Contrapunto es el blog de opinión de eldiario.es/navarra. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de la sociedad navarra. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continua transformación.
Causas y consecuencias
Desde un plano analítico, es conveniente separar las causas de las consecuencias. Separar el origen de una cosa (causa), de las derivaciones que producen (consecuencia). De este modo, el actual gobierno de apoyo múltiple que hay en Navarra es consecuencia, derivación, de nuestro mapa político; no al revés. Nuestro mapa político plural viene originado por un sistema parlamentarista con una ley electoral proporcional dentro de una diversa realidad idenditaria. Al tener un mapa político plural, los gobiernos que se conforman suelen estar apoyados por más de un fuerza parlamentaria tras realizar pactos postelectorales. La situación actual de apoyo plural no es novedosa es la consecuencia lógica de nuestro sistema político, con vocación de permanencia.
En algunos casos, esos pactos postelectorales, han supuesto sonoros fracasos. En el 2012, UPN rompió el pacto con el PSN y tres años antes, UPN también rompió su Gobierno con el CDN. Sin contar el fracaso del Tripartito, en 1996, por causas ajenas a la dinámica del propio gobierno (Caso Otano). No quiero mentar a la bicha, ni augurar ningún fracaso a esta fórmula recién inaugurada. Solo quiero expresar que gobernar pluralmente tiene muchas dificultades. Y para ello hay que vacunarse, tener en cuenta una serie de cautelas.
Una de ellas es que, siendo el programa de gobierno una herramienta de mucho valor, es necesario que éste se entienda como algo flexible. El programa se debe contrastar con la realidad y actualizarse de forma natural. Si no es así, si no se da ese margen al programa, se convertirá en un problema. Recientemente, los griegos han comprendido cómo toda propuesta política se contrasta con la realidad, se quiera o no.
Otra clave es no competir entre sí. No querer sobresalir unos encima de los otros, o a costa de los otros. Intentar actuar colegiadamente. Por supuesto, no hacerse trampas. El diálogo discreto ante el conflicto no debe vaciarse nunca. No es preciso radiar las reuniones, ni colgarlas en la web. Si se produce un exceso de publicidad en el diálogo, en las reuniones, se perderá la sinceridad; la confianza mutua.
Pero la gran vacuna para la salud de un gobierno plural es que las partes que lo componen naveguen en la misma dirección política. Sólo si tienen la mirada puesta en un mismo horizonte podrán llegar a buen puerto. Que atisben un mismo modelo político y de convivencia para Navarra. Que sepan priorizar. Que sepan sortear las presiones de grupos corporativos en beneficio del interés general.
En definitiva, para que un gobierno plural convierta esta característica en riqueza, no en fermento de división, hace falta mucha mano izquierda. No sólo le valdrá con ser competente, también precisará de habilidad política.
Tienen por delante una ruta de cuatro años, donde la oposición no será la mayor fuente de sus problemas. Por otro lado, la ciudadanía ha despertado y se ha convertido en más exigente. En cualquier caso, el medidor final del balance del gobierno lo serán los resultados que obtengan.
Hace muchos años, Agustín de Hipona estableció una máxima ética que puede ser de aplicación a la política, tanto en el gobierno como en la oposición. Ante la duda, libertad; en la certeza, unidad y en todo, caridad.
Sobre este blog
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