Comptos insta al Gobierno a negociar con el Estado un nuevo convenio para construir el TAV
La Cámara de Comptos ha puesto el dedo en una de las llagas que agrietan la unidad de acción del cuatripartito: invertir en infraestructuras ferroviarias, ha señalado la presidenta de Comptos, Asun Olaechea, es “una apuesta estratégica” que Navarra debe afrontar “para no quedar aislada de la red del transporte europeo y del resto de España”. Dicho de forma más política, Comptos entiende que el Gobierno de Navarra no puede abandonar el proyecto de ejecución del TAV. Y esta recomendación del máximo órgano fiscalizador de la Comunidad foral no resulta del agrado de dos de los socios cuatripartitos, como Bildu, Podemos e Izquierda Unida que han mostrado reiterada y públicamente sus discrepancias con el proyecto del Tren de Alta Velocidad.
Tampoco Comptos se deshace en elogios hacia el proyecto. Muy al contrario, a la presidenta del órgano fiscalizador no le duelen prendas en criticar el papel que ha desempeñado el Estado en el desarrollo de esta infraestructura en Navarra. “Las inversiones tienen que ser rentables financiera y socialmente, tienen que estar bien planificadas y no sobredimensionadas”, advierte Olaechea. Sobre el estado actual de las obras, la presidenta lamenta la “incertidumbre” en la que se ve envuelto el proyecto. De los 214 kilómetros previstos en Navarra, sólo se han ejecutado 15. Todas las alternativas del proyecto “están prácticamente por definir” y es una competencia del Estado que éste no ejerce, censura Olaechea. Pero lo más grave es, en su opinión, que el actual marco regulador entre el Estado y Navarra para esta infraestructura es “incompleto, y está desfasado tanto en plazos como en costes”, por lo que, ha advertido, “resulta de imposible cumplimiento”.
Olaechea ha defendido que, como apuesta estratégica, la inversión en infraestructuras ferroviarias debe acometerse por parte del Gobierno. Pero ante el imposible cumplimiento del actual convenio regulador, propone dos soluciones. La primera, “dejar en el Ministerio toda la responsabilidad de la realización de las obras sin intervención de la Administración foral”, ha expuesto. La segunda, “negociar entre ambas administraciones un nuevo convenio regulador”. En dicho acuerdo deberían quedar reflejadas todas las actuaciones necesarias, definirse y precisarse las características técnicas y funcionales del proyecto, además de establecerse una definición clara de las competencias y de los gastos correspondientes a cada una de las administraciones participantes, así como concretarse las fórmulas de financiación y la cuantificación de los costes. Pero, por supuesto, ha advertido Olaechea, “estas opciones serían válidas siempre que exista voluntad real de dar continuidad a estas obras”.
Y en esa “voluntad real” de promover el TAV es precisamente donde se resquebraja la unidad del cuatripartito. El portavoz de Bildu, Adolfo Araiz, ha remarcado que la inversión hecha hasta el momento en el TAV es “una ruina” desde el punto de vista de la rentabilidad económica. “Éste no es el modelo de TAV que queremos para Navarra”, ha aclarado. Carlos Couso, de Podemos, entiende que “estamos ante un modelo de ferrocarril inadecuado e insostenible”, mientras que Marisa de Simón, de IU, ha recordado el planteamiento contrario de su coalición hacia los proyectos de alta velocidad. Todos ellos, no obstante, han reclamado un nuevo convenio con el Estado.
También lo ha hecho su socio Geroa Bai, a través de su portavoz Jokin Castiella. Pero desde una perspectiva muy diferente a la del resto del cuatripartito: El corredor cantábrico-mediterráneo es “de vital importancia para el transporte de pasajeros y el desarrollo económico de una comunidad necesitada de una conexión a Europa para sus mercancías”, ha reclamado.