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Saltan las alarmas en Medialab Prado, emblema de la innovación cultural en Madrid

Una de las plantas del edificio de Medialab Prado, en el centro de Madrid.

Sofía Pérez Mendoza

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La cabeza visible de Medialab Prado, su director artístico desde el año 2014, Marcos García, no seguirá al frente de este espacio municipal, emblema de la cultura colaborativa. El Ayuntamiento de Madrid ha decidido no renovar su contrato y terminará su andadura al frente del centro el próximo domingo. El movimiento ha hecho saltar las alarmas sobre el futuro de este laboratorio abierto de producción, investigación y difusión de proyectos culturales, cuyo edificio ya intentó ser cedido a Telefónica en 2014. La operación entonces se paró. Gobernaba Ana Botella en la capital.

La salida de García deja descabezado el espacio. De momento asumirá el mando la gerente del centro y dará “continuidad a la programación”, según confirma a este medio Madrid Destino, la empresa municipal de la que dependen los centros culturales madrileños. Pero aparecen otras preguntas. ¿Quién será el sustituto o sustituta? ¿Cómo se va a elegir? ¿Cuáles son los planes del Gobierno de José Luis Martínez-Almeida a largo plazo para el centro?

Una red de personas que trabajan en laboratorios ciudadanos se han unido para publicar una carta abierta que exige explicaciones ante la “falta de transparencia” por parte de la corporación que dirige José Luis Martínez-Almeida bajo el hashtag #QuePasaEnMedialabPrado. Las dudas sobrevuelan también en la oposición. El grupo municipal Más Madrid preguntó al Consistorio oficialmente si tenía previstos cambios en los “objetivos, la metodología de trabajo o la ubicación del centro” hace dos semanas, pero no obtuvo respuesta.

“Cuando hay opacidad en algo que entendemos que no encaja dentro del modelo de política cultural del Ayuntamiento de Madrid nos da la sensación de que puede pasar algo”, advierte Ricardo Antón, miembro de ColaBoraBora y uno de los cuatro de los firmantes de la carta. Todos pertenecen a la Red de agentes para la articulación del Ecosistema de Innovación Ciudadana. El escrito lamenta que las decisiones “se toman de forma opaca y unilateral por parte del Ayuntamiento de Madrid, sin contar de ninguna forma (ni decisoria, ni consultiva, ni tan siquiera informativa) con esa comunidad que conforma Medialab Prado y que es en gran medida uno de sus principales valores y activos, su verdadero componente constitutivo”.

Al actual director artístico, Madrid Destino tampoco le da opción, de momento, de reincorporarse a su antiguo puesto como personal de la empresa municipal tras la excedencia que tomó para dirigir Medialab. La decisión le fue comunicada hace unas semanas sin el ofrecimiento de una alternativa. La red de laboratorios ciudadanos considera inexplicable “aunque legítimo”, como dice la carta, que el Ayuntamiento “deje de contar en su plantilla con un trabajador de contrastada experiencia profesional”.

“El anterior gobierno del PP ya intentó entregar el edificio donde se aloja Medialab a Telefónica pero gracias a la campaña savethelab, ese atropello se frenó. Tras el portazo a su director, estamos pendientes de conocer qué planes tiene la señora Levy para este centro, esperando que no sea, como ya ha hecho con otros proyectos, acabar con él”, manifiesta la edil de Más Madrid, Pilar Perea, cuyo grupo teme que el área de Cultura opte por designar sin concurso, es decir, a dedo, al nuevo director o directora o, en el peor de los casos, aseguran, trate de alojar un proyecto privado.

“No hay ningún plan distinto al de continuar con su programación”

Madrid Destino no aclara por qué va a prescindir de Marcos García, pero garantiza que Medialab “dará continuidad a su programación cuando la nueva dirección sea escogida”. De momento se desconocen los plazos y el modo en que se va a elegir, pese a que el puesto ahora está vacante. A la pregunta de si hay intención de cambiar la ubicación del espacio de innovación o el proyecto, la empresa pública lo niega. “No hay ningún plan para Medialab distinto al de continuar con su programación de investigación, desarrollo e innovación cultural”.

Con la llegada de la nueva corporación municipal en junio de 2019, varios centros culturales cambiaron de dirección. La delegada de Cultura, Andrea Levy, cesó a los directores de Conde Duque, pactó la salida de la cabeza visible de Centro-Centro y relevó a Carmen Portaceli del Teatro Español. Estas decisiones enterraron los concursos públicos implantados por el anterior equipo de Gobierno para dirigir las direcciones de los centros culturales municipales. Ahora solo se convocan en casos excepciones, según justificó el área que dirige Levy. MediaLab, sin embargo, igual que el Teatro Circo Price y que Matadero, quedaron entonces al margen de estos cambalaches.

El espacio ya estuvo en riesgo en 2014. Madrid Destino había iniciado conversaciones con Telefónica para ceder el edificio, un inmueble situado a la espalda del Paseo del Prado, muy próximo a al edificio donde residía el centro autogestionado La Ingobernable hasta su desalojo. Lo que ahora es MediaLab fue hasta su cierre en los años 90 un almacén de madera y el taller de molduras de la Sociedad Anónima Belga del Monte del Paular. La recuperación del espacio industrial, incluida en el programa electoral de Alberto Ruiz-Gallardón, costó siete millones de euros de inversión pública y cinco años de obras. Tiene una fachada digital arquitectónicamente única que supuso un desembolso de un millón de euros.

El edificio rehabilitado se inauguró el 19 de abril de 2013, aunque hasta un año después no se resolvió el concurso para designar al director. Marcos García lleva liderando el proyecto desde entonces. En 2017 volvió a ser elegido en otra selección convocada por la corporación de Manuela Carmena. “Medialab debería ser uno de sus emblemas de la ciudad. Es una referencia internacional y es suyo, del Ayuntamiento. Un tesoro que a lo mejor no se entiende y valora como tal y que se está gestionando como algo cerrado”, zanja Ricardo Antón.

Medialab Prado es una institución cultural pública prestigiosa en España y también internacionalmente por sus laboratorios ciudadanos, espacios de participación abiertos a la creación colaborativa y a la innovación. Junto al Ministerio de Cultura, acaba de impulsar el proyecto Laboratorios Distribuidos para extender el modelo de laboratorio que el espacio lleva años testando a otros contextos y organizaciones. En 2016 ganó el Premio Princesa Margarita de Holanda otorgado por la European Cultural Foundation y ha asesorado instituciones, ayuntamientos y organismos internacionales como la Secretaría General Iberoamerica (SEGIB), Cooperación Española (AECID) en la implementación de programas de laboratorios ciudadanos o el TEC de Monterrey.

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