Nuevo plan contra el ruido en el centro de Madrid
Después de cinco años de su entrada en vigor, toca revisar por ley la Zona de Protección Acústica Especial (ZPAE), plan que se instauró en el distrito Centro como disposición adicional a la Ley del Ruido (OPCAT, 2011) con el objetivo de reducir la contaminación acústica (PDF) que sufren sus habitantes y que excede en mucho los límites recomendados por las directivas europeas.
Aunque la modificación de la ZPAE se espera sea un proceso largo y complicado, el Ayuntamiento ya ha trasladado a asociaciones de vecinos y de comerciantes, así como a los partidos políticos con representación municipal, un borrador -basado en un nuevo Mapa Estratégico del Ruido, elaborado con datos de 2016 por el Área de Gobierno de Medio Ambiente y Movilidad- sobre el que comenzar a trabajar en común para tratar de lograr un máximo consenso en un asunto tan capital como éste.
[Las calles más ruidosas de Malasaña]
Aún en fase embrionaria, de la reforma propuesta podemos extraer ciertas conclusiones: la ZPAE sí ha servido para reducir el ruido en Centro, aunque no lo suficiente como para prescindir de ella y continuará dividiendo en tres -zona de contaminación acústica alta, moderada y baja- el territorio del distrito, con más o menos medidas correctoras dependiento del nivel de contaminación de cada espacio; seguirá siendo imposible conseguir nuevas licencias para abrir negocios de ocio y restauración en las zonas de alta y moderada contaminación, mientras que se amplía la distancia a la que poder abrir este tipo de establecimiento en zona baja; la Junta de Centro podrá reordenar las terrazas en plazas con alto ruido en caso de que los niveles de contaminación así lo reclamen.
Vecinos preocupados por hacer cumplir las normas
Vecinos preocupados por hacer cumplir las normas
Con la modificación de la ZPAE actual, el Ayuntamiento pretende dotarse de más armas legales para evitar la saturación de locales de ocio en determinadas áreas, mientras que los vecinos le han hecho ya ver que, a su entender, de poco servirá una revisión de la normativa sin mecanismos que hagan que en verdad se cumpla, a lo que el concejal de Centro, Jorge García Castaño, ha contestado que le consta que hay “menos impunidad” que antes y que la nueva ZPAE incidirá específicamente en ese necesario control de cumplimiento de la legalidad.
El borrador de la ZPAE también recoge que se constituirá, por parte de la Junta Municipal del Distrito, una Comisión de Seguimiento de la ZPAE integrada por representantes de asociaciones de vecinos, empresarios, hosteleros, comerciantes del distrito de Centro y de los órganos municipales competentes para hacer un seguimiento de la ejecución y de los resultados alcanzados por el Plan.
Madrid Central
Madrid Central
Tanto el nuevo Mapa Estratégico del Ruido como la puesta en marcha de la modificación de la ZPAE se han realizado antes de la entrada en vigor de Madrid Central que, sin duda, afectará al agente que más contaminación acústica genera en Centro, el tráfico de vehículos de motor. La restricción a la circulación por la almendra central de coches de no residentes ayudará a combatir el ruido, por lo que el Ayuntamiento también se compromete a revisar ese mapa, al tiempo que se autoimpone un plazo máximo de un año para presentar un informe de movilidad, que contemplará medidas de revisión de los horarios de carga y descarga de vehículos comerciales, al tiempo que también abordará asuntos como la posible conversión a peatonal de ciertas vías, o su declaración de vías de prioridad peatonal.
Bares, terrazas y botellón
Bares, terrazas y botellón
Los hosteleros, como uno de los colectivos que más pendientes están de la modificación de la ZPAE, también participan en la mesa de negociación sobre el Plan y ya han expresado sus miedos ante una mayor restricción municipal. Para tranquilizarlos, el Consistorio ha indicado que no habrá grandes novedades para los que ya tienen licencias en vigor y cumplen con la normativa.
Sí plantea el Ejecutivo local que los locales que tengan huecos a la calle tengan prohibido abrirlos de par en par, una medida demasiado radical incluso para los vecinos, que se conformarían con que la prohibición sólo afectara a los que tengan licencia para tener música o que se estableciera un horario nocturno a partir del cual fuera obligatorio tener cerrados esos huecos.
“Cada vez hay más problema de ruido fuera de los locales, más que dentro de ellos”, comenta el concejal García Castaño, por lo que no ve necesario plantearse ni una reducción del horario de apertura de bares y restaurantes ni nada similar.
Con respecto a las terrazas, siempre objeto de debate, sí que hay tanto una propuesta de horario regulador como se abren puertas a ponerles más límites. Así pues, para nueva concesión de licencia de terrazas en toda la zona ZPAE se quiere establecer que éstas no tengan en ningún caso una capacidad de personas superior al 50% del aforo interior del local en cuestión. Una novedad importante para las terrazas que ya cuentan con licencia es que el Ayuntamiento prevé que las Juntas locales tengan potestad para reubicar o reordenar las que ya se colocan en plazas de alta contaminación acústica en caso de que así lo crean oportuno como medida extraordinaria y correctora de niveles alarmantemente altos de ruido.
En cuanto al botellón y a la venta ambulante e ilegal de alcohol, problema que los hosteleros consideran un importantísimo generador de ruido nocturno, el Ayuntamiento tratará el distrito como zona de acción prioritaria a los efectos de garantizar el cumplimiento de la prohibición de consumo de bebidas alcohólicas en determinados espacios públicos, de acuerdo con lo establecido en el artículo 30.3 de la Ley 5/2002, de 27 de junio, sobre Drogodependencias y otros trastornos adictivos de la Comunidad de Madrid.
El borrador de lo que será la nueva ZPAE también tiene en cuenta la regulación de otros focos menores de contaminación acústica, mantiene lo que ya está en vigor y prevé introducir algunas novedades como la prohibición de que cualquier negocio no recreativo utilice amplifiación sonora de puertas afuera para captar clientes.
Todas las calles de Malasaña se encuentran situadas en zona de alta contaminación acústica o de moderada contaminación acústica, ambas con la máxima protección. Distintos colectivos vecinales creen que la reducción de ruidos en el distrito mediante la aplicación de las medidas correctoras contempladas en el ZPAE se produce tan poco a poco que se tardarán muchos años en acercarse a los niveles que la directiva europea considera como óptimos, demasiado tiempo para quienes sufren más directamente el problema.
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