El mes de la diversidad ha llegado para celebrar por todo lo alto que somos una ciudad que está orgullosa acogiendo a todas las formas de amor. Cartagena es una ciudad abierta a la mezcla de culturas y siempre ha de sentirse orgullosa de ello. Su posición estratégica, a orillas del mar, favorece el encuentro y hace posible que integremos en nuestra sociedad las experiencias que nos enriquecen porque nos hacen más plurales.
Junio no solo es un mes de celebración, también lo es de advertencia ante el discurso que señala a quienes considera diferentes y que, lamentablemente, ya está en algunas de las instituciones de Cartagena y la Región. Aquellos que lo sostienen, y también quienes lo amparan, reviven con su odio tiempos que nunca deberían volver, como cuando no vivíamos en democracia.
Denunciar este discurso indigno, también es denunciar las agresiones que las personas LGTBIQ+ sufren continuamente. Y a ellas, a las víctimas, tenemos que ponerles cara y darles voz, porque uno de los mayores aliados que tiene el odio es el silencio que nace del miedo que pretenden introducir en nuestras vidas. Por eso, en este mes tenemos un trabajo añadido, el de crecer con valentía para defender todos juntos que no vamos a callar ni a dar un paso atrás frente a los violentos, racistas, homófobos, tránsfobos y machistas que piensan que las instituciones, la calle y la forma en que cada cual viva su propia vida, les pertenece. Porque no es así, son nuestros cuerpos y son nuestras vidas. Este lema siempre por delante.
Y mientras los intolerantes se cuecen en su odio, la mayoría de la sociedad saldrá a la calle a rendir tributo a la alegría, a decir y a cantar que vivimos en una sociedad orgullosa de su variedad y de su mestizaje, de todo lo que nos hace mejores. Los que voluntariamente no aceptan, y además atacan, la libertad que vivimos, también son los mismos que han decidido quedarse en el pasado, y ahí deben quedarse.
Contar con un gobierno de izquierdas ha sido clave para que en los últimos años hayamos avanzado en derechos y libertades, y para que, por ejemplo, volvamos a incluir en el servicio de reproducción asistida a mujeres sin pareja, lesbianas y bisexuales, expulsadas del Sistema Nacional de Salud en 2014 por el PP y que por primera vez se incluya a las personas trans con capacidad de gestar. También hemos ampliado la educación sexual en todos los niveles educativos, reconociendo la diversidad sexual y hemos puesto en marcha los servicios públicos de asistencia integral especializada en el ámbito de la salud sexual y reproductiva, especialmente orientados a las necesidades y demandas de la población joven.
Tenemos que seguir dando pasos en esta dirección, desarrollando las normas que garantizan la igualdad y también la libertad de toda la ciudadanía, porque en este país que amamos, nadie sobra y todos sumamos en el proyecto de construir un futuro mejor para las generaciones que vienen. No vamos a contentarnos con lo que ya tenemos, ni vamos a parar en las reformas necesarias, legales y educativas, para que tengamos una sociedad más justa, más igual, y más respetuosa.
Los socialistas, como la inmensa mayoría de nuestro país, siempre hemos apostado por este camino que ha sido posible gracias al impulso de una sociedad que quiere vivir en libertad y que ha demostrado con creces su madurez para ganar espacios en los que disfrutar de esa libertad. Calles, bares, asociaciones y colectivos son hoy referentes de lucha por la igualdad real porque forman parte de la historia en la que hemos forjado el orgullo en nuestro país, también en Cartagena y en la Región, y cuentan, como siempre, con el apoyo leal y firme del Gobierno socialista y del PSOE.
Será todos los días, pero durante este mes de celebración del Orgullo, pongamos especialmente de manifiesto que seguimos adelante, que nuestras convicciones son más fuertes y que cada día que ganamos estamos salvando las vidas y las anhelos de miles de personas que pensaban que no había esperanza.
El amor es la alegría que nadie puede parar.
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