Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
El PP descarta la moción de censura y prevé que Sánchez logre los Presupuestos
Zaplana cobró comisiones ilícitas durante toda su carrera política en el PP
Opinión - PP: la osadía de culpar a otros de corrupción. Por Rosa María Artal
Sobre este blog

Catedrático de Medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma y Jefe Clínico de Medicina Interna en el Hospital Universitario La Paz.

Experiencias en la consulta

Los 38 sanitarios carecen de síntomas

José María Peña Sánchez de Rivera

9

Llevo unas semanas pasando una consulta en el Hospital La Paz para personal sanitario con posible COVID-19. Ha sido muy interesante, pero me ha dejado una sensación agridulce. La consulta era un lujo, sin agobios y con todo el tiempo necesario que requiriera cada caso (aquí reconozco que he sido un privilegiado).

La mayoría de los casos han sido gratificantes, como cuando podía explicar a mis compañeros que la evolución era favorable, las cosas iban bien y el peligro había pasado. Si no surgen complicaciones entre los días 7 y 10 del inicio de los síntomas y se llega al final de la segunda semana sin agravamiento, el pronóstico es excelente. La evolución de la enfermedad es relativamente constante, una primera semana con molestias varias que no permiten predecir la evolución, y una crisis (afortunadamente poco frecuente) que sucede entre los días 7 y 10 y es cuando aparece la patología respiratoria grave, el fallo multiorgánico y el pronóstico se ensombrece. Esos han sido los casos más duros, pues he asistido a queridos compañeros a los que tenía que informar que necesitaban ingreso y que el pronóstico era delicado.

Pero lo que quería compartir con ustedes, son varios aspectos que me han resultado llamativos. Creo que todos estaban motivados por información deficiente o incorrecta.

Un motivo recurrente de consulta, que genera mucha ansiedad, ha sido la persistencia de molestias a las tres o incluso cuatro semanas del inicio. Cuando yo les preguntaba sobre cuál era su expectativa sobre la duración de la enfermedad, la mayoría de las respuestas eran las mismas: siete o diez días. Me imagino que seguían haciendo analogías con la evolución habitual de la gripe.

Afortunadamente tenía a mano un excelente artículo “Epidemiology and Transmission of COVID-19 in Shenzhen China: Analysis of 391 cases and 1.286 of their close contacts” en el que analiza la duración media de los síntomas. Basándose en 228 casos, estiman que el tiempo medio para la recuperación ha sido de 32 días en el segmento de edad entre 50-59 años, pero en las personas de más de 70 años era significativamente más prolongado: 36 días. En resumen, después de esta enfermedad uno no volverá a sentirse totalmente recuperado hasta que no pasen seis semanas. Me ha resultado muy agradable notar su expresión de alivio cuando constataban que, simplemente, estaban dentro de la historia natural de la enfermedad. Lo menciono aquí porque varios pacientes me insistieron en que lo escribiera, pues es un dato poco conocido.

Un síntoma muy singular ha sido la perdida de gusto (ageusia) y olfato (anosmia). Tengo la sensación de que ambos síntomas tienen una marcadísima predilección femenina. Una inteligente residente con la que pasaba la consulta aventuró la hipótesis de que “los varones carecéis de sensibilidad”. Sea cual sea la explicación, es un hecho contrastado. No se preocupen quienes lo padezcan, se recupera completamente, aunque puede demorarse de seis a ocho semanas.

Otro motivo de preocupación es la positividad de la PCR a las tres semanas, persistente o intermitentemente positiva, en pacientes prácticamente asintomáticos. Esto ha sido un verdadero quebradero de cabeza y otra fuente de angustia para los pacientes. ¿Se va a quedar crónico? ¿Sigo siendo contagioso con todo lo que ello implica de no poder contactar con mis seres queridos? Yo les explicaba que la normativa de salud laboral debe ser necesariamente muy garantista, en mi hospital se exige una PCR negativa para poder reincorporarte al trabajo. Pero eso no tiene mucho que ver con la realidad clínica.

Mi opinión es bastante clara, están curados y no contagian. Esto no es una elucubración optimista personal. Está basada en un excelente trabajo alemán que confirma esta interpretación. Las personas asintomáticas, que siguen siendo positivas por PCR no eliminan viriones viables ni por tanto son contagiosas. En el citado trabajo “To understand infectivity, live virus isolation was attempted on multiple occasions from clinical samples. Whereas virus was readily isolated during the first week of symptoms from a considerable fraction of samples, no isolates were obtained from samples taken after day 8 in spite of ongoing high viral loads.”

En resumen, las personas con PCR positiva más allá del día 8- 12 no están eliminando viriones completos con capacidad infectiva, simplemente son fragmentos incompletos del RNA del virus de forma residual. Ahora es cuando yo debería mencionar que la explicación que alguna mente esclarecida ha propuesto para este fenómeno es el de la reinfección. No voy a seguir por este camino. No creo que merezca una palabra más.

La última reflexión sobre esta consulta. ¡Qué importante y tranquilizador es que los pacientes noten que el profesional que les atiende se exprese con sencillez y claridad, y les muestre que se preocupa por ellos! A muchos les recomendé que me trajeran a sus familiares, no entiendo cómo una persona puede estar angustiada con lo fácil que es, en un hospital bien dotado, aclarar todas las dudas.

Sobre este blog

Catedrático de Medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma y Jefe Clínico de Medicina Interna en el Hospital Universitario La Paz.

Etiquetas
stats