El ministerio de Salud ha permitido a la Región pasar el próximo lunes 10 de mayo a la fase 1 de la desescalada. Miles de murcianos respirarán aliviados por poder encontrarse con sus familiares y tomarse una cerveza en una terraza ocupada al 50%. Pero mientras vamos tanteando con miedo e incertidumbre cómo recuperar la vida en los espacios comunes de nuestros pueblos y ciudades en plena pandemia global, el Gobierno regional no encuentra nada mejor que hacer que modificar cuatro leyes vía decreto-ley, entre las que se encuentran la del Suelo y de Protección Ambiental. ¿Qué es lo que ha decidido el Ejecutivo regional en estos momentos dramáticos? Eliminar controles sobre trámites urbanísticos y relajar la normativa ambiental en el sector de la construcción, al tiempo que permite que las empresas no tengan que someterse a la evaluación ambiental si el incremento de los elementos contaminantes es inferior al 30%, entre otros aspectos, todos en la misma dirección.
Historiadores, geógrafos y biólogos de Oriente y Occidente coinciden que las pandemias y, en particular también ésta, se producen por la presión del urbanismo en cada vez mayor número de territorios. La convivencia tan cercana con animales salvajes y domesticados favorece que los virus salten entre las especies e infecten también a los humanos. La globalización ya se encarga de que los virus viajen cada vez a mayor velocidad a cualquier rincón del planeta.
El primer coronavirus patogénico fue el de la pandemia de SARS-CoV de 2002, relacionado con el consumo de carne de un animal salvaje en un mercado de China. Diez años más tarde, la historia se repitió con el MERS-CoV, un coronavirus más letal, aunque una vez que saltó desde los camellos su transmisión entre humanos no se mantuvo. El actual SARS-CoV-2, aún siendo menos letal, se transmite más fácilmente entre humanos. No parece muy arriesgado predecir otra nueva pandemia en el transcurso de una década.
Pero sin ni siquiera hablar de pandemias mundiales que, como estamos viendo, nos afectan tanto o más que en Wuhan, en la propia Región de Murcia y en la costa mediterránea ya hemos visto de todo. Hemos visto aeropuertos, condominios, auditorios erigidos o medio construidos convertidos en ruinas del siglo XX. Hemos visto una crisis económica bestial cuando explotó la burbuja inmobiliaria y cientos de casos de corrupción relacionados con ella. Hemos visto más recientemente cómo el Mar Menor se muere delante de nuestros ojos: en 2016 con la sopa verde y la aparición de peces muertos en las playas en 2019 fundamentalmente a causa de la contaminación de la agroindustria. Hemos visto cómo se activa cada dos por tres el protocolo de contaminación atmosférica en Murcia al superar los niveles de concentración de las partículas PM10 y PM2,5. Sabemos que cerca de siete millones de personas mueren en el mundo cada año por la exposición a diferentes tipos de partículas. Sabemos que la COVID-19 afecta más a personas con problemas respiratorios. ¿Qué más tenemos que saber, ver o experimentar para entender que esas modificaciones de ley por parte del Gobierno regional sólo nos van a acarrear más problemas medioambientales y de salud? ¿Qué fase tenemos que alcanzar para que se den cuenta?
Murcia y aparte es un blog de opinión y análisis sobre la Región de Murcia, un espacio de reflexión sobre Murcia y desde Murcia que se integra en la edición regional de eldiario.es.
Los responsables de las opiniones recogidas en este blog son sus propios autores.
1