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El vertido de una pista de hielo navideña deja lleno de líquido tóxico el madrileño Parque de Berlín

Elena Cabrera

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Cuando empezó a desaparecer el blanco sucio del hielo, aparecieron los charcos de color verde fosforito en el Parque de Berlín. La Junta de Chamartín había adjudicado la concesión de una autorización para la gestión de las fiestas de navidad en el distrito madrileño, la cual debía incluir una pista de patinaje sobre hielo de 400 metros cuadrados como mínimo. Formaba parte del proyecto El bosque de la Navidad, y debía funcionar desde el 4 de diciembre al lunes 6 de enero. Según el pliego, la retirada de las instalaciones debería estar concluida el 9 de enero. A fecha de 23 de enero, el armatoste sigue ahí.

Las manchas de líquido son del anticongelante monoetilenglicol, tóxico en su ingestión y que irrita la piel y las mucosas al contacto. Aparecieron por una fuga durante el desmontaje de la pista. Un perro ya ha salido escaldado, con las vías respiratorias obstruidas y la cabeza hinchada, según las denuncias de los vecinos en el programa de televisión Madrid Directo. Tras las quejas vecinales, la Policía Municipal acordonó la zona en el fin de semana del 11 y el 12 de enero, con una cinta de plástico —“un balizado de seguridad” en términos técnicos— que, aunque alerta del problema, no impide que los perros o los niños se acerquen a las manchas. Manchas que, en algunos casos, fueron incluso un importante camino de preocupante líquido verdoso, como se ve en las fotos tomadas por los afectados. Según los vecinos, el vertido, que se mantenía entre la tierra del parque y se escurría hacia las calles colindantes apareció al día siguiente del comienzo de la retirada de las instalaciones, el 10 de enero.

La Junta Municipal conminó a la empresa adjudicataria, la Asociación Madrileña de Feriantes, la semana pasada para que retirase “de forma apremiante” la arena contaminada y la llevase a un vertedero controlado donde la pudiera tratar adecuadamente, debido a su toxicidad, informan desde la Junta, algo a lo que la organizadora accedió y se comprometió. A fecha de 23 de enero, la arena contaminada sigue ahí. El Ayuntamiento informa de que se han tomado muestras, que han sido enviadas a Toxicología, quien ha explicado a los técnicos municipales que ese producto al aire libre y con las temperaturas actuales no supone un peligro. Ante la inacción de la empresa, el SELUR absorbió el vertido con una bomba de aspiración y lo cubrió de sepiolita, pero con las lluvias la sustancia ha vuelto a resurgir. Respecto a la persistencia de las instalaciones quince días después, incluida la estrella navideña en el centro de la pista, el Ayuntamiento explica que debían esperar a que se fundiera el hielo, cosa que no se ha producido por las bajas temperaturas.

La pista de patinaje sobre hielo que se instaló en el Parque de Berlín le costaba a los usuarios siete euros por 45 minutos. No se parecía, ni lejanamente, a la pista de hielo natural instalada en Matadero, la cual fue denominada por la concejala de Cultura Andrea Levy como sostenible porque “parte de la energía” para la fabricación de las pistas que congelan el agua “procede de aerogeneradores situados en Holanda y el CO2 se compensa con plantaciones de Manglares”. La pagó Madrid Destino y costó 94.000 euros. En cambio, la pista de Chamartín, una de las ocho que se instalaron en Madrid durante las pasadas Navidades, se adjudicó mediante una licitación de autorización para la gestión y el aprovechamiento de dos localizaciones en el distrito: el Parque de Berlín y un mercadillo en la Avenida de América. El canon a pagar por la adjudicataria, satisfecho como contraprestación por todo lo que debía montar, incluida la pista, es de 48.540 euros. Los pliegos técnicos recogen también una serie de infracciones del contrato. “Tener las instalaciones de agua, saneamiento y las eléctricas sin las condiciones técnicas que marca la Ordenanza Reguladora” sería una infracción muy grave sancionada con 5.000 euros de multa.

Preocupación vecinal

Gabino, vecino de Prosperidad, está muy preocupado por cómo la descongelación, que se ha ido produciendo progresivamente, y con pueda deteriorar la zona verde colindante a la pista de cemento, así como por la imposibilidad de usar las instalaciones deportivas: “Ni se puede jugar al baloncesto ni al fútbol. El grupo de mayores En Forma, que utiliza la pista varios días a la semana, no puede realizar allí sus ejercicios”, explica. Gabino ha venido observando las manchas y ha ido viendo como el color verde se ha aclarado por efecto de las lluvias, aunque el olor tóxico persiste: “Es una mezcla entre aceite y alcohol, pero raro”. “Es un parque muy concurrido, con un colegio enfrente, y esta dejadez es muy preocupante”, ha señalado.

El grupo municipal de Más Madrid tuvo constancia el pasado miércoles de lo que había sucedido. “Un técnico de nuestro grupo se acercó para comprobar la situación y lo que vio fue que la instalación está abandonada y vandalizada”, explica la portavoz del grupo en el Ayuntamiento, Rita Maestre, “y que, efectivamente, había un vertido de producto anticongelante altamente tóxico si se ingiere y que es irritante al contacto con la piel”. El grupo informó al concejal de Medio Ambiente, Borja Carabante, lo que, sumado a las denuncias vecinales a LineaMadrid, hizo que el Servicio de Limpieza Urgente (Selur) procediera a la limpieza de la zona. Una limpieza ineficaz por la toxicidad del vertido y porque éste seguía fluyendo de la pista. “Es una irresponsabilidad abandonar un producto peligroso en un espacio público, el Ayuntamiento tendría que haber actuado desde un primer momento y más cuando los vecinos han informado por diversas vías”, declara Maestre a eldiario.es.

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