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SEGURIDAD

Rita Maestre acusa a Almeida de tener abandonado Lavapiés porque “no le interesa electoralmente”

La portavoz de Más Madrid en el Ayuntamiento, Rita Maestre.

Antonio Pérez / Somos Lavapiés

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La portavoz de Más Madrid en el Ayuntamiento, Rita Maestre, ha puesto este miércoles a Lavapiés, lugar donde ella misma reside, como ejemplo de los “barrios vulnerables” de la capital donde “va creciendo la inseguridad”, una inseguridad que animó a combatir mediante “propuestas eficaces”, pidiendo seguidamente la creación de “una auténtica policía de proximidad ante la venta de droga en la calle y el rápido aumento de narcopisos y delincuencia organizada” que se aprecia en la zona.

Junto a un mayor control policial, la líder de la formación de izquierdas también ha reclamado “unidades médicas y de trabajo social que atiendan a personas con adicciones”, reivindicando “el trabajo de proximidad y mediación” que vienen realizando en este sentido los profesionales de Madrid Salud y que “requiere de todo el apoyo institucional”.

Estos mensajes los hizo públicos a través de su cuenta de twitter, donde también dejó escrito: “Lavapiés es uno de los barrios más especiales de Madrid. Ha sido siempre un ejemplo de convivencia y mezcla de culturas. Un barrio comprometido y dispuesto a arrimar el hombro que tiene el mismo derecho a la seguridad que cualquier otro barrio de Madrid”.

Antes de finalizar el hilo de tuits, Maestre responsabilizó “al abandono de la gestión de Almeida” los problemas que presenta actualmente la zona. “No hay proyectos, no hay planificación, ni anticipación, no hay limpieza y no hay intención de mejora. Tristemente solo hay una razón: no le interesa electoralmente (Lavapiés)”.

Las declaraciones de Maestre se enmarcan en un contexto en el que numerosos vecinos del barrio llevan muchos meses denunciando la degradación de la zona sin que nada mejore en ella, pese a los anuncios de las autoridades de haber aumentado la presencia policial y los efectivos de Madrid Salud dedicados a la lucha contra las adicciones.

Junto a la creciente inseguridad, el ruido y la suciedad son otros de los temas que más protestas están generando entre los residentes.

Concentración vecinal y hartazgo

Precisamente, en la tarde noche de ayer alrededor de 40 vecinos se concentraron en la plaza de Nelson Mandela para ponerse cara y hablar, principalmente, de los problemas que perciben en el barrio y que afectan a su calidad de vida.

La convocatoria se realizó a través de uno de los chats de residentes que, para abordar estos asuntos, están surgiendo de forma espontánea en distintas calles de Lavapiés y que entre todos pueden tener ya conectadas a cerca de 200 personas.

Los ánimos están calientes. El hartazgo que sienten muchos vecinos va en aumento y desde Más Madrid temen que “siendo Lavapiés un barrio único, ejemplo de convivencia, tolerancia y diversidad cultural, quienes se alimentan de los discursos de odio y del extremismo puedan incendiarlo” aprovechando la situación. “Por eso creemos que es necesario actuar ya y estar junto a unos vecinos que hace tiempo pasaron los límites de lo que es humanamente tolerable”, declaran desde la formación.

Más Madrid pone sobre la mesa expropiar La Quimera

Situado en la esquina de la plaza de Nelson Mandela con la calle del Amparo, el inmueble conocido como La Quimera y sus aledaños son la cara más visible de muchos de los problemas que los vecinos de esta parte del distrito vienen denunciando. Su situación se abordó en el pleno de la Junta de Centro, celebrado ayer, a través de una pregunta presentada por Más Madrid.

Según el partido, “desde hace dos años La Quimera se ha convertido en un auténtico agujero negro donde residen, en condiciones terribles, sin agua ni electricidad, unas sesenta personas, algunas de ellas con patologías psiquiátricas y toxicomanías”, razón por la que instan al Ayuntamiento a “hacerse cargo de lo que sucede en ese edificio y ponerle solución, bien sea obligando al propietario a poner esas viviendas en venta o en alquiler o bien iniciando un proceso de expropiación del inmueble por motivos de seguridad y salubridad”.

En el pleno, Más Madrid tendió la mano al concejal presidente de Centro, José Fernández, para, sin “polemizar ni convertir un problema social y de seguridad en un elemento de debate político (...), buscar solución a los problemas transmitidos por los vecinos”.

La Quimera se edificó en 1978, hace ya 44 años, y desde entonces no ha tenido un uso residencial legal: sus viviendas jamás han estado ni en el mercado del alquiler ni de la venta, habiéndose desentendido del inmueble el propietario.

“Nos consta que incluso hay familias y menores residiendo en él. Esta situación no resulta agradable ni para quienes viven dentro ni para quienes viven fuera de La Quimera”, exponen desde Más Madrid, formación que piensa que el edificio, una vez expropiado, sería perfecto para crear “vivienda pública en un barrio como éste tan necesitado de ella”, pero no sin antes “procurar a las personas que en la actualidad residen allí recursos psicosociales y habitacionales que les permitan rehacer sus vidas ante un eventual desalojo”, una labor que, apuntan, debería recaer coordinadamente “entre los Servicios Sociales y los recursos de adicciones de Madrid Salud de la calle Tribulete”.

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