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¿Cómo y cuándo contagian los enfermos?

Cobro en la caja de un supermercado.

José María Peña Sánchez de Rivera

Catedrático de Medicina y Jefe Clínico de Medicina Interna en el Hospital Universitario La Paz —

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Comentamos en el artículo anterior el contagio directo, pasemos hoy al indirecto. Por cierto, la mayoría de los investigadores consideran a este segundo mecanismo el de mayor peligro desde la perspectiva epidemiológica. 

Ya sabemos que los enfermos expulsan al exterior el coronavirus en forma de gotas respiratorias. No se quedan flotando en el aire sino que se depositan rápidamente en las superficies del entorno. El problema es que el virus puede permanecer viable durante tiempo en ellas. Se han publicado varios rigurosos trabajos, que demuestran que el tiempo de supervivencia (y por ende de contagiosidad) oscila entre pocas horas a varios días. La duración de la contagiosidad depende mucho del tipo de material. Es más larga en acero inoxidable, plásticos, cerámica y madera, y menor en otros materiales como cartón, guantes de látex y monedas de cobre. La persistencia en la ropa parece ser la más breve. La temperatura también es importante. Así, en el metal, la supervivencia media cae de 28 días a 4º a 4 días a 40º. 

La supervivencia de patógenos en superficies durante tiempo prolongado no es ninguna novedad en Medicina. De hecho conocemos microorganismos mucho más resistentes. Se ha publicado que una bacteria, Estafiloco aureus Meticilin Resistente de la Comunidad puede sobrevivir en los juguetes infantiles de piezas de construcción de plástico muchísimo más, hasta 70 días. 

Dado que el coronavirus puede sobrevivir en múltiples superficies el remedio, para evitar contagio, es claro: protegerse. Dos opciones: Una, usar guantes de látex para tocar objetos fuera de casa y, al volver, lavarse las manos bien, primero con ellos puestos, luego quitárselos con cuidado (el Ministerio tiene muchas imágenes) y repetir lavado. Y dos, si no se usan guantes, hay que lavarse las manos con agua y jabón o pasar una solución hidroalcohólica después de tocar cualquier objeto. Y además, claro, evitar llevarse las manos enguantadas o no a la cara. Por cierto, hay un estudio muy interesante (Am.J. Infect. Con 2015) en el que graban a voluntarios sin advertirles del propósito. La media de veces que se tocaron la cara fue de 29 por hora. 

La buena noticia es que el virus en superficies se elimina con mucha facilidad con los productos caseros habituales. Por ejemplo, dejar caer unas gotas de alcohol en la superficie contaminada y mantenerlo solamente durante 30 segundos, elimina completamente el virus.  (Ver página web Ministerio, lo explica muy claramente) 

¿Se puede encontrar el virus en otros fluidos corporales? Dicho de otra forma ¿se puede transmitir por otras vías? Existe unanimidad en que el SARS-CoV-2 es menos patógeno (dañino) que el anterior SARS-CoV (del 2003). Eso se atribuye a qué Cov-2 no se disemina en sangre, ni por ello llega a otros órganos fuera del aparato respiratorio. Sí se ha demostrado, esporádicamente, replicación en células del intestino delgado con positividad en heces del test, lo que podría (pendiente de confirmar) implicar transmisión por las mismas (fecal/oral). Esta posibilidad en España (desgraciadamente no en todos los países) no va a ser problema porque los sistemas de saneamiento de agua potable y de aguas residuales en nuestro país son de total fiabilidad. Si queremos garantías extra, el lavado de manos antes de comer también nos protegerá ante esta hipotética eventualidad. (¿No se supone que ya lo hacemos habitualmente?) 

La no diseminación tendría una consecuencia colateral muy positiva desde el punto de vista epidemiológico. Durante la epidemia de virus Zika se identificaron en Europa casos de personas que tenían, incuestionablemente, la enfermedad pero que no habían viajado a áreas endémicas. ¿Cuál fue el mecanismo de adquisición?  ¡Relaciones sexuales sin preservativo! Se demostró que una vez curada la enfermedad un porcentaje alto de varones seguían eliminado virus Zika por el semen, el máximo fue de 144 días. Por ello la OMS recomienda que “los hombres y mujeres de vuelta de zonas endémicas de Zika adopten prácticas sexuales seguras o se abstengan de mantener relaciones sexuales al menos durante los 6 meses posteriores a su retorno para evitar la transmisión sexual del virus”. (Sic) Afortunadamente esto NO parece aplicable a nuestro coronavirus, aunque para total seguridad hay estudios en marcha que despejarán, definitivamente seguro, esa posibilidad. 

A continuación debería pasar a analizar en qué momentos contagian los enfermos y si los portadores asintomáticos pueden realmente contagiar. Pero no quiero cansarles, lo voy a posponer para el próximo artículo. El motivo es que para que esos conceptos se entiendan con claridad y sin ambigüedad es necesario hacer una (breve) explicación del mecanismo de producción de los síntomas en las infecciones y de la dinámica de la respuesta inmune. Creo que eso es fundamental para que los lectores no piensen que estoy reflejando simplemente unas opiniones o divagaciones personales. Al fin y al cabo. ¿Quién no ha conocido algún catedrático de Universidad de, digámoslo elegantemente, pocas luces?  

Pero les adelanto: un principio básico en el contagio de enfermedades infecciosas es el concepto de “cuantía del inóculo”. Las personas que han pasado toda enfermedad de forma totalmente asintomática nunca alcanzaron cargas víricas suficientemente altas como para contagiar. 

PD. Quiero seguir reconociendo las inestimables aportaciones a esta serie de artículos de la profesora Carmen González García, Catedrática de Farmacología de La Universidad de Castilla La Mancha. En cualquier artículo futuro que se detallen los fármacos ella será la primera autora.

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