Mazda sigue remando a contracorriente, ahora con un motor diésel de seis cilindros de bajas emisiones

Si hay una marca a la que le guste llevar la contraria a las tendencias imperantes en la industria del automóvil, esa es sin lugar a dudas la japonesa Mazda, acostumbrada desde sus inicios a lidiar con situaciones difíciles cuando no dramáticas, como la explosión de la bomba atómica de Hiroshima a apenas 15 kilómetros de su sede. Un hecho como este imprime carácter a quien sobrevive, y en el caso de una empresa le confiere desde luego un espíritu propio y una capacidad de resistencia que, como mínimo, le hace ver las cosas de una manera diferente a la convencional.
En los últimos años han sido múltiples las situaciones en que Mazda ha nadado a contracorriente del resto de las marcas de coches, por ejemplo cuando se resistió a la tendencia al downsizing de motores afirmándose en la tesis de que cada motor debe tener la dimensión adecuada al uso que se vaya a hacer de él. Y, ahora, la última sorpresa de los japoneses toma la forma de un motor diésel de seis cilindros en línea que, a estas alturas de siglo y con la electrificación por bandera franca, parece poco menos que un anatema.
La firma japonesa explica que, tras el reciente lanzamiento del nuevo híbrido enchufable Mazda CX-60 PHEV, quiere complementarlo con una versión diésel equipada con un nuevo motor e-Skyactiv D potente, limpio y eficiente. Este movimiento responde a una “estrategia multisolución” que persigue atender las necesidades de clientes que buscan un coche eficiente para cubrir grandes distancias y con una gran capacidad de remolque.
Estamos ante un propulsor de 3,3 litros de cilindrada y seis cilindros en línea, totalmente nuevo, que estará disponible en dos variantes de potencia: 200 CV y 254 CV, con una entrega de par de hasta 550 Nm, un consumo en ciclo WLTP de 4,9 litros/100 km y unas emisiones de CO2 de 127 gramos por kilómetro recorrido. Este nivel de emisiones se consigue con la tecnología de combustión limpia DCPCI, esto es, encendido por compresión controlado por la distribución con premezcla parcial.
La estrategia multisolución de Mazda combina diferentes productos y tecnologías “para adaptarse de la mejor manera posible a cada mercado local y a las aspiraciones de sostenibilidad de la sociedad”, según indica ella misma. Para ello, ofrece “tanto una amplia gama de motorizaciones electrificadas como motores de combustión interna mucho más eficientes, siempre en busca de las mínimas emisiones posibles”.
En total, en los próximos tres años los de Hiroshima introducirán cinco nuevos productos electrificados con su arquitectura multisolución. Más allá de 2025, lanzarán su nueva arquitectura escalable Skyactiv para vehículos eléctricos, una tecnología propia -como no podía ser menos- que le permitirá construir modelos eléctricos para todos los segmentos empleando una plataforma común.
El nuevo motor e-Skyactiv D cuenta con un tipo de combustión innovador que hace de él uno de los diésel más limpios del mundo. Mazda está convencida además de que cumplirá con holgura los reglamentos sobre emisiones que entrarán próximamente en vigor, entre otros lugares en Europa.
Conjugar prestaciones con eficiencia

El propulsor se ha dimensionado cuidadosamente con vistas a optimizar la cilindrada para mejorar tanto la eficiencia de entrega de par como los consumos. Tiene concretamente 3.283 centímetros cúbicos, seis cilindros instalados longitudinalmente e inyección directa controlada electrónicamente a través de un sistema common rail. La versión de 200 CV cuenta con tracción trasera y la de 254 CV, con tracción integral Mazda i-Activ AWD.
El motor se complementa con el sistema híbrido ligero de 48 V Mazda M Hybrid Boost para proporcionar unas prestaciones excelentes y un consumo de combustible muy ajustado. Al objeto de mejorar la eficiencia del motor, las emisiones y los consumos, se ha adoptado una novedosa tecnología de combustión altamente innovadora, denominada DCPCI por las siglas en inglés de Distribution-Controlled Partially Premixed Compression Ignition. Gracias a este sistema microhíbrido, el CX-60 equipado con esta motorización llevará en España la etiqueta Eco de la DGT.
El e-Skyactiv D de 254 CV permite acelerar de 0 a 100 km/h en 7,4 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 219 km/h, a pesar de lo cual su consumo medio WLTP es de solo 5,3 litros/100 km, con unas emisiones de CO2 de 137 g/km. Por su parte, el consumo medio de la variante de 200 CV es de 4,9 litros/100 km y sus emisiones, de 127 g/km.
Por razones bien conocidas, una arquitectura de seis cilindros en línea produce menos vibraciones y procura una conducción suave y silenciosa, además de un sonido del motor agradable y limpio. Merced a su elevada entrega de par, el CX-60 e-Skyactiv D puede también tirar con solvencia de un remolque de hasta 2.500 kilos. Además, como la estructura del motor es más sencilla, su peso es similar al del motor diésel de cuatro cilindros 2.2 Mazda Skyactiv D, lo que supone un plus de agilidad durante la conducción.
Más adelante, la gama de motorizaciones del CX-60 se completará con un motor de gasolina e-Skyactiv de 3,0 litros y seis cilindros en línea, que se sumará al e-Skyactiv D y al e-Skyactiv PHEV. El propósito de Mazda es, como señalábamos al principio, poner a disposición de sus clientes una variada oferta de motorizaciones avanzadas y de alta eficiencia.
El nuevo CX-60 diésel saldrá a la venta en enero de 2023 y estará disponible en la mayoría de los mercados europeos. Ese mismo año, la marca será de nuevo fiel a su carácter y presentará otra rara avis, el CX-80, un modelo aún mayor que el CX-60 y provisto de tres filas de asientos.