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Los vehículos totalmente autónomos solo evitarán el 34% de los accidentes de tráfico

El principal cometido de la seguridad activa es evitar que se produzca un accidente o colisión.

V. C.

Desde hace años se vienen debatiendo los interrogantes que plantea el futuro coche autónomo, entre otros muchos los de carácter moral y los relacionados con la responsabilidad que se deriva de los accidentes de tráfico. Las aseguradoras tienen mucho que decir a este último respecto, motivo por el que ya están estudiando de manera detallada el nuevo escenario de movilidad que se otea en el horizonte.

Un informe de las compañías de seguros estadounidenses, del que se hace eco Infovial, indica que la tecnología de los coches completamente automatizados evitaría errores relacionados con la percepción, como la escasa visibilidad o la incapacitación sensorial de la que pueden ser víctimas las personas de edad avanzada o las que se ponen al volante en estado de ebriedad.

Según los expertos en seguridad vial, el 94% de los accidentes de tráfico que se producen en el mundo se deben a errores humanos. En 2019, 36.000 personas murieron en Estados Unidos y 26.500 en la Unión Europea a consecuencia de siniestros viales. 

Los vehículos autónomos podrían impedir buena parte de estos percances. Sin embargo, un reciente estudio del estadounidense Insurance Institute for Highway Safety (IIHS) asegura que este tipo de coches solo evitarían aproximadamente un tercio de ellos, especialmente los que tuvieran que ver con una identificación y reacción más tempranas o con la ebriedad del conductor.

Así, aunque un vehículo autotripulado puede reaccionar más rápidamente que un ser humano, no siempre va a poder hacerlo “instantáneamente”, afirma Jessica Cicchino, vicepresidenta de investigación del IIHS y coautora del estudio, el cual ha tenido en cuenta para su realización más de 5.000 accidentes que se han dividido en cinco grandes categorías:

1.      Los causados por errores de percepción, como distracción del conductor o escasa visibilidad.

2.      Los causados por errores de predicción, como juzgar mal la velocidad a la que viaja otro vehículo.

3.     Los causados por errores de planificación y decisión, como conducir demasiado rápido para las condiciones en que se encuentra la carretera.

4.     Los causados por errores de ejecución y rendimiento, como maniobras evasivas incorrectas.

5.     Los causados por errores de incapacitación, como el consumo de alcohol o drogas o quedarse dormido al volante.

Basándose en esta clasificación, los investigadores creen que los coches autónomos evitan los accidentes causados por errores del primer y del último tipo –percepción e incapacitación-, los cuales representan un 24% y un 10% respectivamente del total. Es decir, que este tipo de vehículos solo sería capaz de impedir un 34% de los accidentes que se producen.

Aquellos que tienen que ver con errores de predicción, planificación o ejecución no serían evitables por los coches autónomos, de acuerdo con el estudio. Tampoco los “accidentes inevitables”, como los causados por el reventón de una rueda.

Por ejemplo, “si un ciclista u otro vehículo se desvía repentinamente en el camino de un vehículo autónomo, es posible que no pueda detenerse lo suficientemente rápido o alejarse a tiempo”, comenta Cicchino.

La cantidad de accidentes que se eviten dependerá mucho de cómo se programen los vehículos automatizados: se eludirían más accidentes si obedecen todas las normas de tráfico, incluidos los límites de velocidad, pero si la inteligencia artificial les permite conducir y reaccionar más a la manera de las personas, entonces se detendrán menos siniestros, explica la coautora del estudio.

Por tanto, para que la tecnología de la conducción automática realmente ayude a evitar la mayoría de los accidentes, la programación debe concentrarse en seguridad más que en velocidad y comodidad.

Las compañías de vehículos autónomos rechazan un porcentaje tan bajo de éxito de este desarrollo técnico (el mencionado 34%). Por su parte, los socios de Automated Vehicle Education, un grupo que tiene entre sus miembros a muchas compañías que desarrollan coches de este tipo, alegan que el estudio “asume incorrectamente” que la percepción superior y la falta de distracción son “las únicas formas” en que estos coches pueden conducir “mejor que los humanos”.

Los vehículos autónomos, por ejemplo, se pueden programar para que nunca infrinjan las normas de tráfico, lo que el estudio atribuye al 38% de los accidentes. De esta manera, la cifra de sucesos que se evitaría escalaría hasta el 72%.

Esta estimación resulta demasiado optimista incluso para los expertos en robótica. Missy Cummings, profesora de esta disciplina en la Universidad de Duke, de Durham (Carolina del Norte), afirma que “prevenir incluso un tercio de los accidentes causados por los humanos está dando demasiado crédito a esta tecnología”.

Ni siquiera los vehículos dotados de láser, radares y sensores de cámara funcionan siempre adecuadamente en todas las condiciones, ya que “existe una probabilidad de que, incluso cuando los tres sistemas de sensores entren en juego, se puedan pasar por alto ciertos obstáculos”, añade Cummings.

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