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Entrevista Portavoz de Más Madrid en la Asamblea regional

Manuela Bergerot: “Más Madrid es la oposición a la que teme Ayuso”

La portavoz de Más Madrid en la Asamblea, Manuela Bergerot.

Fátima Caballero

Madrid —

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Manuela Bergerot (Buenos Aires, 1976) llega “con toda la ilusión y todo el compromiso” a la Portavocía de Más Madrid en la Asamblea regional, donde el partido ostenta el liderazgo de la oposición a Isabel Díaz Ayuso después de que en las elecciones del 28 de mayo la formación lograse de nuevo quedar en segunda posición por delante de los socialistas. Bergerot toma así el mando de Mónica García, que ha dado el salto a la política nacional para hacerse cargo del Ministerio de Sanidad del Gobierno de coalición de PSOE y Sumar. “Mónica García es la líder indiscutible de Más Madrid”, advierte la argentina de nacimiento y madrileña de adopción, que evita no obstante confirmar si la ya ministra volverá a ser la candidata a la Comunidad de Madrid en los comicios 2027.

Para Bergerot, Más Madrid está logrando hacer una política diferente y las consecuencias son “un crecimiento imparable” del partido, ahora también formando parte del Gobierno central. Por eso, como ya hiciera García en el reciente Congreso de Más Madrid, también reivindica la “autonomía” del partido frente a la coalición Sumar. “Nadie hablaba de las cuestiones madrileñas hasta que llegó Más Madrid”, asegura orgullosa. Y lo relaciona directamente con el auge del partido en la política madrileña–cuyos dirigentes provienen mayoritariamente de Podemos– los últimos tres años. “Más Madrid es la oposición a la que teme Ayuso”, defiende, a pesar de que la presidenta regional gobernará con mayoría absoluta los próximos cuatro años.

¿Cómo están siendo las primeras semanas como portavoz de Más Madrid en la Asamblea?

Está siendo la continuidad del trabajo de Mónica García y de un grupo parlamentario excelente. Estoy muy bien acompañada por mis dos portavoces adjuntos, María Pastor y Emilio Delgado. Así que es la continuidad de seguir mostrándole a Ayuso que hay un mejor Madrid posible, más allá del que ella se empeña en negar.

¿Entraba en sus planes ser la líder de la oposición de Madrid en estos momentos?

El compromiso desde dentro de la organización de Más Madrid te lleva a remangarte allá donde hagas falta en cada uno de los momentos. A mí además me parece muy positivo que cada una de las personas que conformamos Más Madrid podamos pasar por diferentes espacios, porque todos son importantes y en cada momento, en cada hito, hay que hacerse cargo de un lugar. Vengo de ser secretaria de Organización y tengo el orgullo de sentir que tenemos la mejor organización política, una comunidad política en Madrid y que hay que ponerle voz a todo ese compromiso para no darle ni un respiro a Ayuso.

¿Qué tal es su relación con la presidenta?

Isabel Díaz Ayuso no ha perdido ni un solo segundo en confrontar con Más Madrid. Somos la oposición a la que teme y el otro día ya lo demostró conmigo, cuando, frente a una una pregunta que le hice durante la sesión de control al Gobierno sobre las violencias machistas en torno al 25 de noviembre, ella, con ese odio que le recorre, lo primero que me dijo fue: “Usted a mí no me va a decir si es más mujer que yo”. No entendió nada de lo que yo quería hablarle. Lo que le molesta a Ayuso, precisamente, es que constantemente le estemos mostrando que hay un mejor Madrid posible, que hay mucho más Madrid ahí afuera y que desborda esa idea pequeñita, unitaria, casi gris de lo que ella concibe que es esta comunidad.

¿Pero quiere tener una relación más fluida con Ayuso que la que tenía la presidenta con Mónica García? ¿Cree que lo puede conseguir?

Mi preocupación no es mi vínculo personal con la presidenta de la Comunidad de Madrid, sino demostrar a los madrileños y a todos esos votantes que nos han hecho por dos veces consecutivas ser la primera fuerza progresista en la Asamblea de Madrid que no vamos a permitir ni un solo segundo que Ayuso gobierne para hacer indultos fiscales a los millonarios o regalar becas para los colegios privados para las familias más ricas, mientras abandona a los a los niños y a las niñas que están tutelados por la Comunidad de Madrid y a los que por tercera vez consecutiva la señora Ayuso ha permitido que se les dé comida podrida.

Así que esa es sobre todo nuestra responsabilidad ahora mismo, seguir presionando también para que Ayuso no pueda impedir la fiscalización de la oposición. Esto lo hemos visto con esa vía de urgencia, con la ley de dedazo de Ayuso, que no es otra cosa que querer controlar tres organismos que nos pueden garantizar la calidad democrática en la Comunidad de Madrid, como son Telemadrid, la Cámara de Cuentas o el Consejo de Transparencia. Y que, además, cuando nos ponemos a leer la letra, porque tenemos un grupo parlamentario maravilloso, que está mirando con lupa cada una de esas tropelías de la señora Ayuso, observamos cómo en realidad lo que había oculto detrás de todo eso, además, era prepararse su paguita vitalicia para cuando se retire de la política autonómica en 2027, como ella misma dijo.

Recordaba que su primera pregunta como portavoz de Más Madrid fue sobre las medidas del Gobierno para combatir la violencia machista. Esta semana han sido asesinadas dos mujeres y una niña de cinco años a manos de sus parejas en Madrid. ¿En qué está fallando la Comunidad de Madrid? ¿Qué se puede hacer desde el Gobierno regional?

De entrada, esa misma semana, en ese mismo pleno que yo le preguntaba a la señora Ayuso qué iba a hacer y por qué tenía tantos problemas para enunciar la palabra violencias machistas, porque no lo reconoce como un problema social, exactamente igual que Vox, se llevó a cabo la derogación de las leyes LGTBI y ley trans de la Comunidad de Madrid. Es el primer parlamento autonómico en la historia de la democracia de España que legisla para recortar derechos. Pero no solo eso, sino que lo que está haciendo con esa derogación es casi legitimar los gritos de odio y LGTBIfobia que se hacen en la puerta de Ferraz en esas algaradas convocadas por la señora Esperanza Aguirre. Lo que está haciendo es dar pábulo precisamente a que desde las calles el odio esté legitimado desde las instituciones. Con el proyecto de presupuestos para 2024 se reduce la partida de atención a las víctimas de violencia machista un 22,8%.

¿Qué capacidad de oposición tiene Más Madrid frente a una mayoría absoluta?

La tenemos desde el momento en que estamos dos veces legitimadas por los madrileños en las urnas en dos convocatorias electorales autonómicas. El respaldo de los madrileños en tres años de organización también nos están ubicando en todos los espacios de gobierno, también municipales. En elecciones municipales acabamos de quintuplicar el número de concejales. Hemos entrado a gobernar en ocho ayuntamientos de la Comunidad de Madrid de las ciudades más importantes del sur. Nos estamos haciendo cargo de las políticas de igualdad y de transición ecológica. Ahora tenemos que salir a seguir interpelando a todos los que nos faltan, a esos jóvenes que sienten una y otra vez que la política no les interpela, que no habla de ellos, que no se preocupan de ellos. Tenemos que seguir insistiendo en que Más Madrid es esa casa progresista en la cual tenemos un horizonte de oportunidades para ellos y para ellas, independientemente de la familia y el barrio donde haya nacido.

¿Y cómo es hacer oposición a una presidenta que quiere hablar poco de su gestión y busca constantemente estar en el debate nacional y confrontar con el Gobierno?

Es una acción de compromiso. Esto no lo vemos solo con el PP de Ayuso en la Asamblea de Madrid, que incluso utiliza las elecciones generales del 23 de julio para convertirlas en un plebiscito entre la España progresista o la de una coalición con la ultraderecha. En la Asamblea de Madrid se habla de cualquier otra cosa menos de los problemas de los madrileños y lo único que hace es reafirmarnos en la hipótesis de Más Madrid. Se ha hecho política históricamente desde Madrid, pero nadie hablaba de las cuestiones madrileñas hasta que ha llegado Más Madrid. Durante el mes de septiembre y octubre el Partido Popular se ha dedicado a llevar a todos los ayuntamientos de la región mociones e iniciativas para su pugna ideológica o hacerle la competencia a Pedro Sánchez y al Gobierno de coalición. Es una falta de respeto y es lo que genera esa desafección por la política de los madrileños y madrileñas con los que tanto nos está costando volver a conectar. Así que desde el momento en que nosotras vemos que no paramos de crecer, esa oposición se hace con muchísimo orgullo.

¿Cuáles son las propuestas concretas en las que centrará su oposición en esta legislatura? ¿Cuáles son sus prioridades?

Venimos haciendo un trabajo que nos enorgullece, que incluso ese bloque progresista que ahora también está gobernando en el país ha asumido como propio. Vemos cómo en el pacto de gobierno entre Sumar y el Partido Socialista hay aspectos como son la transformación de una economía a través de la reindustrialización verde y la transición ecológica, por ejemplo. En ese pacto hemos visto también cómo todo el bloque progresista asume que hay que garantizar y aumentar la protección y la cobertura pública de la salud mental. Y cómo el feminismo es ese movimiento que necesitamos para poder tener una sociedad igualada en derechos.

¿Por qué es importante para Más Madrid estar en el gobierno con un ministerio?

Por responsabilidad y por compromiso. Mientras vimos que Ayuso había establecido con las elecciones del 23 de julio un plebiscito entre la España progresista y una coalición con la ultraderecha, había que remangarse y frenar eso. Había que asumir ese ministerio porque la sanidad pública es de las primeras preocupaciones de los madrileños y las madrileñas. Y si tenemos a la mejor ministra de Sanidad posible que el gobierno de coalición ha identificado que es Mónica García, ahí hay que estar para no solo defender la sanidad de los madrileños y las madrileñas, sino la de todos los españoles.

En los últimos años ha sido una constante que candidatos de la izquierda en Madrid acaben abandonando la política madrileña para saltar a la nacional. La salida de Mónica García del liderazgo de la oposición siendo una líder clara de la izquierda de Madrid, ¿no es una manera de nuevo de tirar la toalla en Madrid?

Mónica García es la líder indiscutible de Más Madrid. Acabamos de pasar un congreso de Madrid donde ha vuelto a ser elegida la líder indiscutible y ahora, además, es la mejor ministra de Sanidad posible. Más Madrid está ahora en el Ministerio haciéndose cargo de un servicio público que tiene que ser fuerte para que todas nos podamos sentir seguras. Sobre todo porque no solo es la idea del liderazgo de Mónica García, sino porque tenemos un grupo parlamentario maravilloso, solvente, que ha sido el que nos ha traído hasta aquí y en el que en solo tres años nos ha hecho estar en ocho gobiernos. Esa es la mejor prueba de que cada vez estamos ocupando más espacios.

¿Pero no cree que los electores pueden verlo como una falta de compromiso?

Al contrario. Más Madrid está muy enraizada en la Comunidad de Madrid, pero hay una responsabilidad que nos compete a todas cuando estamos viendo también un auge de la ultraderecha en el resto de Europa. Y una puede saber dónde tiene las raíces, pero tiene que saber comprometerse y remangarse cuando hay que estar a la altura de lo que se nos viene como país.

Decía que Mónica García es la líder indiscutible de Más Madrid. ¿Volverá a ser la candidata en 2027?

Uf, 2027... Ahora estamos en el ahora, porque sobre todo si nosotras no estamos en el ahora, Ayuso va a permitir que los niños y niñas que están tutelados por la Comunidad de Madrid sigan comiendo comida con gusanos. Si nosotras no estamos en el aquí y ahora, va a haber mil familias que se queden sin las ayudas al alquiler, no porque no cumplieran todos los requisitos que tenían que cumplir esas mil familias, sino por falta de presupuesto de la Comunidad de Madrid. Es una aberración, es el presente y no podemos darle ni un solo minuto de respiro a la señora Ayuso.

¿Y podría ser Manuela Bergerot esa candidata en 2027?

Imagínate que lo dijera yo aquí y ahora y no fuera nuestra propia organización, que ha demostrado este fin de semana pasado en un congreso maravilloso, con debates muy ricos, de quién tiene que ser la persona que traiga ese mejor Madrid posible a la Puerta del Sol.

¿Qué diagnóstico hace usted personalmente o como organización de que la derecha lleve tres décadas gobernando en la Comunidad de Madrid? ¿Qué se ha hecho mal desde la izquierda?

Cuando nos hacemos esta pregunta, que nos la hacemos bastante para ver por dónde vamos, cómo seguimos interpelando a la ciudadanía, nos olvidamos de un hito en la política madrileña que fue el Tamayazo. El Partido Popular no ganó las elecciones y como siempre, cuando no le viene bien el resultado de las urnas, hace lo que tenga que hacer para ganar. Nosotras sabemos que con tres años de organización en los cuales hemos conseguido, no solo estar en gobierno, sino tener una ministra ahora de Sanidad, sabemos que la hipótesis por la que nace Más Madrid, que es el deseo de que alguien se encargue de las cuestiones madrileñas una y otra vez, viene reafirmada en las dos últimas elecciones autonómicas y es algo que estamos haciendo bien.

¿Pero diría que Madrid es de derechas?

No, Madrid es un pueblo progresista que llena la Puerta del Sol cuando ve cómo se están bombardeando niños y niñas en Gaza. Es la solidaridad la seña de identidad del pueblo madrileño, que estaba incluso esperando que llegara una fuerza como la de Más Madrid para que alguien se encargara de verdad, con dignidad, de las cuestiones del pueblo madrileño.

Hace una semana Más Madrid celebró su Congreso y, durante su discurso, Mónica García abogó por mantener la autonomía del partido frente a la coalición Sumar. ¿En qué debe consistir esa autonomía?

Y con mucho orgullo. Más Madrid defiende y dice públicamente que vamos a cuidar mucho nuestra autonomía, porque nosotras hemos dado con la tecla de no estar hablando de nosotras mismas, de nuestra organización, sino que estamos en cada barrio, en cada pueblo y en cada ciudad, escuchando a los vecinos y las vecinas que son quienes se están organizando para sostener la vida en comunidad. Estamos volviendo a conectar la calle con las instituciones, que es algo que se había perdido absolutamente. Y ese sentido, la autonomía de Más Madrid va a seguir garantizando que sigamos creciendo. Todavía no hemos tocado techo. Cuanto mejor nos vaya, mejor le va a ir a todo el bloque progresista y esa es la garantía para que pueda haber un gobierno progresista en la Comunidad de Madrid en 2027 y para que el Gobierno de España sea estable.

¿Y esa autonomía significa que en 2027 no haya una candidatura bajo las siglas Sumar como estamos viendo en otros lugares?

Sobre otras fuerzas, las formas que hayan encontrado para poder seguir demostrando que hay otras formas de hacer política y que hay un futuro sostenible en cada una de ellas, no tengo que opinar. Más Madrid sigue creciendo, no solo cuantitativamente en las urnas, sino también orgánicamente. Estamos llevando a cabo un reto que para mí es maravilloso, que frente a una comunidad autónoma donde tres décadas del neoliberalismo ha implementado la ley del sálvese quien tenga, estamos realmente conectando a la gente con la política y buscando formas en las que además valga la pena dedicar tu tiempo por el bien común.

Usted y su familia tuvieron que huir al exilio de la dictadura argentina. ¿Cómo marcó eso su vida?

Estuve muy bien sostenida por el amor de mis padres, más allá de que yo tuviera que crecer entre adultos muy dañados. Crecí entre una comunidad de exiliados políticos que habían estado secuestrados y torturados por la dictadura de Videla. Y el ambiente en el que crezco es un ambiente muy duro, pero que se compensa absolutamente con lo primero que recibimos, que fue esa seña de identidad del pueblo madrileño, que es un pueblo de acogida y de la solidaridad. Donde no llegan las instituciones que nos negaban derechos fundamentales llegaban las vecinas y los vecinos. También hay otra cuestión que sí atraviesa más identitariamente, que es dolorosa y que cuesta en el tiempo deshacerse de ella. Y es que la Administración te hace creer que eres una ciudadana de segunda.

Su nombramiento coincidió con la victoria de Milei en las elecciones argentinas. ¿Cómo lo está viviendo?

Con mucha preocupación porque parece que se va a volver a repetir lo que ya sabemos, un gobierno neoliberal que va a vender el país. El domingo me acosté ya con los resultados. Mi padre y mis hermanos, mi familia, me escribían desde Buenos Aires diciéndonos: “Ya no hay vuelta atrás”. Con ese recorte de derechos que ya ha anunciado Milei, que va a eliminar ocho ministerios, empezando por el de la Mujer, Diversidad y Género, lo vivo con gran preocupación, sobre todo porque en la historia de Argentina, cuando suceden estas cosas, la violencia cae sobre las mismas de siempre. Ya sabemos lo que pasó en 2001 con el corralito. Hay una cosa que me enerva, que me enoja muchísimo, y es que identifico a Milei de la misma forma que identifico a Ayuso, en que realmente dudo de que quieran al pueblo al que se deben, al que deben gobernar. No entiendo tanto odio y una idea tan estrecha y dejar a tantos fuera.

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