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Veraneo en coche eléctrico: guía de uso

Los coches eléctricos se recargan más lentamente cuando el calor aprieta.

Paula Ulloa

Si eres de los que aún no ha comenzado las vacaciones y conduces un vehículo eléctrico, te conviene tener en cuenta algunos aspectos relevantes antes de ponerte al volante. Seguramente ya sabes, por ejemplo, que las altas temperaturas son uno de los mayores enemigos de tu coche. Aunque el frío es aún peor compañero de viaje, debemos tener en cuenta que algunos modelos de baterías sufren una caída de su autonomía de nada menos que el 31% cuando el termómetro supera los 38 grados, según un estudio realizado por la compañía de baterías Recurrent.

En este contexto, la firma de soluciones de transporte conectado Geotab ha recopilado los cinco errores más comunes que pueden provocar una pérdida significativa de alcance en los vehículos eléctricos durante el verano. Si evitas los siguientes errores, podrás sobrellevar estos meses tan calurosos con la tranquilidad de llegar a destino con tu eléctrico en perfectas condiciones:

1. “¿Ajustar la planificación? ¡No hace falta!”

En la actualidad, los coches eléctricos suelen tener una autonomía inferior a la de los vehículos de combustión interna, y la recarga sigue llevando más tiempo que el repostaje. En consecuencia, hay que planificar bien las rutas, y no considerar las altas temperaturas en el cálculo puede acarrear dificultades. El usuario tiene que calcular la autonomía de su coche de forma diferente a como lo haría en condiciones ideales, típicamente de 21,5 grados, y prever en consecuencia los lugares donde parar a recargar la batería para asegurarse llegar a destino.

2. No tener en cuenta los cambios durante la recarga

Otro error bastante común es ignorar que los vehículos eléctricos necesitan cargarse más despacio y con más frecuencia en verano. El coche suele ajustar automáticamente a la baja la potencia máxima de carga para evitar sobrecargas. Además, conviene subrayar que la carga rápida debería evitarse en la medida de lo posible y que la mayoría de las baterías alcanza su rendimiento óptimo en ambientes calurosos en torno al 80%.

Por lo tanto, tiene sentido no cargar completamente las baterías durante la parada. Además, el interior del vehículo debería estar ya climatizado mientras la batería sigue conectada a la red eléctrica. Por un lado, esto permite a los conductores beneficiarse de temperaturas agradables y, por otro, conserva la batería, lo que incrementa la autonomía.

3. Conducción nerviosa

Por motivos de seguridad, cualquier conductor debería conducir siempre lo más tranquilamente posible, para evitar así acelerones y frenazos bruscos, además de otros contratiempos. Si esto ya es importante por regla general, con altas temperaturas, el sosiego en la conducción de modelos eléctricos es aún más relevante. Recuerda que una aceleración brusca consume un extra de energía y provoca el calentamiento de la batería, algo que se traduce en un gasto adicional en refrigeración, lo que repercute negativamente a su vez en la autonomía.

4. Aparcar directamente al sol

A los conductores con prisa les gusta encontrar rápidamente una plaza de aparcamiento, a ser posible cerca de su destino. Pero utilizar el primer espacio libre puede volverse en contra de nuestros intereses. Por banal que parezca, es muy conveniente (intentar) aparcar a la sombra, bien bajo los árboles o en un parking subterráneo; la empresa de soluciones de movilidad eléctrica Movelco asegura que las baterías soportan bien temperaturas hasta 49 grados, límite que se puede ver superado fácilmente si dejamos el coche al sol en estas fechas. Estacionar a la sombra ayuda a evitar el sobrecalentamiento de la batería, de modo que se necesita menos energía para la refrigeración y aumenta así la autonomía del vehículo.

5. Ejercer presión adicional sobre el coche

Algunas funciones y rutinas diarias relacionadas con un viaje en coche tienen un impacto negativo en la autonomía, especialmente en verano. El mejor ejemplo es el aire acondicionado, cuyo uso conlleva un mayor consumo de energía. Por eso hay que evitar abusar de él en la medida de lo posible. Otra posibilidad es climatizar el vehículo antes de iniciar el viaje.

Las demás fuentes de consumo eléctrico también deberían utilizarse lo menos posible, entre ellas la carga del móvil por USB, la iluminación interior o el sistema de navegación. Y, por supuesto, conviene evitar la carga innecesaria, lo cual significa retirar del maletero todos los objetos superfluos, incluidos los que no lo son en invierno, como las cadenas de nieve. Cada kilo de más que se transporta implica recorrer menos kilómetros, y esto se aplica tanto a un coche eléctrico como a uno convencional.

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