Operación policial en el 'narcopiso' de Tesoro después de un robo en Pez
Distintos sucesos que últimamente están ocurriendo en Malasaña apuntan hacia la calle Tesoro y, más concretamente, a su número 28, una antigua portería ocupada ilegalmente en donde los vecinos aseguran que se consume y trapichea con droga -como denunciaron en este mismo periódico-, además de ejercerse la prostitución. Al parecer, podría también acumularse material robado, según distintas sospechas.
En esta vivienda tuvo lugar en la tarde del martes una gran despliegue policial con varias detenciones, informan a Somos Malasaña testigos presenciales. Solo unos días antes, el pasado viernes, una denuncia por robo en un comercio de la calle del Pez identificaba como moradores habituales del mencionado piso a las dos personas que presuntamente lo cometieron.
El robo al que nos referimos tuvo lugar en la galería de arte La Fiambrera. Sus propietarias indican que, alrededor de las 16.00, dos personas sustrajeron del establecimiento un teléfono móvil y varios artículos expuestos en la tienda. Las cámaras de seguridad captaron imágenes del momento del robo. Los supuestos autores son conocidos en el barrio y habituales de Tesoro 28. Uno de ellos siempre viste con pantalón rojo y camisa de cuadros. “Los vecinos tenemos que intentar denunciar esta situación de la calle Tesoro. Si no hacemos nada el barrio cada vez estará más inseguro”, apuntan desde La Fiambrera.
Por su parte, la comunidad de Tesoro 28 y los portales cercanos llevan años sufriendo las consecuencias directas de lo que sucede en la antigua portería, situada en el sótano del edificio, lugar que no dudan en calificar como “narcopiso” y donde, además de llevarse a cabo una actividad de venta de droga, creen que se acumulan objetos robados, algunos de los cuales se pueden ver amontonados en el patio de la vivienda.
“Tenemos motivos para pensar que es el punto de recepción de gran parte de todos los robos que se están llevando a cabo en el barrio”, apuntan a Somos Malasaña fuentes vecinales. “Todo el tránsito de idas y venidas de gente que acude a este sótano a lo largo del día y, prácticamente, también toda la noche, pulula permanentemente por la zona de Malasaña. Algunos viven como okupas en la finca del número 7 de esta misma calle. Otros, sospechamos, podrían estar también okupando otras viviendas en el barrio”, cuentan unos vecinos que viven sin telefonillos ni cerradura en el portal porque continuamente los rompen quienes frecuentan el narcopiso, donde también se han producido incidentes violentos, navaja en mano.
La calle Tesoro es, a día de hoy, la que concita más sucesos en Malasaña. Otras fuentes apuntan a la existencia de venta de drogas en el número 17 de esta misma vía. En noviembre uno de los okupas de su número 7 cayó desde una altura considerable. Además, se han producido varios incendios en las inmediaciones. Uno de ellos, el pasado verano, quemó ocho motos y afectó a varias viviendas. El último tuvo lugar a finales de mayo y acabó con un turismo y una moto de gran cilindrada calcinados.
La perpendicular de Tesoro, calle Minas, también es un sitio de menudeo de droga, tanto en su confluencia con Casto de Plasencia como, muy especialmente, en un edificio situado hacia la mitad de la calle, donde vive un camello muy conocido en la zona.
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