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Cabo Cope, lo que dice y lo que calla

Cabo Cope / V. García (ANSE)

Joaquín P. Sánchez Onteniente y Pedro A. Talavera Torralba

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“…también ahora la razón rehúye a los que más increpan”

(Pedro Costa Morata “Nuclearizar España” 1976)

Hay verdades gigantescas y sin embargo sólo a la vista de ojos hechizados. Por eso estamos seguros que acertaba Salvador Jiménez al asegurar que “Cope es un misterio, y como todo misterio, calla más de lo que dice”. El recordado ensayista, novelista y poeta, que nos dejó tan magnífica obra, pero más aún, todo un legado de amor a su pueblo, describía al Cabezo como “una copa invertida que ha volcado hacia dentro una dormida fábula, el bisbiseo de los siglos del mundo, los olvidados tesoros de los hombres, las insignias del tiempo”

No nos puede extrañar que una montaña tan especial desate pasiones en la misma medida que atesora fábulas, siglos e insignias; sentimientos de amor, tan humanamente hermanados con los de despecho. ¿Cómo no vamos a entenderlo si en algún momento todos hemos mirado –soñadores- al viejo dragón dormido coronado por el Cocón de Cope? ¿Quién puede sentirse indiferente ante el vigía que tantas cosas ha visto, que tantas cosas nuestras sabe, y calla?

Volvamos a la mágica montaña de Salvador Jiménez para intentar  –ojalá lo consigamos- escuchar lo que dice y adivinar lo que calla: Necesitamos de la tolerancia y paciencia del lector ya que, habiéndose escrito mucho al respecto en las últimas semanas, nos permitimos un nuevo repaso –prometemos que, por nuestra parte,  el último- porque han sucedido muchas y relevantes cosas desde nuestra anterior comparecencia en este medio, que urge analizar

1. Lo que Cabo Cope nos ha contado: Protección jurídica y protección real no son una misma cosa

 Aunque al final quedó como simple pesadilla, el proyecto de Central Nuclear de Cope de 1973, que la batalla liderada por Pedro Costa abortó sorprendentemente a principios de 1974, ya hizo que los primeros ecologistas de la región se hermanasen con este singular paraje, por entonces todavía sin protección jurídica. Tampoco la predemocrática Ley 15/1975 de espacios naturales protegidos se había preocupado de ninguna zona litoral en la región, con el paupérrimo resultado de sólo dos Parques Naturales declarados, El Valle y Sierra Espuña, De manera que cuando llegó el nuevo estado autonómico y se aprueba en 1982 nuestro Estatuto de Autonomía, existe una patente carencia, y por tanto necesidad, de establecer un catálogo de espacios naturales protegidos, que intentase salvaguardar jurídicamente una muestra representativa de los principales paisajes y ecosistemas murcianos. Dado que en el primer período de la autonomía (1982-86) el Gobierno Regional aún carecía de desarrollo legislativo y competencias suficientes para hacerlo de otra manera, se recurrió inicialmente a la normativa disponible entonces de ordenación territorial para utilizar la figura de “Planes Especiales de Protección”, Y algo tendrá nuestro Cabo Cope, que ya figuraba en aquella primera tanda de P.E.P.’s. , inspirada en un previo inventario cocido en los despachos de la entonces joven Facultad de Biología. Justo es por tanto reconocer la buena voluntad de políticos, científicos y técnicos de aquella ilusionante época, que en el caso concreto de Cope ya pusieron con estos precarios mimbres un primer freno a ciertos proyectos inmobiliarios que ya habían puesto sus ojos en el paraje.

Cuando se promulga la Ley Regional 4/1992 de Protección del Territorio y los P.E.P’s “de urgencia” se transforman en espacios naturales protegidos, se crea el Parque Regional de Cabo Cope-Puntas de Calnegre, que engloba las tres áreas (al norte, Loma de Bas-Calnegre, en el centro la Marina de Cope, y al sur el Cabo). Surge radiantemente la esperanza pero pronto se advierte que el nuevo Gobierno Regional, ya del PP, no tiene prisa en aprobar el necesario Plan de Ordenación de los Recursos Naturales, instrumento imprescindible para su gestión y que a dia de hoy sigue sin aprobarse. En plena canícula agosteña del 2000, se declaran los Lugares de Importancia Comunitaria, y entre ellos el de Cope; y al año siguiente, ante la inminencia de sanciones de la Unión Europea por el incumplimiento de la Directiva de Aves en la Región de Murcia, -a denuncia interpuesta por ANSE ante la Unión Europea-, se hace lo propio con las ZEPA, que también atañen al Cabo.

Mediante un requiebro, el Gobierno Regional utiliza la protección de ámbito europeo que a regañadientes había aceptado implementar, para hilvanar una vergonzosa estratagema legal, la Disposición Adicional 8º de la nueva Ley Regional del Suelo que desprotegería la Marina de Cope, junto a otros codiciados pasteles ansiados por el poder económico regional. Afortunadamente once años después –en 2012- el Recurso al Constitucional interpuesto por el PSOE -previo impulso de Ecologistas en Acción de la Región de Murcia- fue fallado a favor de la restitución de la legalidad protectora. En base a dicho fallo, el TSJ de Murcia sentenció el fin del proyectado desarrollo urbanístico Sin embargo, como bien advierte Eduardo Salazar, la batalla legal no ha terminado, ya que los grandes propietarios y promotores de su urbanización, especialmente Iberdrola, que a ello quiere destinar los terrenos en su dia comprados para su Nuclear, siguen enredando con pleitos ante el TSJ y escabrosas presiones ante el Supremo, cuya sentencia esperada para dentro de unos meses continúa amenazante en el horizonte de la Marina.

Si ésta es una historia de encendida defensa jurídica del patrimonio natural costero sudestino, no creemos que nuestro Gobierno Regional sea el protagonista, sino en todo caso su antagonista. ¿Está por tanto suficiente y definitivamente protegido nuestro Parque Regional de Cope-Calnegre? Si mirásemos la Marina y la Loma de Bas desde el promontorio rocoso de Cope veríamos hoy un paisaje totalmente cambiado desde que se declaró el espacio protegido en 1992. Se pudo en principio evitar la faraónica e imposible “Actuación de Interés Turístico Regional” (9.800 viviendas, hoteles, campos de golf y puerto interior) pero ahí está la enorme, inútil y ruinosa herida en el paisaje de la autopista Cartagena-Vera pensada para llenar la zona de extranjeros jubilados, Ahí están también las llanuras de plástico y sus residuos repartidos por doquier hasta el mismo mar

La compra por parte de ANSE de la segunda finca en extensión del Parque (270 Has), adquirida a la SAREB, el denominado “banco malo”, propiedad privada –banca y grandes compañías- en un 55 %, y pública a través del FROB en el 45 % restante (discúlpennos pero tenemos que repetir esto, tan público y notorio como extrañamente negado por otros)  legitimaría aún más a la asociación para estar en su Junta Rectora e instar con mayor cualificación a la aprobación del PORN. Las actuaciones escrupulosamente proteccionistas que los ecologistas podrían con todo derecho emprender en su propiedad; así como la proyección pública, incluso exterior, serían un constante reproche moral a las voraces intenciones de quienes sólo piensan en el lucro sin importarles las consecuencias que dejan.

2. Lo que Pedro Costa y VOX han increpado: de la transacción tóxica a las intenciones inconfesables

La aventura económica que para la Fundación ANSE supone emprender un gasto de 500.000 € -el coste de la finca- empleándose en un arriesgado crédito –sólo se disponían de 150.000 €- y en las aportaciones futuras de miles de pequeños donantes, ha sido en general positivamente saludada por la opinión pública, y en tal sentido no sólo se han recibido múltiples apoyos y felicitaciones, sino que en las últimas dos semanas el número de socios se ha incrementado en un centenar, lo cual resulta sorprendente hasta para los más veteranos de la casa, acostumbrados a bregar con las bajísimas tasas de afiliación del movimiento asociativo en España.

Sin embargo en los días siguientes a conocerse la noticia de la compra (22 de abril) también se han recibido furibundos ataques contra la misma por parte de Pedro Costa, que aun conociéndose de otras ocasiones su radical discrepancia con las actuaciones de ANSE, han resultado desconcertantes por la dureza de los términos y acusaciones, en un lenguaje más propio de ciertos tertulianos televisivos que de intelectuales de larga trayectoria. Casi no haría falta entrar en detalle, ya que hasta los propios títulos de sus artículos de opinión resultan descriptivos a fuerza de calificativos: “Cabo Cope, Anse y el ecologismo inmobiliario” (25 de abril), “Cabo Cope, entre Anse y la Sareb: la transacción tóxica” (30 de abril), “Cabo Cope, el litoral y las perversiones del conservacionismo” (6 de mayo), “Cabo Cope secuestrado: la trama contra natura” (7 de mayo) y el últimoayer mismo “Cabo Cope, entre el pasado y el futuro” dedicado expresamente a contestar a nuestra primera intervención. Casi a la par, el partido político Vox presenta una moción en la Asamblea Regional (4 de mayo) exigiendo que el Gobierno autonómico “pare el expolio” y ejerza el derecho de retracto para retirarle a ANSE la propiedad del Cabezo. Nada extraña resulta la aversión de este partido político al desembarco de la organización ecologista como propietaria en el Parque Regional, teniendo en cuenta que el primer firmante de la moción es Pascual Salvador, con conexiones familiares en el Grupo Hortofrutícola Paloma, uno de las más importantes agroindustrias de los invernaderos de Mazarrón y Águilas. Quizás lo único que chirría del documento es que recoja como argumentos las invectivas de los artículos de Pedro Costa; no podemos dejar de pensar en el escalofrío que recorrería su espalda cuando, habiendo vivido siempre en la izquierda política –incluso liderando una candidatura de Izquierda Unida al Congreso, se supiese ideólogo de la más radical derecha murciana. En descargo del histórico ecologista convendremos que ha conseguido, en cualquier caso, que Vox muestre una vez más su oportunismo político y ventajismo

Citemos sólo como memorial de tan inoportuna comunión la compartida denominación de “ecologismo inmobiliario” y la igualmente común acusación que el único objetivo de ANSE es hacer negocios con las jugosas subvenciones que va a obtener para aplicarlas a galácticos e imposibles proyectos de exclusivización de esta costa maravillosa. Si de verdad hubiesen querido investigar antes de acusar habría sido suficiente con visitar alguna de las otras once fincas que esta asociación ha ido adquiriendo –entre préstamos valientemente avalados por sus directivos y miles de pequeñas donaciones- en los últimos treinta años, a fin de proteger la integridad de sus ecosistemas, fauna, flora y paisajes, para disfrute de las generaciones actuales y venideras. O algo mucho más sencillo: documentarse en la web de la Fundación ANSE. Pero entonces la verdad habría estropeado sus impactantes titulares acusatorios.

En ello estamos cuando un nuevo y sorprendente titular irrumpe ayer: el Gobierno Regional ejerce su derecho de retracto y fustra la compra del Cabezo por los ecologistas. Pedro Costa y Vox se deben sentir muy felices; pero nada comparable al éxito de ANSE y su fundación: han conseguido que la CARM, que llevaba más de treinta años sin usar de este justo privilegio legal (la compra preferente de fincas en espacios protegidos), lo utilice, después de haberse negado durante dos años, pese a la insistencia de nuestra asociación, para hacer el singular paraje de titularidad pública. ANSE podrá dedicar por tanto  sus fondos a otros proyectos menos arriesgados económicamente, sin descartar entre ellos otras fincas de alta prioridad de conservación.. Si hubiese que buscar, pese a todo, un punto negativo, sólo sería la mayor dificultad de la entrada solicitada por ANSE en la Junta Rectora del Parque, --¡sin constituir después de 38 años!- con objeto de vigilar de cerca la conservación de un lugar tan codiciado por algunos inversores inmobiliarios. -¿era eso lo que realmente quería evitar Vox? Ya sólo falta que una vez encontrada por el Gobierno Regional su desaparecida vocación medioambiental, continúe con la adquisición de la principal finca del parque regional, en la Marina de Cope, propiedad de Iberdrola, desbaratando así los planes de urbanización de la compañía.

3. Y lo más importante: lo que Cabo Cope nos ha callado

Pedimos humildemente permiso a la memoria de nuestro admirado poeta para intentar adivinar aquello que “su” Cabezo de Cope calla, y coincidimos con él en que será más de lo que dice, o al menos más importante que las viejas historias ya conocidas. Permítanos también usted, querido lector, la licencia de escuchar al Cabezo desde su “mineral arruga”. Y entonces nos diría:…¿es ahora el momento de emprender batallas de amor y despecho en torno a mí?

Porque después de estos pequeños avatares volverá inevitablemente el dia a dia; y cierto que no hay nada tan estimulante y a la par necesario como el pensamiento crítico. pero miremos alrededor. Veremos entonces que son tiempos difíciles en los que es necesario que todos vayamos más allá, usando cada uno de sus capacidades para que ocurran cosas en el sentido que queremos. ¡Difíciles y más que se podrían poner!: ya existen indicios de que nuestra principal cobertura protectora de espacios naturales: la Unión Europea, puede desmoronarse, al menos en su actual formato, tras el catastrófico cóctel Brexit-Pandemia. Es pues más necesario que nunca dar trigo además de predicar. Ninguno de nosotros es tan importante como para no dejar a un lado, en estos cruciales momentos, los egos y los exhibicionismos.

La pandemia pasará, -primero a pulsos, después lapsos, y ojalá que al final  definitivamente-, pero algunos sabios nos alertan que hemos desatado, con nuestra salvaje irrupción en las cadenas y equilibrios de los ecosistemas, una nueva e inmanejable gama de peligros sinérgicos sobre el principal que nos acecha –no se nos olvide- cual es la crisis climática. Tenemos el compromiso con nuestra especie de pensar globalmente –sí- pero actuar localmente, y lo que se nos viene encima es una postpandemia muy contraambiental. Hay signos claros de ello, como la batería de rebajas normativas en la protección ambiental que acaba de anunciar nuestro Gobierno Regional; y también alertas cualificadas, como la promovida por la plataforma para un Plan de Recuperación Verde Post-coronavirus. Lo que parece claro es que ninguna capacidad y ningún esfuerzo sobrarán; y en el caso de este Parque Regional quedará mucho por hacer. Sólo un ejemplo: una definitiva campaña para que la autoproclamada líder de la energía verde, Iberdrola, se allane a ceder sus terrenos para el dominio público de la conservación de la Naturaleza (véase la moción de Javier Sánchez Serna, de Unidas Podemos en el Congreso de los Diputadosl, anunciada el 3 de mayo). Trabajar juntos en definitiva, sin rebuscar en tan olvidadas como absurdas clasificaciones entre ecologistas y conservacionistas, supuestamente antagónicas, es lo que necesitamos.

En ese escenario, en el que tanto nos jugaremos en los próximos años, nos acompañará como siempre la austera y esencial belleza del Cabezo de Cope; no la hagamos bandera sino de confluencias entre tantas personas y colectivos que lo aman y han amado y defendido, fascinados y emocionados como se confesara nuestro escritor, en su callado y misterioso recorrido por el bisbiseo de los siglos.

                                              

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