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Toyota refina el C-HR y lo ofrece ahora en dos variantes híbridas

Toyota actualiza el C-HR, el SUV del segmento C que lanzó en 2016.

Pedro Urteaga

En 2016, el C-HR nacía como el primer Toyota llamado a ser de volumen que presentaba un diseño rompedor, alejado del clasicismo un tanto anodino que caracterizaba a los modelos de la marca hasta el momento. La apuesta del volumen salió bien pues en tres años más de 400.000 europeos se han decantado por este SUV del segmento C que ahora se actualiza tanto exteriormente como en aspectos mecánicos, el más importante de los cuales es sin duda que desde este momento estará disponible en la doble oferta híbrida estrenada en el Corolla.

A la variante con motor de gasolina 1.8 de 122 CV se suma, pues, otra de 184 CV que recurre a un motor 2.0 y una batería de mayor tamaño y densidad energética. Si la única versión existente hasta ahora busca ante todo la economía y la finura de funcionamiento, la nueva pretende conquistar a los conductores que valoran más las sensaciones y el dinamismo.

La diferencia de enfoque tiene una rápida traducción en las cifras de prestaciones. El 1.8 acelera de 0 a 100 km/h en 11 segundos, lo que solo lo hace lento (que no lo es) en comparación con los 8,2 segundos que precisa el 2.0 para la misma operación. Eso sí, las emisiones de CO2 del primero se quedan en 108 g/km en ciclo WLTP, por 120 g/km del denominado Dynamic Force, que tampoco es un registro excesivo teniendo en cuenta que la potencia es un 50% superior. Lo mismo puede decirse del consumo combinado de combustible según el mismo ciclo de pruebas: a partir de 4,7 litros/100 km en el primer caso y a partir de 5,3 litros/100 km en el segundo.

El C-HR 2.0 adopta diversas soluciones técnicas, como la combustión a alta velocidad y un transeje más eficiente y ligero, para ofrecer una experiencia de conducción más enérgica e intensa, apreciable especialmente en una respuesta al pedal del acelerador inmediata y una aceleración que conductor y pasajeros perciben como más natural.

El sistema híbrido cuenta en este caso con una batería de hidruro de níquel que destaca por su carácter compacto, mientras que el modelo 1.8 mantiene la batería de iones de litio, ahora aligerada y de menor volumen. Ambos sistemas de almacenamiento van alojados bajo los asientos traseros y no afectan a la capacidad de carga, salvo de manera indirecta a la versión más potente, que pasa de 377 a 358 litros de maletero debido a que la batería convencional del coche, no la del sistema híbrido, no cabe en el vano delantero y ha tenido que colocarse atrás.

Los cambios exteriores, comunes a toda la gama, contemplan nuevas ópticas delanteras y traseras led con intermitentes integrados (y secuenciales, según versiones, los posteriores). En el frontal, las luces antiniebla se han situado en los extremos superiores de la calandra, en tanto que la zaga acoge una moldura negra que conecta los dos pilotos y un nuevo difusor. Tres colores se añaden a la paleta de los disponibles para la carrocería, que sigue pudiendo disponer de techo diferenciado en negro. En conjunto, Toyota pretende conjugar, y hasta contrarrestar, la condición transgresora del C-HR en cuestión de diseño con un toque más refinado y elegante que, sin embargo, no le reste expresividad, ya que no en balde el 43% de los compradores de este modelo lo elige precisamente por el diseño.

Fuera de estos detalles estéticos, hay que mencionar novedades que tienen que ver también con el refinamiento, pero de otro tipo: el que tiene que ver particularmente con la maniobrabilidad y el confort de marcha, el nivel de ruido, vibraciones y aspereza (NVH por sus siglas en inglés) y el tacto del freno. Al primer apartado corresponden las mejoras introducidas en la dirección asistida eléctrica y las que recibe la suspensión del modelo 2.0, incluidos unos nuevos amortiguadores. En lo tocante al ruido, se ha trabajado sobre todo en el aislamiento del que proviene del motor y la rodadura.

Además de la ausencia de una versión más potente y de mayor sensación premium, al C-HR aún a la venta se le afeaban carencias en materia de conectividad. Este defecto se corrige también por medio de un nuevo sistema multimedia que, integrado en una pantalla táctil de 8 pulgadas, cuenta por fin con Android Auto y Apple CarPlay.

El vehículo va equipado además con servicios conectados MyT que permiten planificar viajes desde casa, localizar dónde lo hemos dejado aparcado y, a partir de ahora, aprender a sacar mayor partido del sistema híbrido -sobre todo a conducir más tiempo en modo eléctrico- gracias a la función hybrid coach.

El equipamiento de seguridad comprende, según las versiones, sistema precolisión, control de velocidad adaptativo, control inteligente de luces de carretera, avisador de cambio involuntario de carril, reconocimiento de señales de tráfico, faros led direccionales, alerta de tráfico trasero con función de frenado y sónar de separación inteligente, que evita toques a baja velocidad cuando estamos maniobrando.

Las primeras unidades, a partir del 10 de enero

Toyota entregará las primeras unidades del C-HR 2020 a partir del 10 de enero próximo. De las 16.500 unidades que prevé vender en el año, el 60% será de la versión de 122 caballos y el 40% restante, de la más potente; la primera de ellas dispondrá de tres acabados (Active, enfocado a flotas, Advance y Advance Plus) y la segunda, de otros tantos (Launch Edition, Advance Luxury y Dynamic).

Aún no se han comunicado los precios, aunque fuentes de la compañía japonesa aseguran que apenas variarán con respecto a los actuales. Lo que sí se ha avanzado es que habrá un C-HR 2.0 Advance Luxury por 270 euros al mes para quienes se acojan a la modalidad de financiación Toyota Complet, que incluye cuatro años de garantía, las cuatro primeras operaciones de mantenimiento y un año de seguro a todo riesgo.

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