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Los refuerzos “fantasma” anunciados por Ayuso en Atención Primaria con los centros de salud colapsados

La presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, visita la vacunación en el Hospital Enfermera Isabel Zendal en febrero.

Sofía Pérez Mendoza

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En plena cresta de la quinta ola, el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso ha anunciado un “aumento de los recursos COVID” en Atención Primaria “ante el incremento de casos”. Pero los supuestos refuerzos ni se han visto ni se verán en los centros de salud, colapsados desde el inicio de la pandemia. Los sindicatos advierten que se trata de anuncios reciclados que se refieren a incorporaciones que se produjeron a principios de julio (42 auxiliares administrativas para atender el teléfono en una veintena de centros de salud desbordados de llamadas que ni siquiera están en los ambulatorios físicamente) o a la prolongación de la jornada de los sanitarios que ya están trabajando, que doblan turnos para cubrir las vacaciones de los compañeros ante la ausencia de suplencias de cada verano.

Ni rastro de más médicas o enfermeros, aseguran Comisiones Obreras y UGT, que enmarcan lo anunciado “en una nueva acción de propaganda” del Gobierno regional después de que la presidenta dijera en una entrevista hace dos días que se necesita “reforzar la Atención Primaria y la educación” porque “ahora es un desastre”.

Ayuso pretendía, en su batalla constante con el Ejecutivo central, cuestionar la falta de autonomía de las comunidades para gestionar los fondos de recuperación procedentes de la Unión Europea. Ambas competencias -sanitaria y educativa- son casi exclusivas de los gobiernos autonómicos desde hace dos décadas. Los datos de Madrid son elocuentes: en educación el gasto anual sigue siendo menor al de 2008; en sanidad, está por debajo de los datos de 2011 aunque ha ido creciendo considerablemente. Todos estos años ha gobernado el mismo partido en la región: el PP.

“Trasladar una información falsa o equivocada enfada aún más a la población ante una Atención Primaria que hace lo que puede y que no llega, como llevamos diciendo mucho tiempo”, lamenta Concha Herranz, médica y responsable de Atención Primaria de UGT. “Es humo. Ni aumento de profesionales ni cuantía presupuestaria, solo habla de unas agendas COVID que dicen haber implementado y no tenemos conocimiento”, apunta, por su parte, el delegado de Sanidad de CCOO Madrid, Sergio Fernández, quien vincula estos anuncios “con las palabras de la presidenta, que reconoce que la sanidad pública está hecha un desastre”.

El mismo día que el Gobierno regional anunciaba el “refuerzo”, la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid informaba del cierre en turno de tarde de un centro de salud de Vallecas (Numancia) por falta de médicos. El ambulatorio solo disponía de uno por la tarde frente a los ocho habituales. Su situación era límite. Cuatro están de baja por motivos psicológicos, según ha informado AMYTS.

No es el único ambulatorio que sufre esta precariedad aunque no todos llegan al extremo del cierre. “Hay analíticas retrasadas, tratamientos sin revisar, recetas que no se renuevan”, lamentaba una enfermera de triaje del centro de salud Abrantes, en Carabanchel, en este reportaje. Los sanitarios de los centros de salud se sienten abandonados y están, dicen, exhaustos, por la concatenación de olas desde marzo de 2020 y la falta de acción de la Consejería para atajar un problema estructural de inversión y personal en la Primaria, el talón de Aquiles del sistema de salud madrileño y la primera ficha del dominó. Si no se sostiene, cae el resto. Estos anuncios, que aseguran “confunden a la población”, les han dado la puntilla.

La nota de prensa difundida por la Comunidad de Madrid asegura que “se amplía el sistema de cita telefónica” y se “refuerza la atención de los profesionales en unidades específicas de COVID”. La Consejería de Sanidad ya informó a la Mesa Sectorial de Sanidad hace más de un mes de la incorporación, a través de la Bolsa de Empleo, de 42 auxiliares administrativos para atender las llamadas de una veintena de centros de salud con la centralita colapsada por el volumen inasumible de contactos.

CCOO precisa que este personal empezó a trabajar el 1 de julio pero “no tiene preparación para rastrear y emplazan a los ciudadanos a una posterior comunicación con un médico o enfermero para intentar dar respuesta a su demanda”. En las unidades COVID, se ha autorizado alargar las jornadas a parte del personal de enfermería, aunque no facultativo, según UGT. “Y eso es el refuerzo que anuncian”, acota Herranz. La comunicación de Sanidad también menciona la prórroga en la contratación de 1.500 profesionales de refuerzo en Atención Primaria, un acuerdo la que se llegó en febrero de este año.

Mientras, el maltrato institucional hace abandonar la Comunidad en masa a los médicos y médicas que acaban de terminar su especialidad en Medicina de Familia. Solo 17 de los 224 que concluyeron los cinco años de residencia a finales de mayo se han quedado a trabajar en la sanidad pública madrileña. Las urgencias de los ambulatorios también siguen cerradas un año y medio después del estallido de la pandemia.

Todo es susceptible de empeorar. Si las vacaciones no cubiertas y el aumento de contagios habían vuelto a colocar en una situación insostenible a los profesionales este verano, la atención ha terminado de sobrecargarse con la implantación de test de antígenos en farmacias. El sistema se puso en marcha la semana pasada precisamente para descargar la Primaria, pero los positivos requieren una prueba PCR de confirmación. “Además, se están dando falsos negativos y se ha incrementado el número de PCR que hacemos en los centros de salud. Es más carga asistencial para una situación de por sí agónica”, se queja Sergio Fernández, responsable de Sanidad de CCOO Madrid.

La incidencia acumulada a 15 días sigue subiendo. El último informe epidemiológico, publicado este martes, la coloca ya en 772 casos por cada 100.000 habitantes con Pozuelo, Fuenlabrada y Boadilla a la cabeza. Y a los hospitales ya les está llegando de lleno el viento de cola de estos datos. Las urgencias comenzaron a percibir sobrecarga hace dos semanas por el colapso de la Primaria y por el cierre de camas que cada verano decreta la Consejería de Sanidad en casi todos los hospitales públicos. Pero la quinta ola ha avanzado un paso más esta semana. Las Unidades de Cuidados Intensivos de algunos hospitales, como el de Móstoles, ya están copadas de pacientes COVID. Este centro del sur de Madrid ha suspendido la actividad quirúrgica no urgente y la oncológica porque las camas de la unidad de Reanimación, donde se traslada a los pacientes para estar vigilados tras una operación, están ocupadas, ha denunciado Comisiones Obreras.

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