Había que salvar la Navidad y ahora, las elecciones y la Semana Santa
Definitivamente los sanitarios deben ser de otra pasta y su vocación de servicio a la sociedad es incluso mayor de lo que imaginábamos. De no ser así, a estas alturas ya habrían colgado la bata y el fonendo y se habrían puesto a gritar que si no asume todo el mundo su responsabilidad, pues que ellos tampoco, y que así esta pandemia no se va a parar.
Porque observar desde los servicios sanitarios la frivolidad con que se está hablando de si las elecciones en Cataluña se pueden y/o se deben o no celebrar el 14 de febrero es una clara incitación a que los sanitaros digan: no es justo que lo tengamos que hacer nosotros solos, no sólo no es justo sino que es imposible solucionar la pandemia sin el compromiso de todos, cada uno desde su posición y su responsabilidad. Y el siguiente paso podría ser decir: puesto que nadie parece tomárselo en serio, nosotros vamos a descansar un par de semanas, a ver qué ocurre. No lo harán porque son como son, pero motivos no les faltarían.
Parece que no tenemos claras las prioridades, cualquier cosa es más importante que controlar la pandemia. Parece además que toda nuestra organización social y nuestras leyes están pensadas para favorecer al virus en vez de para favorecer a la sociedad y proteger su salud.
Que la discusión ahora se centre en que haya gel hidro-alcohólico en los lugares de votación y que la gente mantenga distancias cuando vaya a votar, o en si la gente podrá ir a mítines fuera de su lugar de residencia, parece un chiste ante la gravedad de la situación que estamos viviendo.
¿Qué puede pensar un sanitario y en qué situación queda cuando ve que pacientes a los que ha puesto en cuarentena para evitar contagios por ser pacientes activos de Covid-19 se les autoriza a salir de casa para ir a votar? ¿Cómo puede interpretar que se frivolice con el uso de EPI por parte de los miembros de las mesas electorales para que puedan votar pacientes activos de Covid-19? ¿Cómo se les puede pedir a los sanitarios, como parece que se pretende, que vayan a los lugares de votación para ayudar a ponerse los EPI a los miembros de las mesas? ¿Cómo se puede obligar a un ciudadano a exponerse durante todo un día en una mesa electoral? ¿Quién responderá por los casos positivos que aparezcan las semanas siguientes entre los miembros de las mesas electorales o por el repunte de casos que pueda haber?
Soy consciente de lo forzado de algunas comparaciones y recursos utilizados en este escrito, pero el sentimiento profundo que pretendo expresar es que nuestros sanitarios se merecen unas instituciones y una sociedad más responsables ante el reto que representa esta pandemia. El sistema sanitario lo está dando todo, y el resto de la sociedad debería asumir su parte de responsabilidad.
Los datos de Cataluña parece que apuntan a una mejoría que ha costado muchísimo esfuerzo y sacrificio conseguir. No creo que nada justificase poner esta mejoría en riesgo. Ya nos hemos equivocado demasiadas veces como para no haber aprendido nada.
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