Batalla política por el déficit en el que Almeida ha sumido a Madrid, una deuda que para la oposición “no se nota en la ciudad”
La portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Inmaculada Sanz, oficializaba después de la Junta de Gobierno del pasado 16 de marzo la crónica de una deuda anunciada: en 2022 el consistorio gastó 236 millones de euros más de los que ingresó. Se confirmaba con ello el primer déficit municipal en once ejercicios, que según Sanz responde a “una situación puntual”.
Pero el dato ha despertado importantes críticas entre la oposición hacia la gestión del alcalde, José Luis Martínez-Almeida. No solo por la imposibilidad de cuadrar las cuentas, sino porque ese gasto extra “no se nota en la ciudad”, para la que aseguran no se ha planteado o invertido en un modelo concreto: “Nada cambia ni mejora, más bien todo lo contrario”, afirma en conversación con Somos Madrid Enma López, concejala del PSOE y miembro de la Comisión Permanente de Hacienda y Economía. En su opinión, “no existe un legado Almeida. No ha cumplido ni una sola promesa electoral”.
López dedicó su intervención en el pleno municipal del pasado 28 de marzo a criticar que las inversiones municipales solo han servido para “hacer de la Puerta del Sol un barrizal y una gymkana con maquinaria pesada”, en referencia a las obras en la céntrica plaza madrileña (presupuestadas en 10,7 millones de euros). “Se han gastado casi 50 millones en cargarse Bicimad para hacer de este no un servicio gratuito, sino imposible. 33 millones en publicidad para vender humo, del literal y del metafórico, eso que se les da sumamente bien”, continuó la jefa de campaña de la candidata a la alcaldía de Madrid por el PSOE, Reyes Maroto.
Arremetió asimismo contra los “3,7 millones en estudios que por supuesto no han soterrado la A-5, pero han sembrado de dudas todo este Ayuntamiento” debido a la contratación de la empresa en la que trabaja el hermano del concejal de Movilidad, Borja Carabante. Citó para acabar el dispendio de “un millón de euros en banderas para rotondas para competir en patriotismo barato con los señores de Vox” y los “11 millones en asfaltar una y otra vez las mismas calles para que hoy Madrid sea una ciudad más difícil, menos verde y menos luminosa”. Según la web del consistorio, este último presupuesto corresponde a la Operación Asfalto 2022, que ha actuado sobre 2.843 vías de la capital.
“Ha provocado un caos tributario que ha bajado los ingresos y descuadrado las cuentas públicas”, añade la edil en las palabras que dirige a este medio. Los recargos indebidos y los retrasos en otros cobros, con 400.000 recibos del IBI cobrados fuera de su ejercicio correspondiente, son una de las principales razones de este incremento de la deuda para la oposición.
En este “caos tributario” se explaya Miguel Montejo, concejal de Más Madrid: “Ha llevado al Ayuntamiento a dejar de ingresar 274 millones solo en IBI, plusvalía y tasas sobre las previsiones presupuestarias, algo inédito derivado de una gestión catastrófica de la Agencia Tributaria de Madrid”. López detalla a su vez que en el impuesto de plusvalía (que carga el traspaso de terrenos urbanos) el Gobierno de Cibeles estimó una recaudación de 400 millones de euros, pero finalmente se ha quedado en 195.
Montejo coincide en que todo ello ha repercutido en una escasa inversión real en la ciudad: “En términos de gasto, son innumerables las obras que solo han tenido como objetivo ejecutar, en el sentido más siniestro del término, presupuesto: asfaltado, Bicimad, estudios fallidos como la A-5, las obras de la Puerta del Sol, plantar árboles y no regarlos... una gestión sin sentido ninguno”.
En la Comisión Permanente Ordinaria de Hacienda del pasado 21 de marzo, la delegada del ramo, Engracia Hidalgo, incidió sin embargo en las mismas justificaciones que ya compartió antes la portavoz municipal: “El Ayuntamiento ejecutó 5468 millones de gasto, 510 millones más que en 2021 y 1334 más que en 2018, el último año completo del mandato anterior. Hemos alcanzado el récord en gasto social por habitante y la mayor inversión de las dos últimas legislaturas”.
Enma López reconoce que el Ejecutivo de Almeida no encarará importantes consecuencias gracias a la flexibilización de las reglas de control de gasto por parte del Gobierno central desde la crisis sanitaria del covid-19 y sus efectos económicos asociados: “La principal es que no se podrán endeudar a largo plaza sin autorización de Hacienda”. Asegura que, de no ser por la suspensión de las reglas, “el Ministerio de Hacienda tendría que interceder”. Montejo remarcó durante la comisión que el PP votó en el Congreso contra la eliminación de este techo de gasto: “Si su posición política hubiese salido adelante, el Ayuntamiento estaría intervenido”.
Cruce de acusaciones: de cuentas maquilladas a responsabilidad de Pedro Sánchez
La concejala socialista defiende que el Ejecutivo “ha maquillado las cuentas del cierre del año pasado” en el cuarto trimestre. “En 2021 acabamos con 10 millones de déficit, luego cogieron la varita mágica y acabamos con 70 de superávit. Este año cerraron con 357 millones de deuda. No había maquillaje en todo Madrid para camuflarlo así que lo han dejado en 236 millones”, explicó en la comisión, donde denunció además que ha descendido en casi 900 millones de euros el remanente de tesorería (suma de los fondos líquidos más los derechos pendientes de cobro, a los que se deducen las obligaciones pendientes de pago y se agregan las partidas todavía no aplicadas).
Para Hidalgo, esta información “no se puede poner en duda y es revisada por una exhaustiva intervención general”. La delegada sostiene que los datos se envían trimestralmente a Hacienda y posteriormente “se adapta el resultado presupuestario a la contabilidad nacional”. Ampara la reducción de la recaudación y del remanente de tesorería en las cantidades devueltas a la ciudadanía por la sentencia judicial sobre el impuesto de plusvalía, cuya fórmula de cálculo fue declarada nula por el Tribunal Constitucional y contraria a los principios de capacidad económica y no confiscatoriedad. Ahora se sigue aplicando, aunque tuvo que ser reformulado y es menos agresivo.
Las transferencias de la Comunidad de Madrid al Ayuntamiento han bajado un 21,1% en 2022 para un total de 27 millones de euros menos. Mientras, las del Estado han subido un 12,3% hasta 195,8 millones más
Pese a que esta tasa fue aprobada en 2004 con José María Aznar en la Moncloa, Hidalgo mantiene que “el Ayuntamiento tiene que solventar las trampas del Gobierno central”. En Cibeles insisten en el ejemplo de Filomena, una crisis ante la que solicitaron 60 millones al Gobierno debido a la declaración de zona especialmente afectada y “por la que nos veremos en los tribunales ya que solo nos dieron 1,5”.
Enma López cree que “culpan a Sánchez porque tienen que devolver un dinero, pero no dejan de ser anticipos contemplados en la Ley de Presupuestos Generales del Estado de 2022, aprobada en 2021”. Según la edil, son “excusas de mal estudiante ya que se han pulido en estos cuatro años los mayores presupuestos de la última década”.
López subraya además que “las transferencias ofrecidas por la Comunidad de Madrid en 2022 han bajado un 21,1% para un total de 27 millones de euros menos. Mientras, las del Estado han subido un 12,3% hasta 195,8 millones más. Es el primer Gobierno central que perdona las compensaciones de las liquidaciones de tributos, mientras que todavía estamos cubriendo las que nos hizo pagar de Cristóbal Montoro”. La concejala no entiende que desde el consistorio ataquen a Pedro Sánchez y guarden silencio ante la reducción en la financiación por parte de Isabel Díaz Ayuso: “Almeida ha preferido ser servil no fuera a ser que hubiera consecuencias. Los madrileños y las madrileñas le damos igual”.
Los superávits del Ayuntamiento de Madrid eran obligatorios debido al fuerte endeudamiento registrado durante la etapa de Alberto Ruiz-Gallardón como alcalde. El Ejecutivo local estaba sometido a un estricto control presupuestario, que le obligaba a conseguir cuentas positivas cada año. Un contexto de extrema supervisión que se relajó a raíz de la pandemia y de la crisis derivada de la guerra de Ucrania. Sin embargo, entrar en números rojos no deja de ser “preocupante”, apostilla Enma López.
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