Un muerto por sobredosis frente al narcopiso de la calle Tesoro

“Hasta que no muera alguien en Tesoro 28 parece que nadie va a hacer nada, y empezamos a estar cerca de eso”. La frase, el lamento de una vecina desesperada por la situación que vivía cada noche bajo su casa, fue publicada por Somos Malasaña el pasado mes de julio. El vaticinio acabó cumpliéndose este lunes por la noche, cuando los servicios de emergencia certificaron la muerte de un hombre a las puertas del narcopiso tristemente conocido por tener atemorizados a los habitantes de la calle desde hace un año.

La muerte tuvo lugar sobre las 22.30 horas, confirmaron in situ fuentes policiales a Somos Malasaña. La causa más probable del fallecimiento fue una parada cardiorrespiratoria por sobredosis, según ha podido conocer este diario. El fallecido, un hombre de unos 50 años de edad, era habitual del narcopiso de Tesoro y había acudido a la zona en busca de nuevas dosis.

Al menos tres unidades del Samur intentaron reanimar sin éxito al sujeto, mientras cinco coches de Policía Nacional acordonaban la zona. Una vez certificada la muerte, se procedió al levantamiento del cadáver cuando pasaban 30 minutos de la medianoche, según pudo comprobar Somos Malasaña. Además, testigos presenciales explicaron a este periódico que los agentes entraron y salieron varias veces del portal donde se encuentra el piso problemático para, finalmente, llevarse detenido a uno de los habituales de este lugar. Sin embargo, según hemos podido saber, el arrestado no tuvo relación alguna con el luctuoso suceso, aunque sí que arrastraba causas pendientes con la Justicia por otros delitos.

Una portería ocupada

El historial de delitos que salen de Tesoro 28 es largo: robos con violencia, incendios provocados, peleas con arma blanca, supuestas violaciones... y sus habitantes han intentado todo para acabar con la inseguridad que se ha instalado en la misma escalera de su casa.

Los habitantes del inmueble relataban que el patio de este piso, que comunica con otros tres edificios de la zona, servía para acumular restos de objetos robados y también era un foco de alaridos a cualquier hora: “Pueden empezar a gritar a las 4 o 5 de la mañana, todos los días”, narraba una vecina. Las peleas, constantes, solían ir acompañadas de roturas de objetos y amenazas de muerte. Policía y Samur son visitantes diarios desde hace meses del número 28 de esta empinada calle de Malasaña que esta noche registró su suceso más grave.

El origen del narcopiso está en la ocupación de la antigua portería por parte de una mujer que antiguamente se encargaba de labores de portería relacionadas con el mantenimiento de la caldera, y también de la limpieza. Con el desmantelamiento del antiguo sistema de calefacción, la comunidad decidió prescindir de sus servicios, pero ella se resistió a marcharse. Fue entonces cuando comenzó la actividad del narcopiso, inmueble que se encuentra pendiente de un desahucio atascado desde principios de año en los tribunales.

Los vecinos del barrio, a través de la asociación Acibu, se reunirán este martes para identificar los principales problemas de Malasaña y buscar formas de hacerles frente. La convocatoria es abierta y a ella están llamados todos los habitantes de la zona con interés en aportar soluciones. La cita es a las 19.30 en Espacio Pozas 14, a escasos metros del lugar donde se ha producido el fallecimienkto.