Turismo accesible: una oportunidad tras los fondos de recuperación

El turismo es uno de los sectores que más se ha visto afectado por la crisis provocada por la lucha contra la COVID-19, con una fuerte caída de visitantes y facturación. Por ello, también se verá favorecido por el Plan de Modernización de Turismo, uno de los ejes principales de los fondos europeos Next Generation. Esta gran oportunidad supone 3.400 millones de euros de inversión, que tienen como objetivo replantear el sector hacia una actividad más digitalizada, competitiva y sostenible.

Conviene en este contexto, en el que tenemos que esforzarnos por mirar a largo plazo, reflexionar sobre uno de los mayores desafíos del sector: el turismo inclusivo y accesible para todas las personas. Solo en la Unión Europea hay un mercado potencial de 80 millones de personas con discapacidad, cifra que asciende a los 130 millones si se considera que las personas con discapacidad viajan acompañadas; una realidad que no se debe subestimar. A esta cifra, habría que añadir las personas mayores y otras que también tienen dificultades de movilidad.

Según nuestros estudios, las personas con discapacidad viajan casi con la misma frecuencia que aquellas sin discapacidad y de media gastan un 30% más que los turistas sin necesidades especiales. Además, hay que tener en cuenta que el 70% de estas personas tienen medios financieros para viajar.

La población sigue envejeciendo, un aliciente más a considerar en el análisis de este mercado. Entre el 10 y el 15% de las personas en el mundo vive con algún tipo de discapacidad, una tendencia que seguirá en aumento, al menos en España, donde el 20% de los habitantes tiene más de 65 años.

A pesar de que la percepción sobre la accesibilidad de los destinos turísticos españoles es aceptable, existe un déficit de conocimiento en el sector acerca de las necesidades que presentan las personas discapacitadas. Es más, el mayor riesgo para el turista está en la falta de información fiable en materia de accesibilidad.

Los obstáculos a los que se enfrenta son de doble naturaleza: por un lado, los que corresponden a infraestructuras y entornos construidos; por otro, los que se refieren a la formación de las empresas de ámbito turístico y a la falta de concienciación sobre la accesibilidad. Urge, por tanto, mejorar la formación de los profesionales del sector y disponer de herramientas que ayuden a garantizar el turismo de esta índole.

En este sentido, la búsqueda de estándares y normas globales que ayuden a desarrollar el sector es uno de los objetivos clave para fortalecer el turismo accesible. Desde España (Fundación ONCE y Asociación Española de Normalización, UNE), junto a la Organización Mundial del Turismo (OMT), se ha desarrollado e impulsado, la norma UNE-ISO 21902, el primer estándar internacional sobre turismo accesible.

Supone un hito sin precedentes en el sector, un referente y guía mundial con las mejores prácticas aceptadas por todos para orientar a las empresas en el desarrollo de la accesibilidad y suplir las necesidades de este tipo de turistas. Este estándar es una herramienta clave que hará realidad el derecho de todas las personas a disfrutar de turismo y ocio.

Pero no es el único caso en el que nuestro país lidera estándares de accesibilidad. A principios de año se publicó la norma europea de accesibilidad del entorno construido.

La crisis en el sector muestra ya indicios claros de recuperación y es buen momento para analizar en qué situación se encuentra y qué deficiencias presenta y cómo puede mejorar sus servicios, los cuales gozan de una gran reputación y son referente a nivel internacional. La inversión de los fondos de recuperación y el potencial que muestra el mercado de la accesibilidad nos invitan a dirigir nuestros esfuerzos hacia un turismo más inclusivo, abierto, competitivo y sostenible.