La reactivación del crecimiento económico y la actividad industrial han vuelto a aumentar los niveles de contaminantes en nuestra Región; que habían descendido de una manera significativa durante las primeras fases de la pandemia. Si la administración regional no toma medidas serias, a través de un plan de calidad del aire, corremos el riesgo de volver a niveles de contaminación anteriores especialmente en partículas, ozono troposférico y dióxido de nitrógeno. El gobierno regional finalizó el anterior Plan de Mejora de la Calidad del Aire. 2016-2018. La Dirección General de Medio Ambiente, presentó un borrador denominado Estrategia para la Mejora de la Calidad del Aire, sin que, hasta la fecha, haya terminado su elaboración o se haya puesto en práctica. Esta nula diligencia es un ejemplo claro que manifiesta la preocupación de nuestro gobierno regional para afrontar la contaminación atmosférica en nuestro territorio. Una sentencia del Tribunal Supremo obliga a las comunidades autónomas a aprobar planes de calidad del aire para reducir el ozono. Esta sentencia, pionera en el estado, declara que los planes autonómicos son independientes del Plan Nacional.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de rebajar los valores límite de calidad del aire para los principales contaminantes atmosféricos, lo que implica fijar unos umbrales de seguridad más estrictos Partiendo del conocimiento científico alcanzado en las últimas décadas, la OMS ha establecido los nuevos límites de exposición segura para los seres humanos para seis tipos de contaminantes: las partículas en suspensión de menos de 2,5 micras de diámetro (PM₂,₅), las partículas de menos de 10 micras (PM₁₀), el ozono (O₃), el dióxido de nitrógeno (NO₂), el dióxido de azufre (SO₂) y el monóxido de carbono (CO). Las anteriores directrices se establecieron en 2005 y más de 15 años después la OMS vuelve a rebajarlos para una lucha más efectiva contra la contaminación atmosférica que causa cada año alrededor de siete millones de muertes prematuras en el mundo.
La mayor reducción se hace en el caso del dióxido de nitrógeno que hasta ahora se consideraba que el umbral de seguridad estaba en una exposición anual de 40 microgramos por metro cúbico. Las nuevas directrices lo bajan hasta 10 microgramos por metro cúbico. Este contaminante genera problemas en el aparato respiratorio y está muy vinculado en las ciudades a los vehículos de diésel y gasolina, por lo que el paso dado por la OMS sitúa en una situación todavía más complicada a los coches con motores de combustión. Al avance en transporte sostenible y conciencia medioambiental, se le unen también los problemas de salud que generan estos motores de combustión y las emisiones industriales.
La ausencia de un plan de mejora de la calidad del aire no contribuye al desarrollo de acciones efectivas para el control de la contaminación atmosférica en nuestra región y constituye un caso de falta de diligencia grave y laxitud de la administración regional. Además, tenemos una red de vigilancia atmosférica insuficiente y obsoleta. La red regional está compuesta solamente por ocho estaciones medidoras fijas, junto a dos estaciones móviles. La mejora y la modernización de la red de vigilancia atmosférica es todavía una tarea pendiente para la Dirección General de Medio Ambiente.
La obsolescencia de la red tiene como consecuencia múltiples: incidencias técnicas en los medidores que han supuesto ausencia de datos, falsas superaciones, fallos de comunicaciones, datos no válidos, etc., propios de una red envejecida que necesita la sustitución de una gran cantidad de analizadores de contaminantes que han superado su vida útil. A esto hay que añadir que las partículas PM 2.5 y el monóxido de carbono (CO) no se miden en las estaciones de Alcantarilla, La Aljorra, Alumbres, Caravaca, Lorca y Valle de Escombreras (solamente se miden en Mompeán y San Basilio). El dióxido de azufre (SO2) no se mide en la estación de Caravaca y el amoniaco (NH3) solamente se mide en la estación de Lorca.
Los valores límite de la legislación española se han convertido en obsoletos ya que no sirven para proporcionar una adecuada protección de la salud humana y evidencia la necesidad de un cambio profundo. La legislación se mantiene muy alejada de los valores de concentración máxima recomendados por la OMS para ciertos contaminantes, basados en las evidencias científicas de la relación entre contaminación atmosférica y salud. Es necesario y urgente el establecimiento de una Plan de Mejora de la calidad del Aire con un programa específico para el ozono troposférico, crónico en la Región.
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