Juan Vicente Herrera se ha decidido. Un mes después de las elecciones, un mes de que perdiera la mayoría absoluta en Castilla y León –aunque solo fuera por un diputado-, un mes después de que dijera que abría un plazo de reflexión, ya lo ha reflexionado y lo ha decidido: optará a un nuevo mandato, el cuarto y medio –fue presidente en 2001 tras irse a Madrid Juan José Lucas-.
Herrera lo ha decidido después de conseguir los apoyos de la UPL (Unión del Pueblo Leonés) y de Ciudadanos. Los dos partidos se abstendrán en el pleno de investidura, que se celebrará la próxima semana, y facilitarán que el candidato del PP a la Presidencia de la Junta de Castilla y León salga elegido, en segunda vuelta y por mayoría simple.
Ha pasado un mes incógnitas, de dudas, de sospechas, de pulsos, de movimientos internos. Pero Juan Vicente Herrera no es de los políticos que abandona a las primeras de cambio. Por eso sorprendió que 42 horas después de las elecciones autonómicas dijera que quería un tiempo para reflexionar si seguir o abandonar.
En ese momento surgieron todo tipo de rumores. Desde los que afirmaban que quería lanzar un órdago al presidente nacional del PP, Mariano Rajoy, para que retirara del Gobierno al ministro de Industria, José Manuel Soria; pasando por los que decían que era la forma de controlar su posterior sucesión e impedir batallas y guerras internas para hacerse con su puesto.
Pero, al más claro estilo Rajoy, Juan Vicente Herrera ha dejado pasar el tiempo y ayer dio la respuesta a sus incógnitas. Lo hizo tras llegar al acuerdo con Ciudadanos, un pacto por el que la formación magenta se abstendrá, algo que estaba previsto al analizar el pasado político de muchos de los dirigentes de este partido en Castilla y León.
Herrera tendrá a partir de la próxima semana, cuando tenga lugar el pleno de investidura, que adoptar una primera postura tajante respecto al Gobierno central, o se claudica ante los movimientos del ministro José Manuel Soria o da un nuevo golpe en la mesa y se enfrenta a él.
Hay que recordar que fue el propio presidente de la Junta de Castilla y León el que arremetió contra el ministro canario, al que acusó de ser el responsable de que el PP perdiera la mayoría absoluta en esta región, por su posición sobre la minería del carbón.
Entonces, y ante este enfrentamiento, cabe preguntarse cuál será la postura que adoptará Herrera y si volverá a pedir la dimisión de José Manuel Soria, aunque llegue a enfrentarse directamente con Rajoy.
Otro de los movimientos que ha hecho remover los sólidos cimientos del PP en Castilla y León fue el nombramiento de Fernando Martínez Maíllo, el expresidente de la Diputación de Zamora, el alcalde de un municipio de 400 habitantes, Casaseca de las Chanas, el presidente del PP zamorano, como número tres del partido, como vicesecretario de Organización del PP nacional.
Martínez Maíllo, además de estar imputado por el caso de Caja España, que investiga los créditos que se dieron al expresidente de esta entidad, Santos Llamas; ha sido uno de los dirigentes del PP en Castilla y León que se movió en el sector crítico de la región. Esto implicó que estuvo en el bando de los que creían que Herrera debería tener un sustituto.
Fue el propio número tres del partido el que estuvo al lado de la expresidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco; y del alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco, en el ‘bando’ de los que querían postularse ante una hipotética salida de Herrera.
Por tanto, con su nombramiento en el PP nacional, ¿Mariano Rajoy ha lanzado un mensaje a Herrera? A partir de la próxima semana, una vez que sea elegido presidente de la Junta de Castilla y León, habrá respuesta no solo a esa pregunta sino al propio presidente del PP.
