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Primer día de la normativa de movilidad en Madrid: suspenden los motoristas, aprueban los patinetes

Un hombre en patinete eléctrico por las calles de Madrid al lado de un cartel de Madrid Central

Marta Barandela

Patinetes fuera de las aceras, coches a menos velocidad y algo de desconcierto: los vecinos de Madrid han estrenado este miércoles ordenanza de movilidad con dudas sobre las futuras restricciones al tráfico en el centro, pero con un conocimiento básico sobre las medidas que entran en vigor.

En las calles del centro, la mayoría de los vecinos asegura haberse informado sobre las líneas generales de la ordenanza, que ha regulado por primera vez los patinetes eléctricos y ha restringido la velocidad a 30 kilómetros por hora en las calles de un solo carril por sentido. Hay más confusión con la puesta en marcha de Madrid Central, aplazada, por tercera vez, hasta el 30 de noviembre: varias personas no residentes en los barrios céntricos mencionan con preocupación las futuras restricciones que tendrán para entrar en esta área, pese a que faltan todavía varias semanas. 

Los más informados son los conductores de coche, que saben citar la limitación de la velocidad vigente: “Sí, sé que a partir de hoy se limita la velocidad a 30 kilómetros hora [con excepción de las grandes vías con varios carriles]”, responde una mujer que se desplaza con su vehículo todos los días laborables desde Navacerrada para acudir a su puesto de trabajo, en la calle San Bernardo. “Disfruto muchísimo cuando vengo al centro”, ironiza, preocupada por las futuras restricciones.

Responden de forma similar otros peatones que no tienen carnet de conducir y ven positivas las medidas. Desconocen que a ellos también les afecta: ahora pueden cruzar fuera de los pasos de cebra en las calles con velocidad máxima de 30 kilómetros por hora.

Lo más incumplido: el aparcamiento de las motos

La normativa pretende ganar espacio para el peatón con la obligación de que las motos y las bicicletas aparquen respetando siempre tres metros de ancho para no impedir el paso, pero no se ha cumplido: los vehículos aparcados en calles estrechas se multiplican en la mayoría de las vías del centro.

Un joven que no sobrepasa los 30 aparca su moto en una de las vías aledañas a Santo Domingo sin reparar en la nueva ordenanza: “No tengo ni idea de la nueva normativa. He visto que hay carteles, pero ni sabía que entraba hoy en vigor”, contesta despreocupada mientras se quita el casco. Sin haberla leído, ha cumplido la norma: pegada al bordillo, su moto, de gran tamaño, está separada por más de tres metros de la fachada.

En otro barrio, la respuesta se repite: otro motorista, que ronda los 40, reconoce que no se ha informado mientras aparca en Ronda de Atocha. “No he leído la normativa, pero estoy en contra de la restricción a partir de las 22.00 para entrar en el centro”, añade en referencia a las medidas que se aplicarán en noviembre. Es vecino de Vallecas, va acompañado siempre de su moto, rechaza dejar de salir de noche con ella y se presenta casi como un activista contra la regulación del tráfico de Manuela Carmena: “Voy al centro para trabajar y por ocio. Si voy a cenar a partir de esa hora al centro, no puedo dejar la moto. He firmado la petición de Change.org en contra de estas restricciones”. Aunque defiende que no es contaminante, su pequeña moto no tiene ni etiqueta CERO ni ECO, así que solo podrá acceder al centro entre las 7 y las 22 horas. Si insiste en las cenas con moto, le llegará la multa a casa.

“Las personas en patinete han cumplido la normativa”

La medida más aplaudida entre los peatones es la que equipara los patinetes eléctricos a las bicicletas y prohíbe que circulen por las aceras: “Lo veo bien. Son molestos, van muy rápido y no dejan pasar por la calle”, lamenta una vecina de Embajadores con la bolsa de la compra bajo el brazo. De edad avanzada, camina a paso lento de vuelta a casa y siente que la norma le beneficia. Desde este miércoles, todos los vehículos de movilidad urbana −patinetes eléctricos, bicicletas y también 'segweys'− deben ir por la carretera. A las aceras solo podrán subir los que no tengan motor y no superen los 5 kilómetros por hora.

Aunque algunos se han olvidado, durante la mañana la mayoría de los patinetes que se ven por Gran Vía se mueven por la carretera. Según asegura un policía municipal en la céntrica Plaza de Callao, las personas que ha visto en patinete circulaban por la calzada, cumpliendo la normativa. El agente afirma que el transcurso del día no se ha diferenciado de los habituales y que los usuarios de este tipo de vehículos están en comunicación “a través de foros”, por lo que saben que este miércoles entra en vigor una nueva norma. No habrá multas durante el “periodo de adaptación”, según ha explicado la portavoz del Gobierno de Manuela Carmena, Rita Maestre. Las sanciones serán progresivas.

A un par de metros del coche de la Policía Municipal en Callao se encuentra un grupo de patinetes apartados y ordenados en fila. Allí los coge una pareja de veinteañeros que, antes de marcharse con prisa, aseguran que siempre lo utilizan en carretera. Dice lo mismo un hombre de mediana edad que se detiene con su patinete eléctrico verde de los que alquila la empresa Lime en una de las esquinas de la calle de Trafalgar (Bilbao): “Soy conductor y las leí antes de que entrasen en vigor, también las que afectan a los patinetes”.

Lo que no está claro es dónde aparcarán. Según el texto que ha entrado en vigor, tendrán que hacerlo en reservas compartidas con las bicicletas, poco presentes en las calles. También pueden estacionar en las aceras siempre que dejen más de tres metros de ancho libre y en paralelo al bordillo.

De momento, se ha repetido una estampa cotidiana para los madrileños en los últimos meses: patinetes bloqueados en medio de la calle, interrumpiendo el paso y convirtiéndose en un riesgo para los peatones.

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