Miles de voces claman contra el proyecto de Ayuso que arrasará 279 árboles en Madrid Río: “¡No a la tala!”

Diego Casado

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“Hasta Gallardón lo respetó”. Para un político, no pinta bien si sale perdiendo en la comparación con otro que cargó con el sambenito de ser el alcalde que más árboles taló en Madrid. El comentario era uno de los que repetían los vecinos de Arganzuela este sábado, en medio de una protesta para intentar defender los árboles plantados en el año 1969 junto al Manzanares y que sobrevivieron al soterramiento de la M-30 mientras el resto de sus riberas quedaban arrasadas.

Ahora, el Gobierno de Ayuso se dispone a talarlos para excavar allí una de las nuevas estaciones de la línea 11 en Madrid Río. Inicialmente se había planificado bajo la calzada del cercano paseo de Yeserías, pero un cambio después del periodo de información pública la metió en medio del parque y obligará a la tala de 279 árboles allí. “La declaración de impacto ambiental no recogía arrasar el parque Comillas ni esta estación en mitad del parque”, denunciaban los vecinos este sábado en una manifestación masiva que rodeó parte del vallado ya cerrado para empezar la tala.

Varios miles de personas participaron en la concentración, convocada por 13 asociaciones y colectivos vecinales en solo cinco días. Decenas de ellas golpeando con furia las vallas blancas y rojas que aparecieron la semana pasada y sobre las que han aparecido pintadas de “No a la tala”, el lema más coreado de la protesta. “Hablemos claro, las obras que se van a ejecutar no son las de 2019” denunciaban en el manifiesto final un portavoz de Ecologistas en Acción. “Hace dos días que me he enterado y soy vecina”, añadía otra participante.

“Metro sí, tala no” era otro de los lemas más coreados, recordando que el movimiento vecinal defiende la ampliación del suburbano, pero intentando minimizar al máximo el daño a las zonas verdes. “No somos inocentes, sabemos que las infraestructuras requieren sacrificios, pero exigimos que sean evaluados para que el patrimonio natural se conserve”, advertían.

Muchas personas participantes eran vecinas del barrio, otras se habían desplazado hasta Madrid Río para la convocatoria y comprobaban con una mezcla de horror e indignación el tamaño de las acacias o las moreras que se pretenden talar. “Van a plantar palos de escoba, que tardarán 60 años en volver a dar sombra como esta”, se quejaban. Varias mujeres señalaban el “sinsentido” de colocar una entrada al Metro en mitad del parque, por la inseguridad que puede provocar de noche, en lugar de situar el acceso junto a los edificios cercanos, fuera de la zona verde.

Además de numerosos vecinos, la concentración contó con el apoyo de todos los partidos políticos de la oposición, con representantes de Más Madrid (estuvieron el diputado regional Eduardo Rubiño y la concejala Esther Gómez) o del PSOE (Enma López). También se dejó ver Luis Cueto (Recupera Madrid) y Roberto Sotoyamor, candidato a la alcaldía de Podemos.

Pero las asociaciones convocantes intentaban desvincular de ideologías la protesta, que comenzó poco antes de las 12.30 y se desarrolló sin incidentes. Sí que hubo algún momento de tensión al intentar varios agentes a caballo de la Policía Nacional que los participantes dejaran de golpear la valla en distintos puntos. Su actuación fue censurada al grito de “fuera, fuera” por las numerosas familias con niños que habían acudido a la concentración, ya que la reivindicación transcurría pacíficamente, con los ecos de los tambores del cercano carnaval que recorría el parque. Una hora y media después la mayoría de vecinos abandonaba el lugar, temerosos de que en los próximos días pueda comenzar el derribo de troncos.

Cadena humana y batalla judicial

La protesta de este sábado llega después de una semana de movilización vecinal en torno a las vallas de obra, que ha incluido apadrinamiento de árboles, una cadena humana y turnos de vigilancia para alertar si empezaba a sonar la motosierra. También se ha plantado batalla en los tribunales, con dos contenciosos presentados en los juzgados. El primero llegó el miércoles por parte de una asociación vecinal y el segundo lo interpusieron este viernes Ecologistas en Acción. Ambos piden como primera medida prohibir las talas, ya que la declaración de impacto ambiental solo preveía cortar 79 árboles. De momento los tribunales ha negado las medidas cautelarísimas, aunque los expedientes siguen abiertos.

Los de Madrid Río serán los primeros en caer de los 1.027 apeos que incluye el proyecto de obra sumando los del parque de Comillas (donde se producirá la mayor deforestación, con solo 11 árboles que quedarán en pie) y distintos puntos del trazado de la nueva línea 11, como el jardín de Palestina junto a la plaza Luca de Tena o el parque Darwin en Moratalaz. Otros 348 árboles serán trasplantados y solo 58 se mantendrán en el lugar que ahora ocupan.

Las movilizaciones seguirán, han anunciado los convocantes. “Exigimos que se escuche a las vecinas de los barrios afectados. No nos callaremos hasta que lo consigamos”, han advertido al final del comunicado, antes de desvelar la fecha de la próxima manifestación: será el sábado 4 de marzo, probablemente a las 12.00, también en Madrid Río.

Historia de un árbol de Arganzuela (comunicado leído por las vecinas durante la concentración)

Buenos días, vecinas y vecinos. Gracias por acudir a este parque de la Arganzuela, un parque que es mi casa y también la casa de todos.

Dejad que me presente. Soy el platanus hispanica número 4436, según el inventario que han hecho unos señores. Pero vosotros me conocéis como el plátano de sombra, ese árbol grande del parque, de vigorosas ramas que se desnudan en invierno y se llenan de hojas verdes en verano para daros frescor y cobijo en este Madrid tan caluroso, sin fallaros ni un solo día desde que me plantaron aquí en 1969.

Aunque tenga ya muchos años, estoy fuerte y sano, pero esos mismos señores que antes me dieron un número, ahora dicen que me tienen que talar para poner una estación de metro. Me quieren talar a mí, y también a mis primos y hermanos, los chopos, las moreras… Ay las moreras, si yo os contara las muy pícaras…Sus raíces vienen hasta aquí y se entrelazan con las nuestras bajo tierra. En fin…

Aunque tengo ya muchos años, no me falla la memoria. Te has convertido en todo un hombretón, Marquitos. Cuando me plantaron aquí mismo, don Marcos, tu padre, venía todas las tardes acompañado de doña Virtudes que empujaba el coche de capota donde dormitabas. Se sentaban en el banco justo a mi lado y tus gorgoritos acompasaban los cantos de los mirlos. Más tarde, los Reyes Magos te trajeron tu primera bicicleta, ¿te acuerdas? ¡Cómo te despellejaste las rodillas, pobrecito…! De tus novias, no voy a decir nada. Soy un caballero. Y ahora haces running, que así se dice en la jerga moderna, porque seré viejo, pero me mantengo al día, oye.

¿Y qué decir de nuestras fiestas de la Melonera? Se engalanaban los paseos y todo rebosaba de alegría con las casetas de feria y las atracciones. Anda que no se han escondido niños y no tan niños detrás de mi tronco para hacer alguna travesura, ¿verdad, Luisito?

Un día, sin saber cómo, apareció amarrado muy cerca de mí, rodeado de las moreras, un barco pirata. Es un buen barco, convinimos todos los árboles, de mucho calado, dijo el mayor de nosotros, de los de surcar los siete mares. Llegaría navegando por los aires, dijo una morera; o tal vez por el Manzanares, opinó el chopo sabelotodo. Al rato se llenó de piratas enanos que gritaban. ¡Al abordaje! ¡Al abordaje! Algún pirata ha resultado herido durante sus locos recorridos de proa a popa y de babor a estribor, poca cosa, nada que no sane un culito de rana.

Aunque tengo ya muchos años, todavía conservo una buena vista. Desde mis casi treinta metros de altura, no se me escapa nada. Veo a Naty y Manuela conversando mientras dan su paseo diario que tan bien les va para cuidar su corazón. María, te observo caminar con tu bastón blanco por las tardes, pizpireta y sonriente, sintiendo la fragancia de las hojas, el césped y todas las plantas que te guían mientras disfrutas de los trinos de los pájaros y las risas de los niños. Me habéis invitado a un sinfín de cumpleaños. Que sepas, Lucía, que los globos que más me gustan son los verdes. Y Miguelito, tendré la piel curtida, pero cuidadito con esos balonazos, ¿eh? Y, Paco, ya no te veo por las noches buscando refugio entre nuestros troncos, cuando no queda nadie por el parque. ¿Por fin has encontrado un hogar?

Aunque tenga ya muchos años, todavía escucho con claridad las voces desgañitadas de las madres y ahora de los padres también, que mientras dan la merienda de pellizco en pellizco a sus pequeños, comentan las novedades del colegio y del barrio. Y aunque parezco rudo con mis arrugas, lo que más me estremece de emoción son los suspiros y los “te quiero” de los enamorados. No temáis, vuestros secretos están a salvo conmigo.

Ya sé que tengo muchos años, y espero seguir cumpliendo muchos más, para cobijar bajo mis ramas a Anselmo y Juana y vuestras partidas de ajedrez, a Ramón y los amigos de toda la vida cuando jugáis a la petanca, a Laura, Martina, Felipe y tantos otros que hacéis yoga y tai-chi, o a Lourdes y Alberto que aquí os sentáis tranquilos a tomar el sol y a ver la gente, sencillamente, pasar. Quiero seguir prestando mi corteza para que, como un lienzo en blanco, los enamorados sigáis escribiendo vuestros nombres y dibujéis corazones atravesados por flechas de amor.

Porque, como el fiel amigo que soy, quiero seguir aquí, donde siempre he estado, donde he echado raíces, donde he crecido junto a Carmen, Rafa, Sole, y Fede. Todos sois mis raíces, como yo soy las vuestras. Por eso, a pesar de las adversidades, nosotros los árboles queremos seguir creciendo junto a vosotras y vosotros, queremos seguir creciendo JUNTOS, cada vez más sanos, cada vez más fuertes y orgullosos, cada vez más altos. Y por eso hoy os necesitamos, amigas y amigos, para defender esta vida que compartimos. ¡¡¡YO DEFIENDO ESTE ÁRBOL!!!