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El nazi que filmó a los vascos

Nicolás Brieger

Aitor Guenaga

Deber ser toda una experiencia vital que un buen día alguien llame a tu puerta para preguntar por tu padre y descorra de esa manera imprevista una cortina que había quedado echada prácticamente de por vida. Es lo que le sucedió hace unos pocos años a Nicolás Brieger, hijo del famoso director de cine de la Filmkammer, Herbert Brieger, afecto al régimen de Adolf Hitler, una dictadura criminal que soñó con un escribir el futuro de Europa bajo el prisma de la pureza racial.

Nicolás desconocía la estrecha relación de su padre con el régimen nazi, sobre todo porque Herber Brieger había fallecido cuando él apenas tenía tres años y su familia decidió entonces silenciar un pasado del que nadie parecía sentirse nada orgulloso al terminar la guerra. “Es probablemente la parte más intensa del documental”, admite Javier Barajas, codirector de 'Una Esvástica sobre el Bidasoa', una producción que se estrena el pasado 22 de noviembre en las salas comerciales de las tres capitales del País Vasco, Navarra, Madrid, Barcelona y los municipios de Usurbil, Rentería, Getxo y Durango.

Brieger padre había rodado en el País Vasco el filme 'Im Lande der Basken' (En Tierra de Vascos), en el que se describía el enigmático modo de vida de los habitantes de un pequeño trozo de tierra insertado entre España y Francia.

“El atractivo de los vascos para los nazis era evidente: con una lengua misteriosa, un pueblo con un origen desconocido que ellos creían a salvo de las influencias externas, con una cultura propia. En fin, casaba con la idea que acariciaban los nazis de poder crear, tras ganar la guerra, una nueva Europa, redibujar las fronteras europeas con una hermandad de pueblos puros”. Javier Barajas es un periodista de televisión metido, a sus 48 años, a guionista y codirector de documentales. Junto a Alfonso Andrés (codirector) y los productores Fernando Sa y Ion Collar, ha empleado los tres últimos años de su vida en este trabajo.

El documental recibió el bautismo de fuego en la pantalla del Zinemaldia de este año y su director, José Luis Rebordinos, explicó que lo habían incluido en la sección Zinemira por su interés histórico y su evidente “rigor”. Casi sin saberlo, Rebordinos estaba ensalzando la participación como asesores del documental de los historiadores Ludger Mees y Santi de Pablo. Este último relata como supo de la existencia de la película rodada por Herber Brieger. “Estaba con una profesora canaria que estaba haciendo una tesis sobre el cine alemán sobre canarias cuando me habló de una película que había rodado un nazi sobre los vascos. Ella pensaba que en el País Vasco se conocería, pero yo no sabía de qué me hablaba. Me fui a Alemania”. Era el filme 'Im Lande der Basken', el País Vasco visto por el cine nazi. “No fue el único que se rodó, pero es el único que se ha conservado. Los demás se perdieron”, explica Barajas.

'Una Esvástica sobre el Bidasoa' tiene incluso lo que Barajas denomina su parte de “thriller político”: la relación entre determinado miembros del PNV (Eugène Goyheneche) y los nazis, en concreto con el doctor Werner Best, jefe de la Administación de Guerra en París (1940 a 1942) y después embajador del Reich en Dinamarca hasta 1944. “Una relación documentada, aunque es un tema ciertamente debatido y polémico”, explica Santi de Pablo, catedrático de Historia contemporánea en la UPV. “Existen documentos del propio lehendakari Aguirre, ya en el exilio, en el que de alguna manera se daba carta de naturaleza a esos contactos, pero siempre quedó claro que no era la estrategia del partido y en algún sitio quedó escrita la advertencia del lehendakari: ”no os fiéis de ellos y de sus promesas“, explica De Pablo. El documental rezuma cine y emoción, ”pero ajustado a la historia“, apunta. ”Hemos hecho una búsqueda minuciosa, pero sin aditamentos, sin especulaciones. Podíamos haber llegado más lejos, lanzado hipótesis, pero se lo dejamos al público“, remacha su codirector.

El problema de intentar llevar a la pantalla historias de hace tantos años es encontrar los testimonios que lleven en volandas el relato hasta el espectador. “Al hijo de Herber lo encontramos en Austria. Estuvo en la presentación del documental en el Zinemaldi”, explica el director. También han participado el que fuera consejero del Gobierno vasco y alcalde de San Sebastián, el peneuvista Ramón Labayen. Las filmaciones del italiano Alberto Bonelli, representante del régimen fascista de Mussolini en Biarritz, sobre los oficiales del Ejército alemán, y el rico archivo del policía alemán de Félix Lofler, han hecho el resto.

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