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Amenaza de 40 toneladas en el tejado: vecinos de Madrid evitan el traslado de maquinaria pesada sobre sus casas

La grúa con la que una constructora trató de mover maquinaria pesada en la calle Cavanilles el pasado sábado.

Guillermo Hormigo

Madrid —

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“El Retiro cerrado por viento pero una grúa gigante instalada a las 2 de la mañana en el barrio quiere pasar una máquina de perforación por encima de todas las viviendas sin permiso. Todo para construir un parking”. Con esta contundencia criticaba el presentador Jordi Cruz en la red social X la presencia de una enorme grúa frente a los números 25 y 27 de la calle Cavanilles de Madrid el pasado viernes 1 de marzo, que tenía previsto actuar el sábado. El aparato transportaba una pilotadora para la reconversión de un patio de manzana en aparcamiento subterráneo, que afecta al entorno comprendido entre las calles Cavanilles, Abtao, Juan de Urbieta y Mediterráneo (diez portales y más de 3.000 residentes).

Para ello contaba con autorización municipal para su colocación, pero no así para el traslado de una maquinaria de 40 toneladas de peso sobre los pisos. Es lo que denuncia en conversación con Somos Madrid Álvaro, una de las decenas de personas que el sábado salieron espontáneamente a la calle entre la indignación y la incredulidad para denunciar unos trabajos que “ponen en riesgo la integridad de los vecinos”. Su taller de escenografía colinda con el espacio que se transformará en parking. Para esta operación, el primer paso era la intervención de la pilotadora o hincador de pilotes, un dispositivo que se utiliza para clavar elementos en el suelo con el fin de proporcionar soporte a los cimientos de edificios.

“El problema que se encuentra la empresa [Torres Aguilar Construcciones y Servicios SL] es que necesita meter la pilotadora y no hay ningún acceso que lo permita. La compañía solicito permiso para colocar una grúa en Cavanilles y el Ayuntamiento se lo concede, pero esa autorización no incluye pasar la carga por encima de los edificios porque legalmente no se puede. Y menos una así de pesada y de delicada”, relata Álvaro.

Nacho Murgui, concejal de Más Madrid y vecino de Retiro se expresa en términos similares: “Pretendían pasar toda la maquinaria a través de una servidumbre de paso [franjas de terreno de propiedad privada atravesadas por infraestructuras de propiedad o concesión estatal], que es un procedimiento imprescindible, pero los vecinos se negaron a cederles terreno para que instalaran una y este procedimiento es imprescindible al ser una propiedad privada”.

Álvaro subraya la ausencia de “un plan de seguridad”, cuando lo “lógico” habría sido “desalojar el edificio o al menos advertirnos”. Considera que la situación fue “extraña” porque “solo había cuatro policías municipales para la operación, que estaban básicamente para cortar la calle y no tenían información”. Explica que el temporal “ayudó un poco” a evitar cualquier actuación, ya que las rachas de viento “hicieron saltar varias veces la alarma de la grúa”.

La prohibición de transportar carga por encima de las personas queda recogida en el Real Decreto 836/2003, que regula los trabajos con grúas y sus riesgos asociados. Uno de los propietarios de la constructora, Javier Torres, se quejó al final de la jornada de que el alquiler de la grúa se paga por horas y por ello reclamarían una indemnización al Ayuntamiento por una inversión que estiman en “cientos de miles de euros”. “Al final es el ciudadano el que paga estas cosas”, dijo Torres en unas declaraciones recogidas por El País. Pero Álvaro rechaza esta posibilidad: “La empresa no va ni a reclamar, porque estarían reconociendo que intentaron llevar a cabo una acción para la que no tenían permiso”.

Críticas a “una chapuza importante” del Ayuntamiento

Echa en cara al Ejecutivo que lidera José Luis Martínez-Almeida que “no asistió nadie del Ayuntamiento, no se avisó a los vecinos y tampoco a los bomberos”. Indica que todavía no han podido hablar con ningún representante del consistorio. Tanto los vecinos como los grupos municipales de Más Madrid y PSOE esperan la respuesta de la Agencia de Actividades y otros organismos municipales a los que han dirigido varias peticiones de información exponiendo los hechos. Ambos partidos de la oposición estudian asimismo elevar al Pleno Municipal una propuesta para intentar aclarar este asunto. “Ha habido mucha desidia por parte del Ayuntamiento. No empezaron a preocuparse hasta que apareció en algún medio”, protesta Álvaro.

Ha habido mucha desidia por parte del Ayuntamiento. No empezaron a preocuparse hasta que apareció en algún medio

“Con nosotros no ha hablado nadie del Ayuntamiento, ni para preguntarnos qué pasa ni para darnos explicaciones”, lamenta. La Asociación Vecinal Retiro Norte califica de “incomprensible” que Andrea Levy, concejala presidente del distrito, no hiciera acto de presencia durante el fin de semana. Para Javier, vecino del barrio, la actuación de las distintas áreas del Ayuntamiento ha sido “una chapuza importante” y “solo la presión de los vecinos más su equipo jurídico consiguió parar este desbarre”.

Nacho Murgui asegura que la Junta Municipal de Retiro ha estado “desaparecida”y no ha acudido a Cavanilles “ni un solo técnico municipal”, con lo que la entidad ha descargado la responsabilidad en los agentes y los propios residentes. Se pregunta además cómo es posible que el Ayuntamiento permita el corte de una calle y el desvío de la línea 10 de autobuses de EMT para “una operación que no está autorizada con el suficiente detalle”. Javier avanza que varias preguntas de residentes al respecto van a ser elevadas a la Junta del distrito del próximo martes 12.

Desde el área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad tampoco atienden por el momento las preguntas de este medio. Almeida sí ha admitido en unas palabras de las que se hace eco Europa Press que comprende “la inquietud y el miedo” de los vecinos. El alcalde afirma que su equipo tomará “todas las medidas de seguridad”. En otras declaraciones José Fernández, edil al frente del área de Políticas Sociales, Familia e Igualdad, no entró a valorar las cuestiones burocráticas o la responsabilidad, pero sí reconoció que el Gobierno de Cibeles podría haber informado “mejor” a los residentes.

Para Murgui, en cambio, “no se les ha informado ni mal ni bien, directamente no se les ha informado”. Desde su punto de vista “no es un problema de información”, sino una actuación “imprudente” del Ayuntamiento. Opina que la administración madrileña otorgó “una autorización indebida a los promotores, que han actuado con una política de hechos consumados sin garantías ni las mínimas medidas de seguridad exigibles”.

Un aparcamiento precedido por la controversia

Las obras en el patio de manzana de estos bloques de Cavanilles despertaban oposición vecinal antes de esta intervención, como expone Álvaro: “Lo que pretenden es construir cuatro pisos hacia abajo en el patio de manzana, aunque hay acuíferos superficiales que van a desviarse hacia los edificios. Además son viviendas bastante antiguas que van a sufrir las vibraciones de la pilotadora, por mucho que según los informes del promotor no van a afectar a las estructuras”.

“La empresa contaba con un permiso para las obras, pero se pararon en 2018 porque no consiguieron una servidumbre de paso para dar al número 27, así que tendrían que modificar el proyecto”, señala Nacho Murgui. El edil tacha la obra de “controvertida” ya antes de este suceso: “Ha venido precedida por un largo historial de abusos. Ya en 2016 talaron unos árboles del solar donde se quiere hacer el parking. Las protestas de los vecinos han sido continuas. Que en estas circunstancias se produzca un hecho como el del pasado fin de semana es bastante escandaloso”.

“La obra ya estuvo parada por irregularidades hasta la llegada de Almeida y su grupo político al Ayuntamiento. Las alegaciones de los vecinos al último proyecto presentado se perdieron en la Agencia de Actividades. Esta promotora ha perdido un juicio recientemente sobre un derecho de paso con la Comunidad de Cavanilles 27, precisamente por donde querían pasar la pilotador”, recalca Javier. “Esto de la grúa ha sido la guinda a un montón de negligencias y malas artes por parte de la promotora”, sentencia.

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