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Susan Ríos (La Aye cía.): “Dedicarme al teatro de creación es un sueño que cuesta mucho”

Susan Ríos de la compañía Ayeklauwn / Norberto Gutiérrez

José Antonio Fuentes

Murcia —

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Se suele decir que la vida da muchas vueltas para señalar su carácter inexorable. Hay quien da la vuelta al mundo movido por la curiosidad y quien, de noche, atraviesa un mar o una frontera con su hijo en brazos. El próximo 27 y 28 de junio la joven compañía teatral murciana, Ayeklauwn, presenta su último trabajo, `Periplo´, en el Teatro Circo Murcia, una reflexión sobre las migraciones y el gran viaje que supone nacer. Un espectáculo coproducido por el propio teatro y con aforo reducido.

Susan Ríos (1986, Chile) y su actual pareja Fran Ros, actor y educador social nacido en Torre Pacheco, son los fundadores de Ayeklauwn (2012), una asociación y compañía teatral que combina artes escénicas y acción social. En mapudungun (lengua ancestral mapuche de los pueblos originarios del sur de Chile) aye significa alegría.

Ríos es dicharachera y de risa contagiosa. Durante la conversación da la impresión de medir el peso de sus palabras, un ejercicio de contención no exento de respuestas contundentes. La artista escénica, extranjera, feminista, emprendedora y activista social salió con 17 años de Arauco (Chile) para cumplir un sueño: estudiar teatro en España.

Mañana tienes el examen para adquirir la nacionalidad española, ¿cómo llevas los estudios?

Empecé teniendo quince errores y ahora estoy en uno o ninguno. Son 25 preguntas tipo test y tienes una hora. Se pagan unas tasas de 120 euros. A ver qué tal mañana.

En realidad es fácil. Mira (me enseña una aplicación móvil a través de la cual estudia) un ejemplo de pregunta , ¿cómo se llaman los órganos de gobierno de la comunidad autónoma de las Islas Baleares?, ¿tú lo sabes?. La opción es cabildos, consejos insulares o diputaciones.

Ahí me pillas.

Consejos insulares.

¿Crees que muchos españoles suspenderíamos el examen para ser español?

Creo que sí. He hecho la prueba con personas cercanas. También hay preguntas muy fáciles como, ¿a qué se dedica Penélope Cruz?. Quizá para una persona que no domina el idioma o no está integrado es más complicado.

Adquirir la nacionalidad española es un tema que he postergado. Me genera mucha tensión toda la burocracia que implica ser extranjera.

¿Tensión? Llevas mucho tiempo viviendo y trabajando en España.

Me costó mucho conseguir los papeles y mantenerlos también cuesta mucha energía. Tienes que estar muy pendiente de la fecha en las renovaciones. Estuve ocho años sin papeles en España. En tres ocasiones intenté conseguir la residencia. Por estudiante, por arraigo familiar (pero mi madre ganaba poco dinero) y por trabajo. Siempre me lo denegaron. En ese momento, Fran, me ofreció la posibilidad de hacernos pareja de hecho y finalizar con toda esta burocracia maldita.

También me preocupaba el hecho de no ser española ante la posibilidad de un cambio de gobierno en las últimas elecciones. No sabía qué podía pasar. Además mi madre está deseando que tenga la nacionalidad española por su tranquilidad.

¿La aparición de Vox ha condicionado tu decisión?

Sí, totalmente.

¿Has podido votar en las últimas elecciones? Porque el 73% de los extranjeros que viven legalmente en España no tienen derecho a voto.

Sólo en las elecciones municipales, ni siquiera en la autonómicas. Algo que me dejó a cuadros ya que pago mis impuestos como todo el mundo. Tuve que ir tres veces al ayuntamiento de Murcia. Los funcionarios no estaban informados de este nuevo derecho. Me tuve que poner en contacto con otras personas migrantes y partidos políticos.

Es una información que salió en televisión y se imprimieron folletos pero realmente no explicaban los trámites a seguir. Si no ponías interés era muy difícil votar. Yo nunca había votado. Salí con diecisiete años de Chile y deseaba votar.

Adentrándonos en lo artístico, ¿de dónde viene tu vocación teatral?

Mi hermana mayor, Tania, siempre quiso estudiar teatro. Pensábamos que estudiaríamos juntas. Ella me influyó mucho en la decisión de estudiar arte dramático. Cuando éramos pequeñas representábamos skecthes en las reuniones familiares. Siempre teníamos el teatro en mente. Al final mi hermana acabó estudiando ingeniería y yo, teatro.

Y te viniste a España a estudiar arte dramático.

Sí, mi madre ya estaba aquí, era menor de edad y quería estudiar teatro. En Chile hay muy buen concepto de la formación actoral en España. Llegué a Alicante en 2004 y dos años después me vine a Murcia a estudiar en la ESAD. Encontré una ciudad muy diferente a Alicante, a pesar de la proximidad. La gente es más cercana, más de piel, como pueden ser los chilenos y las chilenas. Me sentí en casa.

¿Cómo surgió Ayeklauwn?

Al terminar los estudios nos fuimos a Menorca a trabajar de camareros y hacer temporada, pero fracasamos. Comenzamos montando números de clown porque era algo conocido por nosotros. Hacíamos piezas cortas que ofrecíamos en diferentes locales. Cuando nos preguntaban el nombre del grupo empezamos a pensar en ello. En ese momento tenía muchos libros de mapudungun que es el idioma mapuche hablado en los pueblos originarios del sur de Chile. Y salió Ayeklauwn, un juego de palabras inspirado en la lengua mapuche. Aye significa alegría y ayekan el que hace reír.

¿Os ha costado mucho constituiros como compañía profesional de artes escénicas?

Ya éramos profesionales antes de constituirnos como cooperativa. Y sí, hay muchísimo trabajo previo para llegar al punto en el que estamos ahora. Me siento muy orgullosa del trabajo que hemos hecho tanto como asociación como compañía.

¿Qué es lo que más te ha sorprendido de esta profesión desde que terminaste los estudios?

Vengo de una familia de gente currante. La mayoría son comerciantes y han trabajado en mercadillos y montando pequeños negocios. Mi abuelo materno era minero. Llevo el trabajo en las venas. Aún así me ha sorprendido todo lo que hay que esforzarse a diario para vivir del teatro. Es impresionante.

Por otro lado, he descubierto una nueva pasión en la gestión. Hasta hace unos años sólo quería ser actriz. Cuando formas tu propia compañía tienes la necesidad de aprender a gestionar y producir por pura supervivencia, pero en mi caso ha aparecido una nueva vocación.

A parte de compañía sois asociación, ¿qué actividades desarrolláis?

Uno de los grandes logros de la asociación ha sido trabajar desde la participación. Tanto Fran como yo ya no estamos en el día a día y empujando en cada proyecto. Son otros socios los que se encargan de ello y esto ha sido un gran paso.

Nuestro mayor logro es el Proyecto `Son-risas´, el trabajo de clown en campos de refugiados. El verano pasado cuatro miembros de la asociación, payasos y payasas y educadores sociales estuvieron en Malakasa (Grecia) trabajando con niños. Este año nos gustaría volver en Navidad.

¿Qué es Acceso 44?

Es una plataforma de artes escénicas para la transformación social. Agrupa a diferentes entidades que trabajan las artes escénicas y la integración e inclusión social en Murcia. Están Traperos de Emaus, Teatro Más de Jesús Abandonado, Pupaclown, Teatro Circo Murcia, entre otros.

En el pasado Festival Venagua se hicieron actividades en la calle y se leyó el manifiesto. Se visibiliza a mucha gente que trabaja en artes escénicas y por la acción social. Algunos de ellos también son nuestros referentes. Nos gustaría elaborar un manual de buenas prácticas algún día. Compartir conocimientos, eso es Acceso 44.

El Festival Venagua, durante muchas ediciones, tuvo el lema “Arte y Conciencia”. En un momento determinado impusieron, desde la administración local, un cambio de lema pasando a llamarse “Arte para la inclusión”. ¿Hay mucha corrección política en la integración e inclusión social?

Recuerdo las primeras Jornadas sobre Inclusión Social y Educación en las Artes Escénicas a las que asistí. En una ponencia se perdió mucho tiempo de debate porque una persona dijo “discapacitado”. En mi caso, que no soy educadora social y aprendo sobre la marcha, a veces también empleo los términos de forma incorrecta.

Inclusión social, por ejemplo, ¿es un término obsoleto?

No lo sé. Ahora se trabaja para la transformación social. Hay muchos más términos. Sí que debemos ser conscientes de la forma que hablamos y nombramos la realidad. De un año a otro cambian incluso las palabras. Un año está de moda la interculturalidad y otro la intraculturalidad.

Volviendo a la corrección política. El carácter crítico y conflictivo del arte, como lugar donde se exponen conflictos y se apela a la conciencia del espectador, parece que sigue poniendo nerviosos a algunos gestores públicos y políticos.

Desde Ayeklauwn siempre hemos entendido el arte como herramienta de transformación social. Intentamos ir más allá de la exhibición. Hemos observado que la administración no emplea el mismo lenguaje al hablar de arte, educación y acción social. En una formación con infancia se planteó una actividad de masajes y se echaron las manos a la cabeza. Desconfiaron por tratarse de una empresa joven y catalogada de alternativa. Incluso nos pidieron que, por favor, no fuésemos con pantalones anchos y rastas. Casi les faltó decir que no querían hippies ni personas LGTBI.

También ofertamos, junto a la administración, un taller escénico sobre igualdad para adolescentes y no hubo casi inscripciones por lo que se suspendió. Es triste comprobar la falta de conciencia e interés. A nivel político y social queda mucho por hacer.

¿Qué representa la risa para una payasa?

Para mi es esperanza y transformación. Hace años pensaba en cómo un payaso podía visitar un campo de refugiados o un país en guerra si hay necesidades básicas que no tienen cubiertas. Ahora sé que la risa trae esperanza y que, aunque sea un segundo, te hace ver tu vida de otra forma. Tiene una capacidad transformadora.

Hasta este mismo año, la única ayuda a la producción en artes escénicas en la Región de Murcia procedía fundamentalmente de las coproducciones del Teatro Circo Murcia y Romea y, en menor medida, del Centro Párraga. ¿Qué significa este apoyo explícito del TCM en vuestro último trabajo `Periplo´?

Llevábamos mucho tiempo sin crear un nuevo espectáculo. Después de `La sabiduría de los Pajáros´ decidimos no crear más hasta contar con los recursos necesarios. Había un tope que no podíamos pasar por esa falta de presupuesto. Juan Pablo (coordinador del TCM y Romea) nos ofreció la posibilidad de colaborar y hacer una coproducción. Nos vino caída del cielo. En ese momento nos acababan de rechazar un Iberescena y teníamos la necesidad de iniciar un nuevo proyecto creativo. Le agradecemos su apuesta por una compañía joven y sin muchos recursos.

¿El sector teatral en Murcia está unido?

El otro día despertábamos con la noticia de que Óscar Molina es el nuevo presidente de MurciaaEscena. Creo que puede hacer muy buen trabajo y traer un aire nuevo. Este último año han surgido varias asociaciones relacionadas con las artes escénicas. Esto es una forma de unirse, sin duda. Pero hay mucha gente que no participa en ninguna de ellas y también son parte del sector.

Nosotros no estamos en MurciaaEscena. Decidimos trabajar desde la asociación de profesionales del Circo (APCM), Acceso 44, la nuestra propia, Ayeklauwn, y otras más pequeñas en los barrios. Se habla de unión, pero no está todo el sector representado en estas asociaciones.

¿Qué vamos a ver en el Teatro Circo Murcia con vuestra última producción `Periplo´?

Entendemos el periplo como un viaje desde que nacemos. Para nosotros cada persona está en su propio viaje. Nos preocupan las migraciones, todo lo que está pasando en el Mediterráneo, la valla de Melilla, las personas que vienen de países latinoamericanos por temas de homofobia.

En la obra, ponemos en valor la fuerza que adquiere una persona cuando decide salir de su país natal. Sus motivaciones, por qué una persona cruza una valla, una frontera, con su hijo en brazos. La fuerza que le empuja a emprender ese periplo. Está siendo un proceso creativo muy bonito, pero también duro.

Y para finalizar ¿Has cumplido algún sueño?

Estar en España y poder dedicarme al teatro, en concreto, al teatro de creación es un sueño que cuesta mucho, desde que te despiertas hasta que te vas a dormir.

En el futuro me gustaría tener un espacio para crear y llevar a cabo proyectos comunitarios. También espero aprobar el examen y ser española la próxima vez que nos veamos. Que te pueda enseñar un DNI con mi foto, me encantaría.

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