Nunca Hyundai estuvo tan cerca de la élite europea

Partiendo de que no inventa el fuego, Hyundai da un gran paso adelante en la nueva entrega de su i30. En un segmento como el C, primordial para cualquier marca que quiera ser competitiva en Europa, mejor ir con pies de plomo. Así lo ha entendido el fabricante asiático, que sube el listón de su turismo compacto con una presencia masiva de tecnologías de última generación y un discreto cambio de estética para rivalizar con los Volkswagen Golf o Peugeot 308, entre otros.

Es importante contextualizar al i30, el superventas de Hyundai hasta el desembarco masivo de SUV en el mercado. Desde 2007 hasta hoy, el compacto surcoreano ha sustentado su éxito (más de 800.000 matriculaciones en Europa) en una excelente relación calidad/precio. Ahora, sin ser un coche costoso (desde 14.900 en las versiones de acceso y con los descuentos ya aplicados), la marca da ese pasito adelante para que nadie le mire por encima del hombre. Ya no.

Replanteado desde el inicio de su desarrollo, la tercera generación del i30 estrena plataforma, dando cabida a un chasis más rígido (con aceros de ultra alta resistencia) y una carrocería más ligera que hagan compatible todo el arsenal de equipamientos a bordo, especialmente en materia de seguridad activa, con una conducción más dinámica que su predecesor. Por ejemplo, todas las versiones del nuevo modelo se apoyan en una suspensión trasera multibrazo y una dirección más directa y de respuesta más rápida.

Sin apenas variar sus dimensiones exteriores, el habitáculo mejora en espacio, sobre todo en las plazas delanteras, y ofrece un maletero de grandes dimensiones (395 litros) en relación a su longitud (4,34 metros). Todavía dentro del i30, hay otra buena noticia: lo bien resuelto que está el salpicadero, con mandos de fácil acceso e instrumentación de sencilla interpretación, incluida la pantalla táctil de la consola central, que en los acabados superiores puede tener ocho pulgadas de diámetro (con navegador o cámara trasera, incluidos).

Pero donde Hyundai ha dado verdaderamente el do de pecho es en lo relacionado con asistentes a la conducción. Gracias a la nueva plataforma, el i30 se convierte en el modelo más avanzado de la marca en esta materia. A este campo pertenecen asistentes como el de frenada de emergencia con detección de peatones, el detector de fatiga, el control de crucero adaptativo, el detector de ángulo muerto, la alerta de tráfico cruzado, el reconocimiento de señales de tráfico, las luces de carretera automáticas o el mantenimiento en el carril de la marcha a través de una dirección activa. Casi nada.

Otra de las grandes novedades del i30 2017 afecta a la mecánica. Hyundai estrena el motor gasolina T-GDi de 1,4 litros y 140 CV de potencia. Sustituto del 1.6 GDi, la nueva motorización tiene cuatro cilindros y un turbocompresor de alta presión que mejora el tiempo de respuesta al acelerador, el par a bajo régimen (242 Nm desde 1.500) y contiene el consumo medio (en ciclo homologado de 4,8 l/100 km). Se puede asociar al cambio manual de seis velocidades o al automático de siete.

Ya a la venta, la gama de motores se completa con el conocido tricilíndrico de un litro de gasolina (120 CV) y el bloque turbodiésel 1.6 CRDi con tres niveles de potencia, de 95, 110 y 136 CV.