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En Ciudadanos se creen que te chupas el dedo

Mariano Rajoy y Albert Rivera durante un encuentro. / Foto: PP.

Antón Losada

Decía Gómez de la Serna que el tricornio de la Guardia Civil era un intento fallido de resolver la cuadratura del círculo. La presentación de la presunta iniciativa de Ciudadanos para limitar a dos los mandatos presidenciales en España es lo mismo, pero en política. En el mejor de los casos, representa un intento fallido de convencernos de que se puede votar a la vez una cosa y la contraria; en el peor, sólo se explica si Albert Rivera y los suyos de verdad se creen que, como tantas veces sentencian en los medios liberales, la gente no se entera o no entiende y vota cuanto le pongan delante siempre que venga envuelto con el lacito adecuado.

Vamos a obviar que en democracia ya viene de serie el limitador de mandatos más potente que existe: el voto. Vamos a pasar por alto el pequeño detalle de que la limitación de mandatos representa una institución más propia de los sistemas presidencialistas, nacida para diferenciarse claramente de las monarquías y prevenirlas, que de los sistemas parlamentarios como el español. Vamos a obviar que cuesta apreciar en qué contribuye exactamente a la lucha contra la corrupción limitar a dos el mandato del presidente del Gobierno de España y que, si esa fuera la razón, tendría mucho más sentido limitar los mandatos de diputados, senadores, altos cargos o ministros.

Vamos incluso a pretender que los grandes juristas que asesoran a Albert Rivera tienen razón y pueden quitarle a un español, mediante una ley de rango inferior, el derecho constitucional de aspirar a ser presidente del Gobierno. Si quieren, hasta podemos pasar por alto el cachondeo que ha supuesto la presentación de una ley nacida para obligarle a cumplir su palabra e impedir que Rajoy se pueda volver a presentar y ya ha sido reformada, antes incluso de ser tramitada, precisamente para que Rajoy se pueda presentar.

Dejemos de lado estas cuestiones relevantes como si fueran detalles insignificantes o tecnicismos sin mayor trascendencia y centrémonos en lo esencial: la propuesta. El mismo partido que ha investido con sus votos a Rajoy y la corrupción que le acompaña presenta, ante la prensa y la opinión pública, una ley para limitar los mandatos presidenciales e impedir que puedan presentarse otra vez él y la corrupción que le acompaña.

Si esto les parece contradictorio, no se pierdan lo mejor: el mismo partido que presenta la ley, Ciudadanos, dice que lo hace porque lo había firmado con su socio, el PP, y su socio no cumple porque no tiene palabra. Por supuesto, de hacerlo todo más fácil y dejar de apoyar a Rajoy o romper un pacto que su socio incumple sistemáticamente ni hablamos, porque en el mundo feliz del emprendimiento naranja se puede poner una vela a Dios y la regeneración, otra a Rajoy y la corrupción, y quedarse tan ancho.

Ya verán cómo acabarán por contarnos sin reírse que la culpa de que Rajoy repita no va ser de su socio naranja, sino de los partidos de la oposición por no apoyar los intentos de Ciudadanos para librarse de su malvado socio de la gaviota. Si tiene la sensación de que le están tomando el pelo, no son imaginaciones suyas; así es, exactamente.

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