Vecinos y comerciantes quieren cerrar ya el tráfico en Universidad y Justicia
El clamor es unánime en Malasaña y Chueca. Los vecinos y los comerciantes de la zona coinciden en reclamar que el Ayuntamiento cumpla lo prometido y no se deje llevar por las últimas informaciones aparecidas en prensa, que ponen en duda el establecimiento del Área de Prioridad Residencial (APR) en todo el distrito Centro.
Hasta el momento tienen la categoría de APR, que solo permite el paso a vehículos de los residentes, el barrio de Las Letras y Lavapiés. El Consistorio tenía previsto ampliarlo a las zonas de Palacio, La Latina y Sol primero (el 1 de enero), y luego a Universidad y Justicia, antes de junio de 2015. Así se comunicó a las asociaciones vecinales y así se publicó en este medio la pasada primavera.
Sin embargo, la CEIM y la propia Comunidad de Madrid están presionando para que este cierre al tráfico no vecinal se quede aparcado, como muestran las últimas noticias. Otras entidades como la Asociación de Comerciantes y Vecinos de Centro y la Asociación de comerciantes de Gran Vía tampoco ven con buenos ojos el proyecto, publicó ABC el pasado fin de semana.
Pero al norte de Gran Vía la opinión es la contraria: las únicas asociaciones de vecinos y comerciantes de Universidad y Justicia quieren el cierre al tráfico cuanto antes. Acibu, AVV Barrio Justicia,Asociación de Vecinos Chueca, Vive Malasaña y Triball se desmarcan de las asociaciones de comerciantes de otras zonas para reclamar una actuación que pacificaría el tráfico de los dos céntricos barrios de Madrid.
“Llevamos pidiendo la restricción del tráfico desde 1997. Estamos deseando que implanten las nuevas APR”, cuentan a Somos Malasaña desde la Asociación de Vecinos del Barrio de Justicia. Su presidente, José Carlos Nicolau, se declara “indignado” por no “haber sido convocados (ni avisados) a las últimas reuniones. El Ayuntamiento ha llevado a las asociaciones de comerciantes en pleno y sólo a alguna de vecinos, dejando nuestro colectivo en clara minoría. Ni nosotros, ni Acibu, ni Avecla, ni siquiera la Fravm conocimos la cita hasta que ya había pasado”, denuncia.
La Asamblea Ciudadana del Barrio de Universidad (Acibu) comparte el diagnóstico y se queja de que el Ayuntamiento parece que se vaya a echar para atrás e “incumpla sus promesas” ante las presiones de grupos económicos. Las dos asociaciones vecinales creen, sin embargo, que es importante cuidar los intereses comerciales en este tránsito hacia el cierre del tráfico: “Aunque las APR sirvan para mejorar la vida de los residentes, también es necesario que no resulten perjudiciales para el comercio”, declara Nicolau. “Por ello deberían ir acompañadas de actuaciones urbanísticas y medidas de dinamización económica que compensen los inconvenientes”, todo ello para “crear zonas urbanas de alta calidad y atractivo en las que, aun requiriendo un esfuerzo inicial de adaptación, los negocios puedan luego también prosperar mejor”, afirma.
También la Asociación de Vecinos Chueca exige que el PP cumpla su programa electoral y aplique la APR a Justicia y Universidad. Esteban Benito, su presidente, califica de “vergonzosa” la actitud de CEIM y del presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, presionando para que no se restrinja el tráfico de no residentes en Centro. “Estos señores no quieren algo que es bueno para la calidad del aire de Madrid, para la movilidad, para los vecinos y para los comerciantes también. Los comerciantes suelen ser reticentes a este tipo de medidas, pero pasado el tiempo son los más beneficiados económicamente, como se ha demostrado en otras zonas de la ciudad”. Benito, sin embargo, cree que finalmente el Ayuntamiento no implementará en esta legislatura la APR.
Los comerciantes, a favor de la APR
Los vecinos no son los únicos que piensan que una menor intensidad de tráfico traerá más beneficios económicos a la zona. El vicepresidente de la Asociación de Comerciantes de Triángulo Ballesta (Triball), Miguel Ángel Santa, ve con buenos ojos el cierre y vaticina que, “con carácter general, los comercios se verán favorecidos”, explica a Somos Malasaña.
“Las reticencias de algunos son normales. Ya pasó con la peatonalización de Arenal”. Santa se refiere al momento en el que el Ayuntamiento cerró al tráfico la céntrica calle, allá por 2006. Entonces, algunos de los que se opusieron vieron luego multiplicar sus ingresos cuando solo pasaban peatones por delante de su local.
“Los visitantes tienen que venir al centro en transporte público, que es algo que la mayoría de la gente creo que tiene asumido. El cierre será bueno para los vecinos y para los comerciantes”, concluye el representante de Triball, quien apostilla que su asociación desea “que suceda pronto, pero que se haga bien, con reuniones en las que se escuche a todas las partes, estableciendo horas de reparto y facilidades para que no perjudique a los negocios de la zona”.
Parecida opinión tienen en Vive Malasaña, la otra asociación de comerciantes del lugar: “Queremos que se peatonalice la zona y así conseguir un barrio limpio de coches y de basuras”, explica su presidente, Sergio Martín. Vive Malasaña se ofrecen a participar en acciones reivindicativas “junto a los vecinos” para conseguir que, finalmente, la APR se instale, tal y como se había prometido, antes de que se acabe la legislatura.
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