Cuando crear una crisis es más barato que protestar contra ella
En este final de año y tras largos litigios, hemos visto cómo se le ha dado un “duro golpe” a las élites financieras y entidades bancarias internacionales por medio de sanciones económicas que castigan sus malas prácticas durante los años previos al estallido de la crisis. Organismos internacionales como el de Competencia de la Unión Europea se han coronado como los hostigadores de la banca en un intento de demostrar que los causantes de la crisis financiera, que después de estas sentencias ellos mismos deberían empezar a llamar estafa, están siendo investigados y sancionados.
Pero realmente ¿son tan duros esos golpes?, ¿servirán de escarmiento?, ¿tienen dichas multas la magnitud que se merecen dados los daños causados? Para contestar a estas preguntas voy a comparar estas sanciones a la banca con las multas propuestas por la polémica Ley de Seguridad Ciudadana, también conocida como Ley Mordaza, en un intento de poner en perspectiva la proporcionalidad y la capacidad disuasoria que podrían tener ambas. Voy a calcular dichas sanciones en el tiempo que necesita la persona o el banco para ingresar ese dinero.
Hace unas semanas la comisión de Competencia de la Unión Europea, con Almunia a la cabeza, multó a 9 bancos por manipular el Euribor y el Libor (los tipos de interés de referencia que marcan el precio de la mayoría de las hipotecas) entre 2006 y 2010. Una penalización de más de 1.700 millones de euros a repartir entre ellos, de manera que Deutsche Bank pagará 725,4 millones; Societé Generale, 445,90 millones; RBS, 391 millones; JP Morgan, 79,90 millones; Citigroup, 70 millones; y el broker RP Martin, 247.000 euros.
UBS y Barclays también han sido investigados, pero se han librado de una multa de 2.500 y 690 millones respectivamente por colaborar con la policía en la investigación.
UBS, el banco sobre el que recaía la mayor multa y al que por tanto se le presuponen mayores tropelías, se libra de toda culpa utilizando esa técnica que tan bien han sabido aprovechar escolares de todo el mundo: chivarse al profe. Eso sí, en las escuelas -donde la justicia parece más comprensible que en las altas esferas- el chivato corría riesgo de escarmiento a la salida de clase. Cuesta imaginarse al director del Societé Generale esperando en la esquina al director de UBS para darle su merecido.
Para realizar nuestro cálculo tomemos la multa de Deutsche Bank de 725,4 millones de euros y cuantifiquemos su posible efecto disuasorio. Dicho banco ingresó solo durante el segundo trimestre de 2013 la cantidad de 8.200 millones de euros, algo más de 91 millones de euros diarios, de los cuales 792 millones fueron beneficios. Si dividimos la cantidad de la sanción por su ingreso diario podemos ver que solo les ha costado el dinero que ingresan en apenas ocho días o su beneficio de tan solo dos meses y tres semanas.
Manipular el Euribor, jugar con el precio de las hipotecas, asfixiar a familias, evitar que puedan tener un remanente de ahorro e incluso provocar que en muchos casos esas familias pierdan sus casas es “castigado” con sus ingresos de poco más de una semana. Nadie ha sido juzgado penalmente. ¿Os parece disuasorio?
Saltemos ahora al otro lado del charco para hacer el mismo cálculo sobre la que ha sido clasificada como la mayor sanción de la historia a una sola empresa. El Gobierno de los Estados Unidos ha multado a JP Morgan (sí, éste repite) con 13.000 millones de dólares (unos 9.500 millones de euros) por prácticas delictivas relacionadas con el mercado hipotecario que derivaron en el estallido de la crisis subprime. La acusación y el delito es mucho más grave que el simple “quebranto de las leyes de la libre competencia” que entona Almunia. Otra diferencia a destacar de esta sanción es que 4.000 millones de dólares irán directos a las familias afectadas por dicha estafa inmobiliaria, lo que me lleva a preguntarme si el organismo de competencia europeo hará lo mismo.
Si volvemos a usar la misma traducción temporal al comparar dicha sanción con los 25.958 millones de dólares que ingresó en el segundo trimestre de este año o con los 6.496 millones de beneficio para ese mismo periodo, comprobamos que ser culpables de provocar el mayor escándalo/estafa inmobiliario de la historia, que a su vez provocó la mayor crisis financiera mundial, solo les ha costado un mes y medio de sus ingresos o unos seis meses de sus beneficios. Nadie ha sido juzgado penalmente.
Ahora vamos a coger un par de supuestos de la llamada Ley Mordaza, calculando antes el ingreso del español medio. El Instituto Nacional de Estadística (INE), tras su última encuesta sobre estructura salarial, indicó que el salario mediano, el que se dice se acerca más a la media real, se encontraba en 19.287 euros anuales. Dicha cantidad daría un ingreso mensual de 1.607,25 euros (¡quién los pillara!, estaréis pensando muchos). Veo imposible calcular cuál sería el beneficio, ahorro en este caso, de dicha cantidad si descontamos todos los gastos mensuales e impuestos que pueda tener el ciudadano medio español, pero, dado que hay encuestas que indican que el 28% de las familias tiene dificultades para llegar a fin de mes, creo que dicha cantidad debe ser cercana a cero en muchos hogares.
La nueva ley contempla infracciones que clasifica como graves: llevar capucha o cualquier otro elemento que dificulte tu identificación en una manifestación, asistir a concentraciones ante instituciones del Estado, como el Congreso, la negativa a identificarte o escalar en edificios públicos a modo de protesta, sancionando dichas faltas con multas de hasta 30.000 euros. Dicha multa, al dividirla por el sueldo medio antes calculado, supondría 18,66 meses de ingresos del ciudadano medio de nuestro país, más de un año y medio, no hablemos de los meses que ello supondría del dinero que nos sobra a final de mes.
La misma ley clasifica como infracción muy grave el manifestarse en centrales nucleares o aeropuertos (aunque no tengan aviones), sancionando dichas acciones con multas de hasta 600.000 euros, más de 373 meses, 31 años, de ingresos del español medio.
Cuando crear una crisis es más barato que protestar contra ella, cuando manipular las hipotecas de miles de familias es más barato que intentar parar un desahucio es que algo falla en este sistema, algo está podrido. Escapa al entendimiento el que un banco acusado de manipular la economía de millones de familias sea multado con sus ingresos de apenas algo más de una semana y que el manifestante que critica dicha impunidad se arriesgue a ser multado con un año y medio de sus ingresos. ¿Es este el tipo de justicia que nos merecemos?
Tenemos por delante un duro año, el de la inminente recuperación para algunos, el del desempleo, la precariedad, la represión y la lucha diaria para la gran mayoría. Es posible que este 2014 venga lleno de desproporcionadas multas como las que acabamos de ver y en nuestras manos está luchar contra semejante injusticia.
Al intentar buscar soluciones, el economista que soy solo puede pensar en banca ética, mientras el ciudadano cabreado que también soy comienza a plantearse seriamente la desobediencia civil.
Lo que tengo claro es que juntos, como sociedad y como pueblo, tenemos que trabajar para arrebatar el poder, tanto político como económico, a esas élites que crean, promueven y regulan semejantes atropellos y se aseguran de que queden impunes.