El fin de las restricciones rebaja los altercados callejeros y reajusta los fines de semana a niveles prepandemia
El primer fin de semana sin restricciones sanitarias por la COVID-19 en Navarra confirma la tendencia a la baja de los altercados callejeros registrados durante la celebración de botellones ilegales y reajusta los fines de semana a los vividos antes de la pandemia. Desde la noche del pasado jueves al sábado, ni la Policía Municipal de la capital navarra ni los servicios sanitarios de urgencia han percibido un incremento en sus intervenciones por fiestas en domicilios, peleas o intoxicaciones etílicas. Según apunta el portavoz del cuerpo policial, Jesús Bariain, “las ganas de fiesta vistas estos días no se traducen en hechos punibles destacables”. De hecho, el número de actuaciones policiales ha disminuido hasta las 247, cuando en anteriores fines de semana superaban las 300, motivadas éstas por incumplimientos de la normativa sanitaria.
“Este fin de semana nos ha recordado mucho a los fines de semana prepandemia, con mucha gente en la calle y disfrutando como antes se hacía. Por tanto, la tipología de intervenciones, el tipo de gente y el comportamiento general ha ido en ese sentido”, apunta Bariain. En concreto, los agentes han realizado 46 actuaciones por problemas de convivencia, 35 por ruidos a horas intempestivas, por fiestas en domicilios, molestias en la calle y en dos ocasiones en bajeras de jóvenes. Además, se han realizado 21 incautaciones de droga y en 11 ocasiones las patrullas han tenido que actuar por agresiones o peleas en la vía pública o en el interior de los locales. El balance de esto último ha dejado tres personas heridas que han requerido traslado al Complejo Hospitalario de Navarra (CHN).
Según señala Barian, la tendencia hacia la normalización de la conducta viene observándose desde la última flexibilización de horarios en la hostelería y el ocio nocturno, adoptada por Gobierno de Navarra el 17 de septiembre. “La liberación de la normativa nos ha venido bien. Hace un mes fuimos noticia por las aglomeraciones en determinadas calles de Pamplona y ello provocaba comportamientos violentos y extremos contra la policía, sin sentido ni lógica alguna. Esta situación ya no se produce porque los locales ahora cierran entre la 1:00 o las 4:30, según su categoría, por lo que ya no tenemos esos problemas de violencia callejera. Las peleas y agresiones particulares registradas ahora entran dentro de lo habitual en un fin de semana cualquiera en Pamplona”, abunda. En este sentido, cabe recordar que aún seis acusados están pendientes de juicio por los altercados que tuvieron lugar el pasado 27 agosto, en medio de la celebración de botellones ilegales en el centro de Pamplona, y que se saldaron con 11 detenidos y 8 agentes heridos.
La misma tendencia que señala el responsable de comunicación de la Policía Municipal la notan los equipos de atención de Urgencias del Servicio Navarro de Salud (Osasunbidea). Según apuntan, desde la noche del pasado jueves al sábado, tampoco han registrado una variación “sustancial” en la cantidad de personas atendidas específicamente por intoxicaciones etílicas, traumatismos, heridas o abrasiones en comparación a otros fines de semana festivos.
En ello también coincide quienes están al frente de los servicios de ambulancia. Óscar Pérez, delegado de UGT para el transporte sanitario de urgencias en Navarra, asegura que se percibe un reajuste en las atenciones realizadas a los niveles previos a la pandemia y reconoce que el fin de las limitaciones ha sido “beneficioso”. Así, según apunta, la sensación que manejan quienes están detrás de este servicio a pie de calle es que el fin de las aglomeraciones y la mayor distribución del volumen de personas, que se trasladan ahora al interior de distintos locales con diferentes horarios de cierre, ha aparejado una rebaja en las atenciones de urgencias en comparación con las noches de masificaciones y botellones ilegales en la vía pública. “Cuanta más gente y masificación de personas, más problemas y riesgo de intoxicaciones etílicas o caídas y, por tanto, más atenciones”, aclara. Con todo, reconoce que el levantamiento de las limitaciones ha conllevado, paulatinamente, más actuaciones en la calle como las derivadas de accidentes de tráfico, caídas o intoxicaciones etílicas durante los fines de semana.
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