Rajoy pide perdón
No seamos mal pensados: si el presidente del Gobierno y del PP no ha pedido perdón en estos diez años por las mentiras del 11M, ha sido porque no tenía tiempo, y porque no sabía cómo hacerlo, por dónde empezar. Comprendámoslo, no es fácil. No vale con un “Lo siento mucho. Me he equivocado, no volverá a ocurrir”, a la manera del rey, sino que hay que disculparse ante mucha gente y por muchos motivos.
Pero hoy es su oportunidad. Señor presidente, no deje pasar esta ocasión, aproveche el décimo aniversario para pedir perdón. Se lo voy a poner más fácil: como sé que es un hombre ocupado, yo mismo le escribo el discurso, para no quitarle tiempo. Solo tiene que leer hoy el siguiente texto en las escaleras de Moncloa, en la sede de su partido, en la tribuna del Congreso o a través de un televisor de plasma, donde prefiera. Ya verá qué fácil. Un par de minutos y listo:
“Buenos días. Comparezco ante ustedes como presidente del Gobierno, y en mi condición de presidente del Partido Popular, para pedir perdón. Para pedir formal y solemnemente perdón.
Perdón por todo lo que hicimos y dijimos en estos diez años. Perdón a las víctimas y sus familias, por todo lo que han sufrido desde el día de los atentados, sufrimiento al que hemos contribuido con nuestro comportamiento. Y perdón a todos los españoles, por lo que hizo el gobierno en aquellas jornadas del 11 al 14 de marzo; por cómo actuó mi partido durante los años en la oposición; y por cómo todavía hoy se siguen comportando algunos miembros del Partido Popular.
Pido perdón, en primer lugar, por mí mismo, por lo que yo hice y dije. Pido perdón por haber declarado, en la jornada de reflexión del 13 de marzo, que tenía “la convicción moral” de que había sido ETA. Pido perdón por haber avalado las invenciones de algunos medios durante años, como el bulo de la mochila de Vallecas. Pido perdón por haber llegado a proponer que se anulase la investigación, lo que hubiera dejado en la calle a los terroristas. Pido perdón por haber menospreciado a muchas de las víctimas y sus familiares.
Pido perdón también en nombre de quienes estaban al frente del gobierno el 11 de marzo, gobierno al que yo mismo pertenecí hasta solo unos meses antes. Pido perdón en nombre de José María Aznar, porque él nunca lo hará. Pido perdón por su decisión de prolongar la hipótesis de la autoría de ETA hasta el mismo día de las elecciones, cuando él sabía que era falso. Pido perdón a los directores de periódicos a los que Aznar llamó el mismo 11 de marzo para asegurarles que había sido ETA. Pido perdón en nombre de Aznar por su actitud en la comisión de investigación del Congreso, y por las veces en que insistió en que los autores no estaban “ni en desiertos remotos ni en montañas lejanas”.
Pido perdón en nombre de Ángel Acebes, que durante tres días se aplicó a fondo para manejar la información policial y contener la evidencia de que ETA no tenía nada que ver, con el único objetivo de llegar hasta el domingo electoral.
Pido perdón como presidente del Partido Popular en nombre de todos los miembros de mi partido que durante los años de oposición arrojaron sombras sobre la investigación, vincularon la victoria electoral del PSOE con las bombas, se hicieron eco de las teorías conspiranoides, dudaron de los mandos policiales y de los jueces, y participaron en el linchamiento de algunas víctimas. Pido perdón por las más de 400 preguntas parlamentarias con las que enredamos. Pido perdón especialmente en nombre de Jaime Ignacio del Burgo y Alicia Castro, por su comportamiento indigno durante la comisión de investigación.
Pido perdón en nombre de los miembros de mi partido que todavía hoy, diez años después, insisten en no dar por cerrado el caso y repiten que aún no conocemos a los verdaderos autores del atentado.
Pido también perdón, aunque no me corresponda, por el miserable comportamiento de aquellos periodistas y medios que durante años alimentaron una desquiciada teoría de la conspiración que implicaba a ETA, a la policía y la guardia civil, a los servicios secretos españoles, franceses y marroquíes, y hasta a Rubalcaba. Pido perdón por quienes todavía hoy insisten en ver agujeros negros. Pido perdón por aquellos irresponsables que desde periódicos, televisiones, radios, medios digitales, columnas y tertulias dieron crédito a delincuentes, atacaron el honor de funcionarios policiales, insultaron gravemente a las víctimas, confundieron a los ciudadanos y mancillaron la democracia.
Espero que esta petición de perdón sirva para cerrar una de las páginas más oscuras de la democracia española, y que permita que en próximos aniversarios dediquemos toda nuestra atención a las víctimas y sus familias, y no a nuestras mentiras. Espero que en adelante los ciudadanos puedan pasar cada 11 de marzo honrando a los asesinados, y no año tras año cabreados por el engaño. Y sobre todo espero que desde ahora todos aquellos que no han sido capaces de pedir perdón, y en nombre de los cuales lo hago yo hoy, tengan al menos la dignidad de callar y respetar la memoria de las víctimas.
Quedo a disposición de ustedes, contestaré todas las preguntas que tengan.“
