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El Ayuntamiento abrirá las piscinas sin resolver la discriminación que sufren quienes no pueden comprar entradas por internet

Protesta de vecinas de Lavapiés que no disponen de tarjeta bancaria ni dispositivo electrónico para comprar entradas para una piscina municipal

Antonio Pérez / Somos Lavapiés

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El Ayuntamiento de Madrid vuelve a abrir el próximo sábado las piscinas municipales de verano -17 de momento, de las 23 que hay- y lo hace obviando un problema generado desde el mismo Consistorio con el sistema de venta de entradas establecido y que este año volverá a dejar sin poder disfrutar de estos recintos públicos a muchos madrileños.

Si el 2022 los usuarios estaban obligados a adquirir sus entradas a las piscinas telemáticamente, reservándose sólo un 5% de pases para su venta en taquilla a “personas afectadas por la brecha tecnológica” -aclarando el Ayuntamiento que esa “brecha” sólo incluía a personas mayores de 65 años y a personas con discapacidad-, en 2023 muy poco va a cambiar sobre este particular.

Desde el Área Delegada de Deporte han confirmado a este periódico que, nuevamente, el porcentaje del total de entradas que podrán adquirirse en taquilla sólo será del 5%, si bien apuntan a que éstas estarán a disposición de “quienes las necesiten”, dejando abierta la posibilidad de que no sean de venta exclusiva para jubilados y discapacitados, sino que “de manera excepcional otras personas afectadas por la brecha tecnológica” puedan adquirirlas, así como cualquier persona en caso de que sobraran una vez comenzado el correspondiente turno de manaña o de tarde que hay cada día.

“Hay personas cuyo bienestar importa menos”

La asociación Hola Vecinas, organización de voluntarias que trabaja con población en riesgo de exclusión social y con población migrante en el barrio de Lavapiés-Embajadores, fue la que denunció el pasado verano que el sistema de obligada venta de entradas online excluía de las piscinas municipales a buena parte de sus usuarios y, en definitiva, a todas las personas desbancarizadas o sin tarjetas de crédito-débito, a quienes carecen de acceso a internet y a aquellas que presentan dificultades lectoras o de idioma, advirtiendo además de que la administración podía estar incurriendo en una ilegalidad al obligar al pago electrónico de un servicio, cuando desde finales de mayo de 2022 la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios blinda los pagos en metálico impidiendo que “ningún local” niegue el cobro en efectivo.

Para Hola Vecinas resulta “insultante” que, un año después de denunciar este situación que en 2022 sufrió la población más vulnerable de la ciudad, el Ayuntamiento vaya a iniciar la temporada de piscinas de verano sin haber variado casi nada, introduciendo únicamente un matiz “vago e interpretativo” y aunque ya no excluyendo a estas personas de las piscinas, sí discriminándolas.

“Una piscina como la de Peñuelas, en Acacias, pone a la venta 500 entradas en cada uno de los dos turnos de mañana y tarde que hay. Reservar un 5% de ellas para su venta en taquilla es ofrecer sólo 25 boletos de adquisición directa. Es un porcentaje insuficiente que resta muchas posibilidades de adquirir una entrada a quienes no pueden hacerlo con antelación por internet. Cuando el año pasado denunciamos que así se estaba marginando a una parte de la sociedad, desde el área delegada de Deportes se nos dijo que no habían sido conscientes del problema para, tras escucharnos, indicar que dadas las fechas no tenían margen para modificaciones. Muchos meses han tenido ahora para rectificar y tampoco lo han hecho”.

Al igual que el pasado verano, las voluntarias de esta asociación ya se ven teniendo que comprar con sus propias tarjetas bancarias, su internet y su tiempo las entradas de los usuarios de la asociación cada vez que estos deseen ir a la piscina en los próximos meses. “Les quitan autonomía y les dificultan disfrutar de un derecho que tienen otros madrileños. Está claro que hay personas cuyo bienestar importa menos”.

El deber de rectificar

Para Mar Barberán, concejala del grupo municipal Más Madrid en el Ayuntamiento, “las nuevas tecnologías no pueden servir para excluir, pero sabemos que son un factor de exclusión social de mayores, migrantes y población vulnerable, en general”.

Barberán llevó el pasado septiembre la problemática que genera este sistema de venta de entradas a las piscinas a la Comisión Permanente Ordinaria de Cultura, Turismo y Deporte, de la que es miembro permanente, esperando que se resolviese pero “todo apunta a que se va a mantener como está”, afirma señalando que la responsable del área, Sofía Miranda, no ha tenido en cuenta que la venta electrónica, implementada en principio como avance para evitar colas y agilizar la gestión, está perjudicando a una parte de la población, la más vulnerable, “que es también la que no sale de Madrid en vacaciones y la que menos preparada tiene sus casas para soportar el calor veraniego”.

La concejala de Más Madrid cree que no sólo se está a tiempo de rectificar sino que se debe y se puede rectificar: “Es tan fácil como funcionar como un cine o un teatro, que quien quiera y pueda compre su entrada por internet y que sin porcentajes, reservas a determinados colectivos ni nada también haya entradas disponibles en taquilla para comprar con cualquier método válido de pago”.

Por su parte, desde el Círculo de Podemos Centro, sus portavoces se muestran igualmente críticos con esta situación: “Un espacio público ha de responder al principio de accesibilidad universal. En un momento donde nuestra ciudad sufre los efectos de la isla de calor, el gobierno de Almeida establece criterios que dejan fuera a parte de los vecinos y vecinas. Todos y todas los que vivimos en Madrid tenemos que poder acceder a las dotaciones públicas que hacen más habitable nuestra ciudad; en este caso, a las piscinas”.

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