decisión se tomará en función de las demandas que expresen las asociaciones de vecinos”. De momento no hay ningún procedimiento en marcha.

La coordinadora, Carolina Elías, defiende que el centro tiene una “alta demanda”, pese a que solo lleva funcionando seis meses. “Unas tres mujeres son derivadas a nuestro espacio a diario de servicios sociales, de servicios de empleo, de espacios de igualdad o de asociaciones vecinales”, apunta.

Elías describe situaciones muy complicadas que requieren de una intervención social integral. “Hemos atendido a mujeres en situación de calle porque han sido despedidas como internas de chalets donde cobraban 500 o 600 euros y no tenían adónde ir. Vemos situaciones de vulneración de derechos impresionantes y también mucho miedo en el caso de las trabajadoras que no tienen papeles”, señala.

Ella es abogada de formación y cuando aterrizó en España, procedente de El Salvador, hace una década también se dedicó al empleo doméstico. “He trabajado cuidando mayores, de interna, limpiando portales. Pero hace dos años pude salir del sector”, explica. Este es otro de los horizontes que el centro le abrió a Sandra. “Por primera vez he visto que había opciones de trabajar en otro ámbito. Aquí aprendemos a hacer otras cosas”, indica.

“Seguir si finalmente nos retiran la financiación va a ser muy difícil. Llevamos años haciendo mucho sin recursos. Y cuando los tienes mejora la calidad del servicio. Como trabajadoras del hogar quitamos horas de descanso para hacer activismo y, si además tenemos que hacer asesoría, es imposible”, resume Rafaela Pimental, de Territorio Doméstico.

En el distrito, gestionado por el PP, reconocen al centro como parte del “tejido asociativo del barrio” y justifican que la reunión con la concejala no se ha podido “celebrar por motivos de agenda” aunque se emplazan a que se produzca “próximamente”. “Como tal se respeta su trabajo y se las atiende”, añaden.

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